La Dama de los Sueños Dorados romance Capítulo 115

Las risas inocentes de los niños resonaban por el hogar de acogida mientras corrían alrededor de Verónica, la cual era como la hermana mayor que todos adoraban. Todos decían: "Vero, eres lo máximo, ¡nos conseguiste tantas cosas y hasta cuidadores!"

"Te queremos mucho, Verónica."

El cariño de los niños era sencillo y puro, por lo que le devolvían con creces el afecto que recibían.

Verónica cruzó el umbral de la puerta con Bruno siguiéndole de cerca. Bruno se había derretido por dentro en cuanto supo que visitarían el hogar de acogida. Verónica siempre había sido un alma bondadosa y pura, sin olvidarse de su pasado en el hogar, incluso hasta aquel momento que vivía días más felices.

Al entrar al vestíbulo, Verónica se topó con una mujer sentada frente al director del hogar.

"¿Ariana?"

Se quedó de piedra, luego se acercó lentamente diciendo: "Ariana, ¿también viniste?"

Ariana no pudo evitar sonreír al ver la familiaridad en el rostro de Verónica.

Paula y Anabel habían sido sus peones en un juego secreto, y en aquel momento, con el director presente, Ariana prefería no desatar una pelea.

César miró a las dos mujeres con una sonrisa de satisfacción y dijo: "Cómo han crecido. Vero, hasta trajiste a tu novio. Ariana, tú también deberías pensar en esas cosas, no solo en el trabajo. ¿Cuándo te decidirás a buscar a tu media naranja?"

Bruno estaba sorprendido de encontrar a Ariana allí y, tras un breve momento de incomodidad, se llenó de valor.

No había sido él quien la había traicionado primero y quería demostrarle a Ariana cómo era ser una mujer amada y atendida por un hombre. Ahí estaba él, acompañando a Verónica al hogar de acogida de noche y utilizando sus contactos para asegurar protectores.

Ariana, por otro lado, se había presentado sola.

No importaba cuántos hombres tuviera; para ellos, ella no era más que un pasatiempo, y una vez satisfechos, la descartarían como si fuera basura.

Bruno se sentía triunfante y, sin pensarlo, atrajo a Verónica hacia su pecho.

Ariana, sin prestar atención al ambiente entre Verónica y Bruno, miró al director conmovida.

"César, ten por seguro que cuando encuentre a mi media naranja, lo traeré para que te conozca."

César asintió con la cabeza y le dijo: "Siempre me has dado tranquilidad. Al ver a Vero tan bien, sé que la cuidaste muy bien en la familia Moore. Pero no te descuides, Ariana, tú también mereces ser feliz."

Ariana sintió cómo sus ojos se humedecían, reprimiendo la emoción y diciéndole: "Sí, he cuidado muy bien de Vero. Incluso este novio que tiene, fui yo quien la ayudó a encontrarlo."

César mostró una expresión de sorpresa en su rostro y luego miró a Bruno diciendo: "Así que fue Ariana quien te recomendó, eh. Entonces, no hay duda sobre tus buenas cualidades."

Ariana no pudo evitar reírse por dentro. Al parecer ella y el director estaban bromeando a espaldas de esos dos: "Claro que no hay problema, son como arepas con queso, simplemente hechos el uno para el otro."

¿No era cierto que un patán y una chica fácil eran la pareja perfecta?

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