La Dama de los Sueños Dorados romance Capítulo 151

Ariana no pudo evitar reírse, ya que a pesar de la situación en la que se encontraba, no veía motivo para seguir fingiendo.

"Los gastos que los Moore han hecho para criarme, los he calculado todos, incluso con intereses y se los he devuelto, por lo tanto no quiero que me molesten más en el futuro." Dijo con firmeza, pero eso no era lo que Roberta había esperado.

¿No se suponía que Ariana no quería separarse de ellos, que iba a rogar por quedarse con los Moore?

Si no hubiera sido por ellos que la llevaron a su hogar hacía años, probablemente en la actualidad estaría mendigando en alguna calle.

El orgullo de Roberta se vio herido y la ira la invadió rápidamente.

"Ariana, ¿así es como planeas apartarte de nosotros? Los Moore te hemos mantenido durante años y has estado usurpando la identidad de Vero todo este tiempo, casi arruinando su reputación. ¿Y ahora nos pides que no te molestemos? Eres una ingrata. Mañana por la noche vamos a organizar una fiesta para Vero y tienes que venir personalmente a pedirle disculpas. Le debes tanto a Vero que no podrás pagarle en toda tu vida."

La mujer hablaba como si todo eso fuera lo más natural del mundo.

Ariana se rio ante la absurdez de sus palabras y respondió con sorna: "¡Vaya! Si le debo tanto que no le puedo saldar la deuda en toda mi vida, ¿no sería mejor que no le pagara nada desde el principio?"

"Ariana, ¡tú...!"

Ariana estaba cansada de discutir. Tenía que admitir que, desde que los Moore la habían acogido, había tenido acceso a ciertos recursos educativos, pero tanto para pasar de la secundaria a la preparatoria, como para entrar a la universidad, lo había logrado por sus propios méritos. El dinero que los Moore habían gastado en ella no era ni una fracción de lo que gastaban en Verónica.

Un millón de dólares, era más que suficiente.

"Roberta, estoy ocupada con el trabajo, por lo tanto voy a colgar." Dijo sin vacilar y cortó la llamada, sintiéndose irónica.

Inés estaba furiosa a su lado, pero luego no pudo evitar reírse y cuestionar: "¿Ellos creen que vas a aferrarte a los Moore?"

"Supongo que sí y por eso les dolió tanto que les enviara el dinero."

Ariana se sentó sin darle importancia y sintiendo un poco de hambre.

Inés no sabía cómo criticar a los Moore y pensando en lo que Ariana había tenido que vivir todos esos años, estaba furiosa y preguntó: "¿Y ahora quieren que asistas a la fiesta de mañana por la noche?"

"Sí, quieren que me disculpe personalmente con Verónica."

"¡Caray! ¡Qué descarados!" Inés no pudo evitar maldecir y luego indagó: "¿Cuánto dinero enviaste?"

"Un millón de dólares."

"Ariana, aunque acabas de recibir tres millones de dólares, ¿los Moore habrán gastado esa cantidad de dinero en ti durante todos estos años? ¿Ella aceptó el dinero?"

Ariana sonrió con sarcasmo y respondió: "Lo aceptaron bastante rápido."

Inés no sabía qué decir hasta que decidió preguntar: "¿Entonces irás mañana por la noche?"

Después de hacer la pregunta, Inés miró su teléfono y frunció aún más el ceño cuando dijo: "Hay aún más gente insultándote, esas personas ociosas en la industria ahora te critican unánimemente, mientras que Verónica está siendo alabada hasta el cielo."

Ariana no quería escuchar más noticias sobre los Moore y prefería descansar en el sofá por un momento, pero las siguientes palabras de Inés la hicieron volver en sí.

"Ariana, recuerdo que siempre has estado donándole al Hogar de Beneficencia Clemencia, ¿verdad? Solo te guardabas lo suficiente para vivir cada mes, pero ahora la organización benéfica ha revelado que el nombre de la donante es Verónica."

La expresión de Ariana se ensombreció al instante y cuando levantó la vista, había un brillo agudo en sus ojos mientras preguntaba: "¿Qué quieres decir?"

Inés también estaba enfurecida cuando dijo: "No lo sé, ahora todos están elogiando a Verónica, diciendo que es bondadosa y que ha estado donándole al orfanato todo este tiempo. Esta noticia se ha esparcido por toda la industria y la organización benéfica ha mostrado los registros de donaciones y efectivamente son a nombre de Verónica."

Los dedos de Ariana que descansaban a su lado se cerraron en un puño instantáneamente. En el pasado ella había confiado demasiado en Verónica y cuando fue a registrar su nombre como donante, dejó que Verónica la ayudara. Nunca habría imaginado que Verónica jugaría sus cartas de tal manera, cambiando el nombre del donante al suyo propio.

Ese asunto no se había hecho público antes y la opinión pública no estaba completamente en contra de Ariana, pero tan pronto como la organización benéfica reveló los detalles del donante, casi todos se pusieron del lado de Verónica.

Desde niña trabajó con esfuerzo y al crecer, nunca olvidó a la casa hogar que la acogió en sus años más vulnerables. Con una generosidad que desbordaba su alma, reservaba para sí misma apenas lo justo para vivir cada mes, donándole todo lo demás a quienes le habían tendido una mano en el pasado. Esa era la imagen que Verónica había construido de sí misma y había que decirlo, lo había hecho con gran éxito, después de todo, la lista de donantes no mentía y debido a eso, Ariana se había convertido en el blanco de numerosas calumnias.

Ariana soltó una risa fría y con una confianza que casi podía tocarse, dijo: "Mañana por la noche asistiré al banquete."

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Dama de los Sueños Dorados