"Ariana, ¡tú!"
Aarón estaba furioso, pero el brazo le fue cubierto por la mano de Verónica diciéndole: "Déjalo ya, hermano, ella solo es dura de boca."
Verónica estaba hirviendo por dentro, pero seguir allí solo serviría para que los demás se burlaran.
Aarón, sin ganas de seguir prestándole atención a Ariana, cerró la puerta del auto.
Mientras tanto, Roberta se fue en otro vehículo.
Ariana se quedó parada allí, sintiendo de repente un alivio en sus oídos, y siguió al policía hacia el interior del edificio.
El oficial seguía hablando de cómo los Moore habían hecho una donación.
"No solo pagaron la fianza de Verónica, sino que para restaurar su reputación, hicieron una donación de un millón de dólares a nombre de ella al Hogar de Beneficencia Clemencia, señorita Moore, por favor tome asiento."
El policía era un hombre perspicaz, que veía claramente la verdadera naturaleza de la familia Moore, por eso dijo: "Alejarse de esa familia cuanto antes es lo mejor."
En el auto que se alejaba, Verónica se acercaba intencionadamente a Aarón; quería saber hasta dónde estaría dispuesto a llegar su hermano por ella.
Después de los eventos de la noche anterior, todas sus falsas amigas habían guardado silencio, y ni siquiera Bruno había ido a buscarla.
Era la primera vez que Verónica probaba el sabor del fracaso.
Durante años, había intentado socavar la reputación de Ariana, sin imaginar que todo se vendría abajo en el último momento.
Tenía que contraatacar.
El primer paso era ver hasta dónde estaba dispuesta a llegar la familia Moore por ella.
Verónica, con los ojos enrojecidos, giró la cabeza y esbozó una pequeña sonrisa, mostrándose herida y diciendo: "Hermano, lo de la donación fue idea de Ariana, ella dijo que pusiera mi nombre. Nunca imaginé que jugaría ese truco, fui muy ingenua. ¿Cómo va a haber alguien en este mundo que sea bueno con uno sin razón? Seguro que ella sabía desde el principio que yo era la señorita de la familia Moore y todo fue parte de su plan."
Aarón, que no soportaba verla así, al ver que estaba más delgada, aunque en el pasado habían estado muy cerca de ser algo más, en aquel momento eran solo hermanos.
Aarón apretó el volante, sin mirarla a los ojos y dijo: "Los Moore arreglarán esto. La próxima vez que hagas amigos, ten más cuidado."
Parecía que la había perdonado y además, había creído en sus palabras.
Aarón siempre había sido parcial hacia ella, y en aquel momento podía usarlo a su favor.
Verónica agarró su muñeca y con amargura en los ojos dijo: "Lo siento, hermano, no pensé que llegaría a ser la señorita de la familia Moore. No te enojes conmigo, seguro que encontrarás a una mujer mucho mejor."
Eso era algo inconcebible.
Con una mueca de amargura en la cara, Verónica le dijo a su hermano: "Oye, ¿tú también piensas que no estoy a su altura? Mi reputación ya está por los suelos."
"¡Qué va! Vero, tú te mereces lo mejor, pero Oliver..."
"Si Oliver ni siquiera le tiene asco a Ariana, ¿cómo va a rechazarme a mí? Dime, ¿quién crees que es mejor, Ariana o yo?"
"¡Tú, sin duda alguna!"
La respuesta de Aarón no tuvo ni un ápice de vacilación, lo que dejaba claro el filtro con el que veía a Verónica.
Con una sonrisa astuta, Verónica le insinuó: "Si Ariana puede estar tan cerca de Oliver, ¿por qué yo no? Solo necesito que tú estés dispuesto a ayudarme."
Aarón había estado hechizado por Verónica durante más de una década; no era algo que se pudiera superar de la noche a la mañana. Tras unos minutos de vacilación, finalmente asintió con dificultad.
"Te ayudaré, pero no hagas tonterías."
Verónica había conseguido lo que quería, y una sonrisa traviesa se dibujó en sus labios.
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