“Esta vez te has pasado mucho, Diego.”
Oliver nunca se había considerado inferior en la familia, y se levantó lentamente de su silla diciendo: "Ese sobrino mío, Bruno, también es igual. No me meto en sus asuntos con mujeres, pero no me gusta que me las traigan bailando delante de mis narices."
La cara de Diego se tensó al darse cuenta de por qué Oliver había destituido a Bruno. Parecía que una de las mujeres que Bruno mantenía en su villa en las afueras había molestado a Oliver.
¡Qué falta de sentido común!
Sus manos colgadas a los lados se apretaron con rabia, deseando poder deshacerse de esa mujer en ese mismo instante.
Y al recordar cómo la mujer con la que él había estado esa noche había intentado acercarse a Oliver bajo su propio techo, no era de extrañar que Oliver hubiese elegido esa noche para aparecer.
Había cruzado su línea roja no una, sino dos veces.
Si había una tercera, no solo perdería la posición de Bruno como director, sino que su propio puesto en la junta directiva estaría en juego.
Diego estaba furioso, y no podía aceptarlo.
Pero Oliver tenía el control del 51% de las acciones del Grupo de Inversión Borges, era el verdadero poder detrás del trono.
Quien él quisiera fuera, tendría que irse sin chistar.
Diego no podía permitirse enfrentarlo, al menos no por el momento.
"Oliver, no te preocupes, me ocuparé de estas personas. Ya me enteré del asunto de Bruno. ¿Has promovido a Ariana?"
Diego había pensado al principio que Oliver había ido por Ariana, incluso sospechaba que entre ellos había algo turbio.
¿Porque si no la habría promovido, verdad?
Pero mirando el departamento de fusiones y adquisiciones, parecía que Ariana era la única capaz de asumir el cargo de directora.
Oliver solo tenía que investigar un poco para saber de quién eran los méritos de los últimos acuerdos.
No había duda del talento de Ariana y que era una pieza que debía mantener cerca.
Oliver soltó una risa ligera y dijo: "Si no es ella, ¿quién podría ser?"
Siempre era tan directo y sin tapujos.
Diego subió las escaleras y al abrir la puerta de su estudio, el olor a sangre lo golpeó.
Levantó la vista y vio que Ariana tenía fragmentos de vidrio en la mano y se había cortado la pierna.
Para mantenerse lúcida bajo el efecto de la droga, no tenía otra opción que hacerse daño.
Un guardaespaldas le metió un paño en la boca y la ató completamente para evitar que siguiera cortándose.
Ariana, bañada en sudor frío, se encogió al ver a Diego entrar.
Luego vino la calma.
Diego le quitó el paño de la boca y le dijo: "Ariana, te dejo ir por esta noche. El terreno del Hogar de Beneficencia Clemencia puedo dejarlo en paz por ahora, pero necesito que vigiles a Oliver."
Hablaba con una ligereza que no dejaba lugar a dudas de que no esperaba un rechazo.
"El puesto de directora es solo para que vigiles a Bruno por el momento; él volverá tarde o temprano. Después, serás mis ojos. Si Oliver se acerca demasiado a alguna mujer, quiero que me lo digas enseguida."
Lo que Diego nunca habría imaginado es que la persona más cercana a Oliver era la propia Ariana.
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