La Fuga de su Esposa Prisionera romance Capítulo 198

"Jaja, solo es para vernos un rato y charlar. Ahora tú eres el tesoro precioso de los ojos de Roque, la joya de la corona eh, aunque tuviera cien dosis de valentía, no me atrevería a tocarte."

Zulema respondió: "Está bien, ya voy para allá."

Aunque no sabía qué propósito tenía Joana, como dice el dicho, quien no arriesga, no gana.

Si quiere encontrar la verdad deberá tener un contacto cercano con Joana y Jacinto.

¡Cuanto más charlaran, más oportunidades tendría de encontrar una rendija, una solución!

Zulema fue a la cita.

Antes de entrar al café, Zulema llamó con cautela: "¿Gabriel?"

Desde un rincón, Gabriel apareció rápidamente: "Señora."

"No es nada," dijo ella sonriendo, "me alegra que estés aquí."

En una mesa junto a la ventana, estaban Joana y Jacinto.

Los ojos de Jacinto seguían mirándola de pies a cabeza, lo cual era muy incómodo.

"Ya llegué." Zulema se sentó enfrente, "Díganme directamente qué quieren hablar conmigo, sin rodeos."

Jacinto seguía observándola: "La verdad es que no entiendo qué le vio Roque a ti. Si hablamos de belleza, hay montones más bonitas que tú, Roque podría elegir a cualquiera. Si es por inteligencia, tampoco parece que tengas un coeficiente fuera de lo común. Zulema, ¿qué truco usaste para enloquecer así a Roque?"

"¿Qué te importa?" replicó Zulema, "No te metas en lo que no te incumbe."

"Vaya, resulta que es picante la niña. Tal vez eso es lo que le gusta a Roque."

Jacinto mostró una cara de desprecio.

¡Podría encontrar a una chica con mejor figura que Zulema en cualquier discoteca!

Seguramente Roque había pasado mucho tiempo sin una mujer, por eso se había dejado hechizar por una chica tipo 'virginal y pura'.

Joana intervino: "Bueno, hablemos de lo que importa. Zulema, dime, ¿qué necesitas para divorciarte de Roque?"

Zulema arqueó una ceja: "¿Vinieron a convencerme de que me divorcie? ¿Están seguros?"

No podía estar escuchando mal.

Joana y Jacinto deberían querer que ella no se divorciara, así podrían aprovechar para causar un escándalo en la familia Malavé, diciendo que Roque estaba traicionando a los ancestros de la familia Malavé, cegado por una pasión desmedida y demás.

"Sí, todos queremos lo mejor para la familia Malavé." Jacinto habló, "Eres la enemiga de la familia Malavé, podrás engañar a Roque, ¡pero a nosotros no!"

"Jaja, me temo que ese no es su verdadero objetivo."

Jacinto insistió: "Por el bien de la familia Malavé, ¡tenemos que deshacernos de ti!"

Zulema lo desenmascaró: "Te equivocas, lo que quieres es deshacerte de mí para que Roque se vuelva loco buscándome y cortar lazos con ustedes, causando un gran alboroto. Entonces, podrán aprovechar para decir que Roque, por mi culpa, ha perdido la razón y no es apto para ser el amo de la casa."

Ella podía ver la intensión de ambos.

¡Todo ese discurso sobre la moral y la justicia, en realidad, era solo para su propio beneficio!

Jacinto se quedó sorprendido, no esperaba que Zulema dedujera su plan tan rápido.

"Acerté, ¿verdad?" Zulema dijo con una sonrisa irónica, "¡Ese es su objetivo!"

"Y si es así, ¿qué?" Jacinto ya no ocultaba sus intenciones, aceptando la verdad, "Zulema, ¡más te vale que actúes con sensatez! Roque puede que te ame, pero comparado con el poder, ¡tú no eres nada!"

"Exacto," agregó Joana, "además, eres la asesina del padre de la familia Malavé, ¡siempre habrá un abismo entre ustedes!"

"¿Qué tal si trabajamos juntos, Zulema? Te daremos una suma de dinero, te vas lejos con ella y nunca regresas. Pase lo que pase en la familia Malavé después, ¡no tendrás nada que ver contigo!"

"Di cuánto quieres, dame una cifra, no te trataré mal. ¡Será más de lo que podrías ganar en toda tu vida!"

Era la mejor salida que tenías, hay que estar agradecido en la vida, no vayas a creer que puedes sentarte tranquilamente como la gran señora de la familia Malavé.

Joana y Jacinto se complementaban perfectamente, como si estuvieran ensayados.

Zulema los miró y le pareció gracioso, parecían dos payasos.

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