Emma Mark.
No sé cuanto tiempo soporte esto, apenas tengo 2 días en esta casa y han sido un infierno para mi. Volvió a violarme sin compasión alguna, no le importa hacerme daño, no escucha mis súplicas para que me suelte.
Estoy en la cama sin moverme y él está a mi lado, estoy debajo de un charco de sangre con un dolor profundo en mi vientre otra vez, menos doloroso que la primera vez, Intenté pararme y sentí bastante dolor, quiero ducharme y quitar su olor de mi cuerpo, quisiera arrancarme la piel para borrar su tacto de mi, quisiera quitar mi interior si pudiera para no tener el recuerdo de que estuvo dentro de mi, vuelvo a intentar pararme y no puedo evitar un quejido que salió de mi boca.
—Ven, yo te ayudo -Tocó mi brazo, mi piel se erizo de asco y aleje su tacto de mi.
—No me toques, me das asco -Dije comenzando a llorar, no me dijo nada y me limité a seguir intentando levantarme, cuando logré sentarme en la cama me puse de pie y caí al suelo, varios sollozos salieron de mis labios acompañados de quejidos, 'esto duele' pensé.
El llegó hasta mí, con delicadeza extrañamente me cargó como princesa y me llevó al baño, me dejó dentro de la ducha, intentó meterse el también, lo detuve con la mano y salió sin decir nada.
Alcé mi mano para intentar el jabón y me dolió el hombro, cada movimiento que hacia me dolía horriblemente como si me hubieran dado una paliza, reí porque sí, si me habían dado una paliza, a parte me habían violado brutalmente.
Terminé de ducharme y coloque un pantalón corto que me tuve que quitar de inmediato ya que cuando rozo la tela con mi zona íntima me dolió, me lo quité y lo cambie por una falda larga y un suéter de lana, me acuesto en la cama sollozando.
Odio a mis padres, odio mi vida, odio a éste infeliz que se a adueñado de mí, me odio a mí misma por no ser valiente, por no intentar escapar e irme lejos de él, lejos de todos, mis padres me entregaron a él sin luchar no se opusieron a que éste maldito demente me trajera con él, porque eso es lo que es, un maldito demente que me tiene a la fuerza, un psicópata obsecionado conmigo que no controla sus impulsos, no se quién rayos es él a penas y se su nombre, no sé a que se dedica si es un narco, un asesino o un narcotráficante porque a juzgar la manera en que habla, actúa y se mueve me da a pensar eso y mucho más ¿Habrá matado a alguien? Eso creo ¿Cuántas personas habrá matado con su mano? Me quedo horrorizada al pensar que si a mí que me quiere como su mujer y casi me mata ¿Cómo será con las personas que odian? ¿Me odiara a mi por no doblegarme?
Llorar se al vuelto mi mejor amiga es lo único que hago desde que llegué, solo sufrir y llorar.
Me duele todo tengo moretones en la cara y abdomen, sus dedos están marcados en mis brazos, duele mi zona íntima y me arde, mis piernas las siento débil como si hubiera echo gimnasia, debe ser por las brusquedad que apartaba mis piernas para violarme, en conclusión me duele todo, me duele todo como mil demonios.
—Te traje comida, Nana me informó que no has comido nada hoy -Se sentó a mi lado con la bandeja en sus pies.
—No tengo hambre, no voy a comer -Contesté bruscamente y cortante.
¿Cuánto tiempo estuve viéndome al espejo? Quizás 30 minutos o una hora entera.
¿Cuanto tiempo estaré aquí secuestrada? Quizás hasta me me vengan a buscar o tome el coraje para escapar.
¿Hasta que salga de aquí cuántas veces me golpeara? Quizás hasta que me muera.
¿Cuántas veces me violara? Puede ser que lo haga hasta quedarse sin energía o yo sin vida.
No importa nada ya, si no ha venido la policía por mi es que no importo y mis padres no los llamaron, me voy a acostar mejor y descansar, quizás hoy ya no tenga pesadillas y pueda ser libres en sueño.
Quizás sueñe en el futuro que pude haber tenido, quizás hubiera sido exitosa para después formar una familia, una hermosa familia que no dejaría ir con un desconocido...
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: La obsesión del CEO mafioso.