La secretaria Indomable romance Capítulo 51

Katty jalo un taburete y se sentó, no paraba de mirar arriba y abajo. No trataba de encontrar a una persona, sino controlar a sí misma, por la ira que contenía. El subastado era amigo de Kelvin por muchos años, pero hora está hecho en añicos y seguramente un mes en el hospital por la patada que recibió.

Kelvin pidió un whisky doble, y el camarero se lo sirvió, katty aún no pedía nada, su cabeza daba vuelta, cuando estuvo a punto de preguntar al camarero si conocía algunas informaciones. Kelvin la detuvo.

_ ¡No lo Hagas, aquí es un bar muy peligroso, hay ojos y oídos hasta en el taburete que estás sentada! No, espera el momento, dimos el primer paso.

Katty no respondía, pero sus ojos se estuvieron aclarando poco a poco, unos instantes ella estuvo con sus ojos claros como el agua. Ella movió la cabeza como respuesta. Kelvin le mostró algunas personas que gobiernan el bar, en la sombra de es Jack, el jefe, pero tiene unos traicioneros.

_ ¡Nos quedaremos, un momento y podrás ver por ti misma, los movimientos que hay aquí, así podrás entender por qué te dije que no preguntaras!

_ ¡Dijiste que todo es de Jack!

_ ¡Si, pero eso no significa que él lo maneja todo, él! ¡Solo es el dueño de ellos, gobierna en la sombra  y sus subordinados hacen el trabajo! 

_ ¡Tan poderoso es este patán!

_ ¡Es mucho más que eso, Jack es mucho más poderoso de lo que podrías imaginar, masvale estar con el que en su contra!

_ ¡Y veo, en este caso tendré que usar su nombre para saber lo que quiero saber!

_ ¡No te metas en problemas katty, te lo digo en serio! ¡Estamos fuera de nuestro territorio!

Kelvin la agarro por la cabeza dulcemente, fijando sus ojos en la de ella. Acto que ella recibió con un estremecimiento, sus manos suaves, la mandíbula cuadrada, su aroma tan varonil con un dulce aroma a whisky y menta. Ella se quedó quieta, mirando los labios en movimiento, con un fuerte deseo “Bésame”. Su mente le dictaba otra cosa, aun estando en una situación donde está en busca de su hermana pequeña, pero su cuerpo tiene el fuerte deseo de saborear a una carne jugosa y suave, que sea apetitoso, que la agargante y medio difícil de digerir.

 Trago saliva para evadir ese pensamiento, mordiéndose el labio inferior, movió la cabeza y se sentó.

_ ¡No te apures por las cosas, déjalas llegar por sí misma!

_ ¡Mi hermana, no es una cosa!

_ ¡No dije tu hermana!

_ ¡Hmmmm!

_ ¡El bar está lleno de mafiosos, espera un momento, esto aquí apesta a lío fuerte! 

El camarero Sam, miro a Kelvin y movió la cabeza en señal de que no hablara más, y era momento de marcharse, las cosas estaban poniéndose feas en el bar. En la mesa veinte, había armas y una fuerte discusión. 

Kelvin tomó la mano de Katty y salieron en la puerta trasera, la puerta principal, estaba muy llena y un gran barbullo que estaba de muy mal gusto.

Después de subir al edificio de control, pudieron ver como termino el pleito, sangre corría por todo el local. Balas que perforaban cada rincón. Katty se puso la mano en la boca al ver todo el desastre.  Salieron de allí sin más. Era muy tarde tres de la madrugada, no había tiempo de llagar a casa. Entraron en un hotel de lujo fuera de lugar, se quedaron en una habitación. No había habitaciones  que tenían dos camas, todas las suites estaban ocupadas. 

 Aceptaron quedarse en la única que había. Después de que katty entro se tomó un baño y se  sentó frente a la ventana. Pensando si su hermana aun esta viva sería una alegría para sí. Aún había esperanza en ellos, restablecer la familia Benger. Kelvin había salido. Ella no mostraba preocupación, pero al cabo de una hora ella se puso inquieta.

 Trato de llamarla, cuando fue a buscar su celular. No estaba. No tenía ni idea donde puso haberse quedado. Ni las mínimas idea, no donde quedo  más que esperar hasta que llegase. Kelvin volvió con pizza y cerveza. Ella estaba un poco sorprendida. Había comida en el hotel porque tenía el que salir a la calle a buscar una pizza.

 _ ¡Había mucha gente, y tenías que probar esta pizza, es la mejor! La más rica diría yo.

_ ¿Todo este tiempo esperando una pizza y cerveza?

_ ¡No hay otro establecimiento, de la Pizza Markler! Es la única en este mundo. 

_ ¡Si tú lo dices!

Él se sentó en la mesa y dejo la pizza, se desabrochó las mangas de la camisa y algunas botones más. Luciendo un cuerpo más que perfecto, uno de ensueño. Él destapó la caja, el aroma invadía la habitación. Sin duda que olía rico. Ella se acercó a la caja y tomo una rebanada y se lo introdujo en la boca, saboreando su sabor y todo el queso que tenía de relleno.

 Tomo una cerveza e hizo lo mismo. Tomo una rebanada más. Kelvin se la quedo mirando, es como una tora suelta devorando una presa.

_ ¡Con calma, es toda tú ya, compre unas cajas más! ¡Te dije que es la mejor pizza del mundo!

_ ¡Creo que sí, es delicioso! 

Kelvin se detuvo en los labios de Katty que hacía movimientos muy seductores. Conducía su mirada hacia sus pezones bajo la blusa floral con un escote abierto. Ella movía las piernas, entre abierta y cerrado, él escaneaba cada movimiento.

El tomo, una cerveza, cogió un gran trago, para dejar escapar las imágenes en su cabeza, acto que no ayudo en nada, un sorbo no bien tomado. Cayó en su camisa y ella lo vio. Donde la camisa estaba mojada, lucia, deslumbrante. Ella lamió sus labios, sus ojos se agrandaron al ver sus pectorales cuando él se quitó la camisa, un sudor la atravesó delatando su deseo hacia kelvin.

Él la miraba sabia lo que ella estaba pensando, su mente también pensaba de la misma forma. Se preguntó¿Será momento de besarla? ¿Me rechazará? ¿Ella piensa lo mismo que yo? Eso era su pensamiento, no eran lo de ella. Acaba de ganar la confianza de ella, no aceptaría que una mera estupidez de su calentura la llevara a perderla. Como si el whisky calmara los pensamientos fogosos. Tomo un vaso lleno y se lo llevo de un solo sorbo.

Katty tenía su lata de cerveza aun en la mano, sus entre piernas estaban húmeda, no sería posible que algo así le sucediera a ella. Trago la cerveza como si fuera agua, tomo otra, hizo lo mismo. Como si fuera una salvación y lo único  que la enfriara. ¿Cuándo fue que alguien puso en marcha esa teoría de que la cerveza enfriaba el calor del deseo? Tras beber cuatro latas seguidas. Entendió que estaba más que equivocada, era un error fatal. 

Sus deseos de estar en sus brazos eran aún más activos. Quería que él le hiciera lo que él quisiera. Pero que será lo que pasa en su mente, ¿será que él me quiere tocar? ¿Se resiste por Jack? ¿Si voy y lo toco? ¿No, no, eso no pareceré una puta en fuegos? ¿Al diablo estos?

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