La secretaria Indomable romance Capítulo 89

Me senté, en mi oficina. La verdad no hay cambio y la extrañé demasiado. No tenía un vientre alto, así que nadie noto mi nueva apariencia. Estaba con mi asistente y poniéndome al día con todo los papeleos. Sí que ella tiene mucho trabajo en la mano. Desde que me marche, las cosas han aumentado. Y otras han bajado. Pero aun de este modo ella tiene que ser muy hábil, tener todos esos documentos listos. Y que Alejandro se lo entre a Jack. 

Estaba charlando con ella. Mientras una tortura, de esas mujeres, en mí. No me dejaba respirar cortamente. Es un tormento, saber que tienes varias personalidades, en ti y tienes que mantener todo, bajo un solo margen. Bueno la que gobierna soy yo. No es todas esas a la  vez. 

Estaba boca abajo, cuando mi puerta fue tocada. Levante la mirada, es mi asistente y papa. 

_ ¡Hola, papa, ¿cómo estás?!

_ ¡Yo, estoy bien, vine para verte, fui a tu casa y no estabas! 

Bueno, en esa no sé qué responder. Me quede en silencio y solamente sonreí.

_ ¡Sabes, que no me gusta quedarme en casa! 

_¡Eso, lo entiendo y sabes que estás embarazada, no puedes andar enojándote mucho por aquí! 

 Hay no, la daño. Yo no mencione sobre mi embarazo y ahora lo mencionas. Por el amor de Dios, voltee y mi mirada cayó en la de mi asistente. Sostenía la mano en su boca. Y supe que quería decir mucha cosas. 

_ ¡Liz, trae dos cafés! 

_ ¡Si, jefa! 

Ella se marchó, con una sonrisa en la cara. Y supe que los chismes llegarían muy rápido para el otro lado.

_ ¡Katty, tienes que ser muy cuidadosa! Ahora esperas mi nieto y mi bendición. No quiero que andes enojándote. 

_ ¡Si, lo se papa, no te preocupes! Mantendré  una postura donde nada me enfade. 

_ Ja, ja, ja,ja sé que lo puede manejar.  _ mientras hablábamos, vi a la silueta de Jack, pasar y frenar de seco, en mi puerta. Desde afuera miraba sin tocar, ni entrar. Solo se parió así. Y eso me enojo. Promesa que no pude aguantar por mucho. Me levanté y abrí la puerta. 

_ ¿Quieres entrar?

_¡No, únicamente quería observar  quien estaba contigo! 

_””…”” ¿Me tomas el pelo cierto?

_ ¡No! 

Jack Bill. 

Desde que supe, que seria padre, tengo sentimiento encontrado. La sensación me invade. Sonrisa aparece en mis labios sin previo aviso. Es algo gratificante, saber que sentirás la sensación de que todo hablan. Y al mismo tiempo tengo miedo de que algo malo pase. La verdad no sabría expresar con claridad, las locuras que aria.

Verla cerca de mí, también me deja con mucha energía, y siento que mi día es muy por ductivo. He firmado, varios documentos y asistido en reuniones, con negocios internacionales. Y todo ha salido bien. Aunque en un momento, pensaba que mataría  o le diría algo la nueva chica, que entro y me estaba coqueteando. Ella solo salió sin decir nada. Pero su mirada era de advertencias.

Salí, al pasillo, cuando no observé ningún movimiento de ella. Ahora soy más protector. Tengo a mi mujer, ami hijo junto a mí. Claro que tengo que ser un buen protector. No obstante salgo veo, la espalda de mi padre. Pues supuse que la conversación, esta buena. Sin embargo, sin mí. Me paro en su puerta y contemplo, como sus hermosos ojos se tiñen de dureza. 

Abre la puerta yes para darme un sermón. Esa mujer no cambia, ahora no puedo etiquetarla como mi secretaria ni manifestarle que soy su jefe. Uno el viejo me mandaría a volar, y segundo ella se enojaría. Y por mi bebe, será mejor aguantar y no hablar mucho.

Después de una larga conversación con el viejo, decidimos ir a almorzar, en un restaurante. Quiero salir y agarrar su mano, sentir que siente. Estar de la mano con la mujer, que lleva tu hijo. Quiero disfrutar de todo esos, sentimientos. 

Quiero ser un buen padre, y darle un buen ejemplo a mi hijo. Quiero que sea un barón, así sabré que tengo un heredero desde temprano. Y si es una niña es igual. Es mi heredera. Pero más quiero a un hombre. Es más gratificante.

 Bajamos al lobby y todo postraron su mirada, en nosotros. Supongo que un chisme se dio pasos rápidos en la empresa. La miré, y ella serena como siempre. Nada le importa. En ese caso, que hay de confirmar, sus chismes. Le tomé la mano. Con mi saco en la otra. Mi padre al lado, junto a su asiente. La verdad, me sentí un rey sin límite, cuando tome su mano. 

Ese roce, de su cálida y suave mano. Una temperatura, no sabría decirte si es por el embarazo, sin embargo, está mucho más suave y cálido.

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