"Señorita García, hemos preparado algo de comer en la sala de estar al lado, Eva la acompañará."
Irene miró a Pablo con una cara llena de sinceridad y luego dijo: "He oído que la secretaria de la Vega es una persona muy agradable, me gustaría que me acompañara."
"Lo siento, la secretaria de la Vega es la secretaria personal del presidente, tiene que asistir a la reunión con él."
Pablo no era ningún tonto. El presidente había estado teniendo desacuerdos con la secretaria de la Vega esos días. Si esa señora interfería, ¿podrían volver a llevarse bien?
Irene sonrió levemente y agregó: "Ya veo, he oído que prepara un café excelente, pídale que me prepare uno, por favor."
Enzo mostró una mirada fría entre sus cejas definidas y sus ojos profundos se oscurecieron. Ainhoa era suya, no alguien a quien cualquiera pudiera utilizar a su antojo. Pero cada vez que pensaba en que Ainhoa preferiría morir antes que estar con él, se enfurecía. Parecía que no podía seguir mimándola tanto, por lo que dijo fríamente: "Haz lo que ella dice."
Pablo se quedó mirando a Enzo fijamente por varios segundos y luego suspiró internamente con resignación. El presidente Castro estaba haciendo que la pareja actual hiciera recados para la ex, ¿sabía que haciendo eso podría perder a la primera? Llevó a Irene con resignación.
Ainhoa estaba en su escritorio organizando los documentos necesarios para la reunión cuando Pablo tocó su mesa y le dijo: "Secretaria de la Vega, el presidente Castro quiere que le lleves un café a la señorita García en la sala de estar 02."
Ainhoa levantó la cabeza y respondió con tranquilidad: "Está bien, enseguida voy."
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