Primero se mostró la ropa diseñada por Liliana. Albina había sabido lo que haría cuando la vio llevarse la seda para bordar el dibujo de dragón y fénix.
Al son de música, la modelo apareció.
Hecha de seda negra, el vestido tenía buen corte. No era llamativo pero lujoso. Los bordados de oro estaban brillando, donde el dragón y fénix era muy delicado. Y el estilo era más distinguido que lo general.
Mirando a la modelo, Albina frunció el ceño sin decir nada.
A continuación, fue el diseño de Linda.
Sabía que su hermana confeccionaría este estilo, Linda no hizo lo mismo, aunque era su especialidad.
Fue un traje largo de escote y estaba ceñido, lo cual destacó por completo la figura de la modelo. Con dibujos de porcelana, constaba con un estilo muy chino.
Excitadas, Liliana y Linda se miraron. Creían que el ganador debería ser una de ellas, por eso, no presentaron atención al diseño de Albina.
Pero a Yolanda le importaba mucho. Mirando fijamente al escenario, ella quería ver qué más podía hacer Albina con su ropa destruida.
Sonó una música antigua.
A medida que la modelo venía, poco a poco se mostraba el aspecto total de la ropa a través de las luces. Y todo el mundo se quedó en silencio.
Fue una falda larga con escote chino. De arriba hacia abajo, el color se cambiaba de blanco a azul. Con las luces, la falda se parecía a un lago brillante bajo el sol cuando la modelo se movía.
Al principio, la parte arriba de la falda era totalmente blanca, donde Albina pintó montañas y cascada después del teñido. Además, había una barca con el pescador en el espacio de la falda. Cuando la modelo pasaba, el manto flotaba como si fuera una brisa.
Era realmente impresionante.
Claire la miró fijamente y exclamó.
Mordiéndose los labios, Liliana y Linda se pusieron molestadas. Les sorprendió que Albina reformara esa ropa así en tan poco tiempo.
Parecía que ellas perderían.
Yolanda sintió mucho rencor.
—¿Cómo es posible? He hecho tanto, ¿por qué todavía puede cambiar la situación desfavorable? ¡No puede ser!
De repente, se le ocurrió algo.
En el banquete de cumpleaños de Raul Águila, Albina parecía haber dicho que Rafael Atenas le había enseñado pintar.
Yolanda se quedó atontada. No debería usar tinta para destruir la ropa de Albina.
La tinta no la arruinó sino mejorarla. ¡Mierda!
Sin duda alguna, finalmente Albina ganó el primer lugar.
—Si hubierais utilizado algo como los diseños en los turnos anteriores, podríais ganar. Sin embargo, para sacar ventajas, habéis escogido dragón, fénix y porcelana para destacar el estilo chino.
Claire les echó un vistazo lamentable a Liliana y Linda.
—Es cierto que estos elementos tienen mucha relación con China, lo cual también era el estereotipo de China para los extranjeros.
Lo que quería Claire no era estos elementos comunes sino el auténtico estilo chino.
Liliana y Linda bajaron la cabeza con vergüenza. Se creían que como Claire era extranjera, a ella le gustarían estos elementos chinos populares. Por eso, adoptaron dragón, fénix y porcelana para ganar su preferencia.
Y se equivocaron.
—Enhorabuenas, señorita Albina. He visto tus trabajos en los tres concursos. Son espectáculos y me inspiran —Claire miró a Albina y la abrazó con entusiasmo.
Albina se quedó estupefacta por el movimiento de Claire.
Después de la entrega de premios, inesperadamente se produjo una conmoción al lado del escenario.
Subieron a un empleado al escenario.
Albina la despreció. Yolanda ella misma nunca había pensado que su subordinado revelaría su conspiración en público.
Liliana y Linda también se sintieron muy mal. Siendo representantas del Grupo Carballal, Yolanda también las afectaría. Y ahora ya no tendrían buena reputación por su hecho.
Necesitaban distanciarse de ella. Por eso, se mostraron sorprendidas.
Justamente Claire se dio la vuelta y les preguntó:
—¿Esto tiene que ver vosotras?
—No. No somos empleadas oficiales del Grupo Carballal. En la final, estábamos concentradas en la competencia sin tener tiempo para otras cosas. Yolanda lo hace de su propia parte —las dos sacudieron la cabeza.
Claire las examinó con desconfianza y finalmente dejó de mirarlas.
Liliana y Linda se aliviaron. Cuando levantaron la cabeza, vieron la mirada irónica de Albina hacia ellas y volvieron a bajar la cabeza sin atreverse a decir nada.
Yolanda no solo perdió frente a una novata, sino también destruir su buena fama acumulada. Sentada en la silla, ya no sabía qué hacer.
Se escucharon comentarios de la audiencia satirizándola.
—¿Por qué Yolanda hace esto tan repugnante?
—Estará loca por querer ganar. Ha destruido el trabajo de otra persona, ¡qué cruel es!
—Quizá ya sabe que sus diseñadoras no pueden ganar, por eso, ha tendido esta trampa.
—¡Qué persona tan asquerosa! Jamás compraré ropa de Yoli.
—Tampoco la compraré. La ropa que he puesto hoy es de Yoli. Si no hubiera tanta gente aquí, ya me la habría quitado. ¡Qué asco!
—Muchas amigas mías también siempre compran ropa de Yoli. Se lo contaré lo pasado hoy cuando vuelva a casa.
Los comentarios pusieron a Yolanda sentirse más desconcertada. Estos solo eran comentarios de las personas alrededores de ella, también había muchas personas presentas y fuera del concurso que se informaron de lo que había hecho Yolanda. Si todas boicotearan Yoli, la consecuencia sería inimaginable.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: La venganza de mi mujer ciega
que pasa con el final de esta novela solo llega hasta 577 ?...