La venganza de mi mujer ciega romance Capítulo 183

Después de llevar la silla de vuelta al interior, Albina puso una cara bastante fea porque la acción de la familia Espina realmente la disgustaba.

Ahora que su domicilio había quedado al descubierto, Albina suponía que sería mejor para ella mudarse lo antes posible a otro lugar. De lo contrario, vaya uno a saber qué otros trucos podrían usar los Espina para acosarla.

Con esto en mente, Albina llamó directamente a Ariana.

En el otro lado del teléfono estaba un poco ruidos, por lo que Albina no podía oír la voz de Ariana claramente, pero aún podía sentir la alegría en su tono.

—Albina, ¿por qué me llamas de repente? ¿Es porque no estoy en casa y me echas de menos?

Al oír la voz de su amiga, Albina suavizó la mirada sombría y dijo con impotencia:

—Ariana, ve a un lugar más tranquilo, tengo algo serio que hablar contigo.

Tan pronto como esta oyó lo que dijo Albina, detuvo la sonrisa de inmediato y, tras decir unas palabras a Santiago, se levantó y salió de la sala privada.

—Albina, ¿dime? —Ariana dijo a su amiga después de llegar a un rincón.

Albina le contó en detalle lo que había hecho la anciana hoy a la puerta de su casa:

—Ariana, me preocupa que ellos piensan en otros trucos más sucios para tomar represalias contra mí, por eso quiero mudarme. ¿Qué opiniones tienes?

Ariana frunció las cejas y se mostró un poco vacilante:

—Es que Santiago quiere que yo viva junta con él...

Aunque ella y Santiago acababan de establecer la relación amorosa, eran muy compatibles entre sí e incluso ya empezaban a planificar el futuro juntos.

Percibiendo el tono un poco culpable y avergonzada de su amiga, y Albina dibujó una suave sonrisa en la cara y dijo:

—Está bien. Ariana, no te hace falta pensártelo tanto por mí. Antes decidiste vivir conmigo porque te preocupaba que me volvieran a hacer daño. Ahora todo está bien por mi parte y no tienes que preocuparte por mí. Siéntete libre por desarrollar tu relación con Santiago, ¿eh?

Ariana se sintió aún más culpable después de escuchar las palabras de Albina y dijo:

—Olvídalo, voy a decir a Santiago que no puedo vivir junta con él. No puedo permitirme dejarte vivir sola. En mi corazón, siempre eres la más importante.

Albina rio suavemente, sintiéndose muy conmovida en el interior, y dijo:

—Ya no soy una niña sin juicio. Realmente no es necesario que te preocupes tanto por mí. Además, ahora ya tenemos nuestro propio novio y es bastante inconveniente si sigamos compartiendo el mismo apartamento juntas. Cada vez que traigo a Umberto de vuelta, tengo que tener mucho cuidado para no causarte molestias, por lo tanto, será mejor que convivas con Santiago si se puede.

Ariana, sabiendo que Albina dijo así para tranquilizarla, contestó suavemente:

—Bueno, ya veo. Pues iré contigo a buscar otro apartamento cuando estás libre, ¿vale?

Las dos charlaron casualmente un poco más antes de colgar.

Albina se sentó en la sala de estar vacía, recordando el ruido animado que acababa de escuchar en el otro lado del teléfono, y sonrió ligeramente con la cabeza gacha.

Solía esperar enamorarse dulcemente cuando ella estaba en la escuela, pero ahora parecía que ya no tenía tal expectación que antes. Al pensar en esto, Albina se quedó un poco abatida y se frotó la cara unas cuantas veces para animarse.

—Ahora lo prioritario es tratar con la familia Espina para recuperarme las cosas de mamá y papá, vengarme de Yolanda y averiguar la verdad de todo esto...

La anciana ya la había enfadado mucho a Albina cuando fue a armar un escándalo en la empresa, y hoy incluso la amenazó con la intención de aprovecharse de Umberto. ¡Qué familia tan insaciable!

Albina se sumió profundamente en sus propios pensamientos, con los ojos poniéndose un poco sombríos.

«He molestado a Umberto por el asunto de Yolanda. Esta vez tengo que resolver el asunto de la familia Espina por mi propia cuenta.»

La solución que Kevin había propuesto podría arreglar a los Espina de una vez por todas, pero era demasiado viciosa, por lo que Albina había estado vacilando.

Macos, que estaba de buen humor, se sirvió un gran vaso de refresco. Tras unos pocos pasos avanzando, le vinieron las necesidades y se dio la vuelta en dirección al servicio para los hombres.

Justo cuando estaba a punto de empujar la puerta para entrar, de repente oyó una voz familiar que venía del interior.

La voz era joven, y Macos pensó en ella durante un buen rato, y le vino a la mente un aspecto asqueroso.

«Es la voz de Alex Espina, hijo del tío mayor de Albina.»

Parecía estar hablando por teléfono con su familia y su voz estaba muy impaciente.

Macos se detuvo y se escondió en la puerta para escuchar. Al oír a Alex mencionar el nombre de Albina, se lo pensó un momento y sacó su teléfono móvil para activar la función de grabación.

«Vaya uno a saber lo que este Alex dirá después. Es mejor grabar toda su llamada. En caso de que hable mal de Albina, la grabación será una prueba favorable en el futuro.»

De pie junto al lavamanos, Alex refunfuñó con impaciencia:

—Papá, ¡de ninguna manera voy a suplicar a Albina! Mi abuela ya fue a su casa anoche para pedirle ayuda, pero esa perra terca no solo no cedió en nada, incluso hizo enfadar tanto a su abuela que estuvo un día en la cama. No quiero sufrir tal humillación.

Sin saber qué había dicho la persona en el otro lado del teléfono, Macos vio que Alex puso una cara cada vez más fea y dijo:

—¡¿Papá, puedes dejar de hablar de mi juego de dinero?! Ya he dejado de jugarlo, ¿por qué mencionas esto sin parar? Sí, antes yo era demasiado insensato y perdí toda la herencia de Juan, pero no es propiedad de nuestra familia de todos modos, no es una gran cosa perderla.

Tras una pausa, habló con una voz más alta para refutar:

—Además, papá, el que realmente ha puesto a nuestra familia en problemas no es otro que tú mismo. Has sido tú quien ha aceptado sobornos... Bueno, bueno, no hablo más de esto. Tengo que colgar ya. Todavía me queda otras cosas que hacer.

Al ver que Alex no ha dicho ninguna información útil, excepto unas quejas, Macos quiso desactivar la grabación con la intención de irse. Sin embargo, al momento siguiente lo que dijo Alex lo dejó a Macos estupefacto en el acto, con los ojos bien abiertos llenos de asombro.

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