La venganza de mi mujer ciega romance Capítulo 335

—¿Qué álbum es este? —Albina preguntó con curiosidad.

El álbum era más grueso que un diccionario.

La Señora Santángel explicó con una sonrisa:

—El álbum contiene muchas fotos de los miembros de la familia Santángel.

Antes del abuelo de Umberto, la familia Santángel era muy próspera. Por ejemplo, el bisabuelo tenía muchos hermanos y hermanas, además, tenía muchas amantes e hijos ilegítimos.

El abuelo que era su hijo legítimo, había crecido en un entorno lleno de mentiras y le costó mucho mantener firmemente el Grupo Santángel en sus manos.

Fue en ese momento que había expulsado a todos esos hijos ilegítimos y rompió sus vínculos con la familia, e incluso hasta hoy, los descendientes no se han atrevido a presentarse frente a la familia Santángel.

Antes, Albina no sabía tantas historias de la familia. Entendía muy bien que la Señora Santángel quería que ella conociera mejor a la familia, así que puso mucha atención a su presentación.

La Señora Santángel abrió el álbum y Albina no conoció a ninguna persona que salía en fotos de las primeras páginas, pero podía adivinar que fueron los mayores fallecidos de la familia.

Había una foto que mostraba un gran conjunto de miembros familiares, ciertamente era una gigante en comparación con la de hoy.

Después de unas páginas, aparecieron fotos de Sergio Santángel.

Entonces Albina se dio cuenta de que lo que dijo el abuelo en el camino era verdad, ciertamente se veía muy guapo cuando era joven. Tenía rasgos delicados con cejas bonitas, su barbilla levantada hacía que se viera muy seguro de sí mismo.

Albina miró en silencio hacia la dirección de Umberto y descubrió que en comparación con su suegro, Umberto se parecía más a su abuelo.

Pero…

Albina entrecerró los ojos y sonrió. Para ella, Umberto era el más guapo.

Sus rasgos eran sumamente hermosos, parecía el príncipe que siempre soñaba con conocer desde que era pequeña, así que para ella, Umberto era su pareja ideal de toda la vida.

Justo en ese momento, Umberto se giró la cabeza y ambos se quedaron mirándose.

En un instante, Albina se quedó fascinada al ver sus ojos ámbar.

El estado apasionado de Albina hizo que Umberto sonriera inconscientemente, y se acarició la barbilla con los dedos.

« Parece que ser guapo también tiene muchas ventajas, al menos puedo atraer a Albina para que no se distraiga por otros hombres.»

La Señora Santángel que estaba presentando el álbum, de repente levantó la cabeza y vio que los ojos de Albina brillaban como si fueran estrellas.

Siguió su mirada, y vio el hermoso rostro de su hijo.

Sus ojos se suavizaron.

«Esta chica realmente está enamorada de mi hijo. Confío en que ella será una buena compañera para mi hijo en el resto de su vida.»

—Albina.

La Señora Santángel tosió levemente para despertarla.

Cuando Albina la miró, todavía mantenía un estado atontado.

La Señora Santángel abrió una nueva página y le indicó que viera una foto.

Albina la miró y se congeló por un momento.

Era otra foto familiar, pero en comparación con la foto anterior, esta fue sacada un año más tarde y había un nuevo niño muy bonito.

Albina miró a la Señora Santángel y preguntó:

—¿Quién es él?

La Señora Santángel miró disimuladamente a Sergio Santángel y le susurró al oído.

—Es el hijo ilegítimo que más le gustaba al padre del abuelo.

Albina agrandó sus ojos, miró al abuelo de la foto, su rostro estaba frío y todo su cuerpo emitía irritabilidad.

La madre del abuelo en la foto también tenía mala cara, los únicos que estaban sonriendo eran el padre del abuelo y su hijo ilegítimo.

—Entonces, ¿dónde está él ahora? —preguntó Albina en voz baja.

La Señora Santángel resopló con frialdad.

—El abuelo no tuvo ninguna piedad con él, lo echó de la familia y lo envió al extranjero sin dejarle ninguna propiedad. Hasta ahora nadie sabe dónde está.

Albina respiró hondo, miró a Sergio Santángel que estaba sentado frente a Umberto con el ceño fruncido, pensando en su próximo movimiento. Le era difícil imaginar que él había sido tan cruel con sus hermanos.

En ese momento, ella se dio cuenta de por qué la personalidad de Umberto era diferente a la de ellos, resultó que la heredó de su abuelo.

El abuelo no había parecido más en las siguientes páginas del álbum hasta que cuando apareció de nuevo, había una chica que le acompañaba a su lado.

La chica se veía muy joven e ingenua, tenía unos ojos muy claros. Sergio Santángel la miró de soslayo, y aunque la foto era de blanco y negro, se le notaba el cariño en sus ojos. Mientras miraba, Albina sonrió inconscientemente.

—Se nota que el abuelo estaba muy enamorado de la abuela.

La Señora Santángel miró a la niña de la foto con expresión nostálgica.

No tenía un buen carácter con los demás, pero nunca había discutido ni tuvo mal genio con su suegra durante tantos años.

La abuela siempre había sido una mujer mimada por su esposo y su hijo por toda su vida, aun cuando tenía mayor de edad, seguía siendo ingenua, le agradaba a toda la gente a su alrededor por su alegre personalidad.

Además, antes de ser la Señora Santángel, el abuelo no estuvo de acuerdo de que su hijo se casara con ella, pero fue la abuela quien lo convenció a aceptar su matrimonio.

—El abuelo solo tuvo una mujer en toda su vida y como sabes, el padre de Umberto es su hijo único, es por eso que la familia Santángel tiene pocos descendientes. Albina, ya soy vieja para tener más hijos, así que tengo mucha esperanza en ti para hacer prosperar a nuestra familia.

Albina bajó la cabeza tímidamente por sus palabras tan directas. Miró la simpática chica de la foto y luego al padre de Umberto.

Entonces descubrió que, él no se parecía a su padre, pero su carácter alegre y vivaz que era igual a la de su madre.

Aunque el abuelo aparentemente no le agradaba su hijo, de hecho, le daba todo su amor que uno podría imaginar,incluso no le obligó a hacerse cargo de la empresa.

Después de todo, quería que su hijo viviera su vida de la manera que le gustaba.

Por tener un abuelo y padre tan fiel a sus parejas, Albina ahora estaba más segura de que Umberto sería un buen esposo y padre en el futuro.

Las siguientes páginas casi se llenaban de múltiples fotos del abuelo junto a la abuela. Poco después, también apareció fotos del padre de Umberto cuando era pequeño, se notaba que era el hijo preferido de los dos.

La Señora Santángel continuaba con mucha ternura su presentación de fotos y Albina estaba recostada en la mesa, mirando en silencio. Parecía que podía conocer sus historias y sentía las emociones de esos momentos.

Poco después, apareció una foto donde el padre de Umberto ya había crecido, y la persona que estaba a su lado era la Señora Santángel.

Tal como imaginaba, la Señora Santángel era muy bella cuando era joven y parecía una persona alegre al ver su carcajada en la foto.

—Esta era yo, me veo muy diferente, ¿verdad? En realidad, no soy una mala persona, fui una tonta en haber creído en otra persona, si hubiera sabido la verdad, te pudiera tratado bien —la Señora Santángel dijo avergonzada.

Albina asintió con una sonrisa.

—Sí, lo sé.

La Señora Santángel acarició las mejillas de Albina.

—Solo tengo un hijo y te juro que de ahora en adelante te trataré como mi propia hija —dijo con seriedad mientras levantaba los dedos inconscientemente.

Ese comportamiento se parecía mucho a Umberto. Cuando Albina encontró a Umberto llamando en secreto a Santiago, él también había jurado con los dedos levantados.

—Sí, le creo.

En seguida, las dos se rieron.

La Señora Santángel siguió hojeando el álbum, y de repente, los ojos de Albina se enfocó en una foto.

—¡Espere, quiero ver esta!

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