La venganza de mi mujer ciega romance Capítulo 42

La pregunta que hizo Albina hizo que todos se centraran en Yolanda.

El estado de ánimo de Yolanda era sumamente complicado ahora, pensó que podría dejar a Albina en ridícula, pero no esperaba que ella había preparado todo, al final fue Yolanda quien se convirtió en una risa de todo el mundo.

A través de este incidente, Albina se ganó su fama en este grupo de personas.

Ahora todos supieron que ella era alumna del Sr. Atenas y era la más favorita, eso lo podría anotar según su tono de hablar.

Raúl también miró a Yolanda con semblante serio:

—Señorita Yolanda, lo que acaba de decir afecta mucho a la reputación de Albina, debes pedirle disculpas.

Llamarla señorita Yolanda sonaba como que llevaban una distancia alejada que era muy distinto cuando llamaba a Albina, sonara bastante íntima.

Parecía que Raúl realmente reconoció a Albina como un miembro de la familia a través del incidente de hace un momento.

Umberto frunció el ceño, sintiéndose extremadamente incómodo. Miguel, en cambio, se ponía muy contento cuando encontró que la actitud de su padre había cambiado.

Frente a todos presentes, Yolanda respiró hondo y dijo a Albina con disgusto:

—Perdóname por favor, no soy buena en las caligrafías y pinturas y no esperaba que el Sr. Atenas pintó un cuadro especialmente para el Sr. Águila, lo siento mucho.

Tenía una expresión de por llorar, las lágrimas brillaban en sus ojos, su rostro estaba pálido y se veía muy lamentable y terca.

Albina sabía que su disculpa no era sincera, no mencionó nada sobre la ofensiva personal que le dio, además, despreciaba la sinceridad de Albina a pedir un cuadro favorito para Raúl.

Si Albina no aceptara su disculpa en este momento, parecería que fuera demasiada agresiva y los espectadores tendrían simpatía por Yolanda, después de todo, la gente simpatizara con los más débiles.

—A mí no me pasa nada. Albina se comportaba como si nada hubiera pasado.

Cuando Yolanda estaba a punto de dar un suspiro de alivio, de repente escuchó a Albina decir:—Sin embargo, lo que dijo mi profesor también tiene razón, la señorita Yolanda debería tener más conocimientos para no causa más risa como hoy.

Estas palabras hizo que el rostro de Yolanda se puso pálido y verde.

Se escuchaba risas y conversaciones al costado, Yolanda sintió que estaban hablando de ella, así que quería retirarse de este banquete, pero no podía irse ahora, estaba preocupada de que Umberto y Albina tuvieran otros contactos.

Entonces regresó de mal humor al lado de Umberto, recibiendo una mirada fría de él.

Yolanda actuaba como si hubiera sufrido mucho diciendo:

—Albina pudo demostrar la verdad a la primera hora, pero la pospuso para el final, lo hizo deliberadamente para hacerme el ridículo, como puedes ver, ella no es tan débil e inocente como crees, es demasiada intrigante.

Umberto se rio desde el fondo de su corazón su gran capacidad de trastornar la verdad.

—Yolanda, te lo mereces, ya te lo advertí antes. ¡Albina sea intrigante o no, pero ella nunca toma la iniciativa de perjudicar a nadie, es totalmente diferente que tú!

Yolanda se quedó pasmado y apretó con fuerza las manos, no esperaba escuchar tal respuesta. Odiaba que Umberto defendió a Albina de manera muy sesgada, pero no podía refutar de lo que dijo y solo podía mirar de manera antipática a Albina que tenía sonrisa muy dulce y estaba rodeada por gente de la familia Águila.

Ellos acababan de ver cómo Albina enfrentaba a Yolanda, y creían que ella tenía una personalidad aguda, pero después charlar con ella un rato, descubrieron que ella era en realidad muy dulce y simpática, siempre hablaba de manera suave y con cortesía.

La madre de Miguel llevó a su hijo a un lado y preguntó en voz baja:

—¿Albina y Yolanda tuvieron antes algún conflicto?

Miguel no le explicó todo, solo dijo:

—Yolanda está involucrada en las muertes de los padres de Albina.

Después de escuchar esto, la madre de Miguel comprendió la razón de por qué Albina tuviera esa actitud hacia Yolanda.

—Entonces qué pasa entre ella y ese chico de la Familia Santángel... —dijo la Madre de Miguel indicándole a Miguel que mirara hacia otro lado.

Miguel siguió la dirección de su mirada y vio a Umberto sosteniendo una copa de vino parado junto a un pilar, sus ojos nunca se apartaban de Albina, cualquier pudo anotar que aún estaba enamorado de ella.

Miguel resopló con frialdad:

—Ese tipo antes no la apreciaba y ahora se arrepintió de sus tonterías.

Después de escuchar esto, su madre dio una palma en el hombro:

—Albina nos cae bien, pero si realmente quieres estar con ella, tienes que enfrentar a ese chico de la Familia Santángel, escuché que él es un hombre tiránico, una vez que este interesado en algo, difícilmente lo podrá quitar.

Miguel sostuvo el vaso con fuerza, su expresión se volvió fría, sus ojos llenos de determinación.

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