Las amantes del Señor Garret romance Capítulo 17

-Necesito descansar.

Llevamos horas andando sin dar con ningún camino, el pie cada vez me duele más de forzarlo tanto y la noche está a punto de caer sobre nosotros.

En estos momentos me arrepiento de todas las películas de terror en las que un grupo de amigos se perdían en el bosque y por la mañana todos aparecían muertos.

-Es mejor seguir por la mañana y preparar algo para pasar la noche.-propone frotándose la barbilla.

¿Pasar la noche en medio de un bosque en el que no sabemos ni que animales puede haber? Ni hablar.

-No, no. ¿Cómo vamos a dormir aquí? No podemos hacer ni fuego ¿Tu sabes hacerlo?

Me siento sobre una roca y escondo la cara entre las manos. Esto no puede estar pasando, vamos a morir. Comienzo a llorar, no el típico llanto peliculero, lloro desesperada, quiero salir de este laberinto ahora mismo.

-Eh, oye. No va a pasarnos nada.- me levanta la barbilla para que lo mire.- de chico fui boyscout.

-No tengo mi mochila, se quedó en el camino, no tenemos ni una manta. Vamos a estar completamente a oscuras.- Vuelvo a llorar.

Es increíble lo impotente que se puede sentir una persona cuando no puede hacer nada por cambiar una situación.

Venga Emma, siempre eres positiva. La parte buena es que no estoy sola. Torres está conmigo.

-Deja de preocuparte. Siéntate y deja que el profesional se encargue de todo.- bromea dándome unas palmaditas en la espalda.

¿Estará Ian preocupado por nosotros? Espero que estén buscándonos. Aun tengo la esperanza de escuchar en cualquier momento las voces de nuestros compañeros.

Me quedo hipnotizada contemplando los últimos rayos del sol perderse por el horizonte. Me quito el zapato para comprobar el pie.

No está roto porque el dolor sería mucho peor, pero ha aumentado su tamaño al doble y la zona del tobillo se ha oscurecido. Subo la pierna a la piedra para tenerla en alto, dicen que es bueno para la inflamación.

- Ya está todo listo.- Torres camina hacia mi con una gran sonrisa pintada en la cara.

No se como puede estar contento en estos momentos.

Me ayuda a levantarme. Llegamos a los pies de un árbol donde a llenado el suelo de hojas, así por lo menos no estará tan frío ni tan duro.

-¿...Y si viene algún animal?

Si pudiera pondría una valla electrificada alrededor del árbol, pero no creo que lleve en la mochila.

-Tu descansa y yo vigilo ¿Vale?.- me quita unas pocas hojas del pelo.

Poco a poco anochece, no se ve absolutamente nada, pero se escuchan muchos sonidos que por el día pasan desapercibidos y que por la noche resultan aterradores. Crujidos de ramas, aleteo de algún animal por encima de nuestras cabezas, búhos haciendo de las suyas.

Dormir al raso se convierte en una misión imposible cuando llevas manga corta, pero quien iba a pensar que esto podía suceder.

-¿Tienes frío?.- pregunta Torres frotándome los brazos.

-Un poco la verdad, pero no he cogido ninguna chaqueta. ¿Tu tienes frío?

-Soy un hombre caliente. Jamás tengo frío.

¿Querrá que nos calentemos de alguna forma? Si también tengo que lidiar con un hombre "caliente" perdida en medio de un bosque, creo que me va a dar un ataque. Por precaución, me separo de él.

-No busco nada contigo.- aclara visiblemente dolido por mi desplante.- Soy gay, para que te quedes tranquila.

-¡Anda ya! Tu no eres gay.

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