No puedo creer lo que acaba de decirme. Leti le ha llamado para contarle que me había visto con Toni ¿Se puede caer más bajo?
-¿Qué tenéis vosotros dos?- exijo una explicación porque ayer mismo amenazó con despedirla.
- Ese no es el tema.
Se cree que puede llegar desconfiando y exigiendo explicaciones, pero él no tiene que dar ninguna de las cosas que hace. Lo siento señor Garret, pero una relación es cosa de dos y las explicaciones las vamos a tener que dar los dos.
-No hay ninguna tema más, Ian ¿Por qué tiene el número de tu móvil?
-Somos amigos ¿Es qué es un delito? - pregunta a la defensiva.
- Claro que no, solo me sorprende que te tires a tus amigas también - Sé que ha sido un golpe bajo pero no me importa. ¿Cómo puede ser tan tonto? Leti no es amiga suya. Un amigo te cuida y quiere lo mejor para ti y ella lo único que quiere es volver a meterse en la cama de Ian a cualquier precio - Leti no es tu amiga. Es tu espía.
-No me acuesto con ella, ya te lo he dicho -se acerca un poco a mi con menos decisión de la que llegó - estas siendo ridícula.
Este hombre llega a ser exasperante. Quiere que confíe ciegamente en él con la trayectoria que tiene, pero una llamada de esa guarra hace que vuelva corriendo. Acabo de enterarme de la relación tan estrecha que tienen los dos. ¿Sería ella antes como yo? ¿Habrían intentado tener algo más? mil preguntas me vienen a la mente.
-¿Ahora soy ridícula? - me vuelvo hacia la ventana para hacer como si mirara algo, pero realmente lo único que quiero es evitar que note las lágrimas en mis ojos.
-Y cabezota - susurra a mi espalda.
Se le ha pasado toda la rabia que tenía cuando llegó, pero yo sigo enfadada o celosa, no lo se. Estoy cansada de que todos los líos de Ian salpiquen nuestra relación. Me quito la lágrima con la manga de la camisa.
-¿Soy algo más? - me giro para encararlo.
-Celosa.- suelta con media sonrisa.
-Ni que hubiera cogido un helicóptero un día antes para pillarte con otra - ataco levantando una ceja.
-Tienes razón. Perdóname -se acerca y me rodea con los brazos.
-Ian, yo no puedo seguir así. Hoy he hecho una entrevista de trabajo.
Se lo digo tal y como lo siento. Hay momentos en los que pienso que si hay tantas trabas en esta relación es por algo, puede que sea porque no debamos estar juntos, no lo se.
-¿Por qué quieres irte? - pregunta sin comprender. Es tan cuadriculado.
No entiende que pueda afectarme estar todo el día rodeada de estas mujeres. Si él trabajara para mí y sus compañeros fueran hombres con los que me he acostado estoy segura de que estaría molesto. ¡Por el amor de Dios, si ha vuelto porque le han dicho que me han visto hablando con Tony!
-¿Por qué? Te lo he explicado. Porque necesito alejarme de tu pasado.
Deshago su abrazo, su proximidad me hace perder fuerza en mi decisión
Nos sentamos a cenar envueltos en un tenso silencio. Odio que estemos enfadados. Ha estado un día fuera y me ha servido para darme cuenta que lo echo muchísimo de menos y que soy más dependiente de él de lo que creía.
-Tony me ha dicho que no podía pagar la hipoteca y que dejaba el piso.
Le explico para que se calme su desconfianza. Espero que a Leti le haya salido el tiro por la culata, porque no ha pasado absolutamente nada y ha hecho que Ian se haya vuelto antes de tiempo por una tontería que podría haberle contado por teléfono cuando me llamara.
-¿Y que le has dicho?
-Pues... -se me escapa una risita recordando como lo encaró - que tenía dos horas para mudarse.
Me lanza una sonrisa orgullosa. Deja el tenedor sobre el plato y se levanta de la mesa, levantándome con él.
-Esa es mi chica.
Deja un dulce beso sobre mis labios al que yo correspondo. Es lo que llevo deseando toda la noche desde que apareció por la puerta. Dejo que me dominen los sentimientos, paseo mi mano por su duro pecho, siento su latido, fuerte y rítmico bajo mis dedos, desciendo hasta el estómago.
-Vamos a hacer las paces.
Me levanta del suelo entre sus brazos sin dejar de besarme. La noche ha comenzado bastante mal, pero no podía terminar de mejor manera. Llegamos hasta la habitación, me deja sobre la cama, y sin quitarme el ojo de encima, comienza a quitarse la ropa. La sensualidad lo envuelve por completo, cada movimiento que hace es simplemente perfecto.
Se que siente algo por mi, pero también temo que algún día, un malentendido de estos, termine con nuestra relación y lo pierda para siempre.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Las amantes del Señor Garret