LO ÚLTIMO EN MIMOS romance Capítulo 42

Después de que Zorro Plateado entrara en el coche, se quitó la máscara, reveló el rostro de Antonio, se inclinó hacia atrás :

—Vamos al Grupo Serrano.

Joaquín, que estaba conduciendo, preguntó:

—Jefe, ¿por qué no vamos a batanear a Ramiro nosotros mismos y nos gastamos dinero?

—¿Qué? ¿Crees que no debemos gastar ese dinero? —Preguntó Antonio.

—No, es que pienso que es menos molesto darle una paliza nosotros mismos.

—No se lo merece.

Joaquín no sabía qué decir.

Cuando ellos llegaron al Grupo Serrano, Rosa aún no había terminado su trabajo, Antonio no se apresuró y se sentó tranquilamente en el coche y esperó.

Después de esperar una media hora, Rosa salió de la oficina, vio el coche de Antonio, y luego caminó hacia él.

Jesús, que fue enviado por Antonio para proteger a Rosa, siguió silenciosamente detrás de Rosa, Rosa dio unos pasos y de repente se detuvo y miró a Paco y Bruno:

—Vosotros dos no necesitáis seguirme, podéis regresar a casa.

—Sí, Presidente Serrano.

Paco y Bruno se sentían culpables porque habían fallado en sus deberes la última vez, y cuando Rosa de repente tenía otro guardaespaldas a su lado, sólo pensaron que Rosa ya no confiaba en ellos, y estuvieron de mal humor todo el día.

Las piernas de Antonio no eran convenientes y no se bajó del coche para saludar a Rosa. A Rosa no le importó y se subió al coche después de que Jesús abriera la puerta.

—¿Llevas mucho tiempo esperando? —preguntó Rosa después de subir al coche.

—No mucho, sólo he estado aquí durante media hora —Antonio respondió honestamente.

—¿Ahora adónde vamos?

—¿Quieres ir a cenar al restaurante Juster?

—Sí.

Antonio sonrió:

—Parece que te gusta este restaurante, ¿qué tal si te lo regalo este restautante?

Rosa no sabía qué le va a responder.

Rosa no sabía cómo responder a ese pregunta.

—Guárdalo, este regalo es tan caro.

—Lo mereces.

Rosa sintió que Antonio sabía muchas palabras entre pareja, no pudo resistirse, así que se apresuró a cambiar de tema:

—¿Cómo te sientes hoy? ¿Todavía te duele la pierna?

Antonio sacudió la cabeza:

—Un poco, es bueno que pueda sentir el dolor, lo cuál demuestra que estoy consciente.

Rosa asintió y dijo:

—Tienes razón, Hugo...

—No te preocupes, ya está resuelto —Antonio lo dijo para consolar a Rosa.

—En realidad, prefiero que venga. ¿Ramiro quería hacer un rescate heroico? Si Hugo viniera, ella fingiría estar atrapada, Ramiro vendría a rescatarla de todos modos, y entonces, aunque él la salvara, ella seguiría siendo indiferente a él y le dejaría estar ansioso, ¿no sería eso más divertido?

Antonio entrecerró los ojos:

—Mujer, no creas que con Jesús todo va a estar bien, debes saber que esos gamberros son brutos, será mejor que no sufras.

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