LO ÚLTIMO EN MIMOS romance Capítulo 43

Incluso Rosa, que también tenía curiosidad, miró fijamente a Antonio. Vaz estaba más impaciente:

—Antonio, dime rápidamente, ¿cuál es la sugerencia?

—Es muy sencillo, te abalanza sobre él y te acostas con él —Antonio se encogió de hombros.

El rostro de Vaz se sonrojó:

—Eres un pícaro.

Antonio puso los ojos en blanco:

—Señorita López, debe saber que Patricio no te gusta, por eso no importa lo que haga. Lo único manera para que él esté contigo es acostarte con él. Si ya tenéis relación sexsual, os van a ayudar vosotros padres aunque él no quiere, ¿entiendes?

—Pero, ¿no es fácil acostarme con Patricio? —Vaz se preocupó.

—Eso depende de lo que hagas, cuando está consciente, definitivamente no es posible.

Los ojos de Vaz brillaron al escuchar las palabras de Antonio:

—De repente creo que lo que dices tiene mucho razón.

—Eso es —Antonio se sintió contento.

Vaz se acercó de repente a Antonio y le preguntó:

—Rosa aceptó casarse contigo, ¿también porque se acostó contigo? por que a Rosa no le gusta un vagabundo como tú.

Su voz no era fuerte, pero sí lo suficiente como para que Rosa la oyera. Rosa sentía que la temperatura de su cara aumentaba poco a poco, y aunque no podía ver su rostro, sabía que en ese momento, definitivamente estaba sonrojado.

Antonio miró a Vaz embarazado:

—¿De qué estás hablando? Rosa aceptó casarse conmigo porque me gusta.

—¿Crees lo que dices? Aparte de tu cara, ¿qué más tienes? ¿Dinero? Pero a la presidenta Serrano no le falta dinero. Ella ni siquiera quiere a Patricio, no te va a quiere tampoco. ¿Por qué no tienes conciencia de ti mismo? —Vaz miró a Antonio con cara de desprecio.

Antonio estaba furioso:

—¿Soy tan malo?

—¿Sí? —Antonio se volvió hacia Rosa y le preguntó.

Rosa negó con la cabeza:

—No es así.

Después de decir eso, como si temiera que Antonio tuviera malentendido, añadió apresuradamente:

—Eres muy bueno, me gusta mucho.

Vaz no sé que va a decir.

Antonio se quedó heledo por las palabras de Rosa.

Vaz estaba suspendida por un buen rato y luego dijo —Es difícil de creer que realmente una cara guapa es lo que te importa más.

—Vaz, es suficiente, si tienes tantos tiempos, vas a buscar a Patricio. No estés aquí como una molestia —Antonio no quería escuchar las palabras de Vaz, solo las palabras de su novia le parecía satisfactorias.

—Me voy ahora mismo. Pero, te digo, Antonio, es mejor que te cases con tu novia lo antes posible —Después de decir esto, Vaz salió.

Antonio miró la espalda de Vaz y se quedó sin palabras:

—Esta mujer es mimada por su familia.

Rosa asintió:

—Estoy de acuerdo.

Antonio recordó lo que acababa de decir Rosa y preguntó con interés:

—Oye, ¿me quieres de verdad?

Rosa asintió:

—Sí, de verdad.

¿Por qué no? Se trataba de un hombre que estaba dispuesto a arriesgar su vida para meterse en el fuego para salvarla, por no decir que le gustaba, aunque le diera la vida, seguía estando dispuesta.

Antonio miró a Rosa,sintió que ya estaba loco de alegría.

Al ver la mirada tonta de Antonio, Rosa quiso reírse. Luego, al pensar en el consejo que Antonio acababa de dar a Vaz, no pudo evitar preguntar con preocupación:

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: LO ÚLTIMO EN MIMOS