Más que un trato romance Capítulo 20

La puerta se abre y Nathali llega con el asistente de Sophi, que trae una bolsa, me fijo mejor y parece ropa ¿serán los trajes de Jonathan y William?

- Isabela ¿cómo estas?

Iba a contestar pero Jonathan se adelanta- ¿cómo estarias con hambre y tu novio te rechazó la invitación a comer? -siento que mis mejillas arden, por la forma tan relajada que lo dice y más como si yo no estuviera aquí.

- Al parecer cree que porque ya es su novia no debe de hacer un mínimo esfuerzo.

- Estoy aquí, los escucho -dice William dejando a un lado una regla y lapiz.

- Y yo que pensé eras un maniquí... bien a lo que venía -toma mis manos- por favor dime que aún no tienes el vestido que usaras está noche -dice en súplica Nathaly

- Yo.... ya tenía uno en mente pero aún no voy por el.

- Excelente quizá tenga uno que te agrade o por lo menos no gastaras en uno -me guiña el ojo y entra otros dos chicos con maniquíes- Eduardo saca el primero -veo como edwar que en realidad se llama Eduardo deja las bolsas en el sillón y toma la bolsa con el vestido dentro y lo saca, es bonito no lo niego es pegado al cuerpo pero no lleva tirantes y tiene escote tanto por delante como por detras.

- Es... lindo -digo sin mucho ánimo.

- Pero no te gustó.

- Sí, es que bueno es mucho escote la verdad, y que quiero uno que sólo lleve escote en la espalda ya que deben lucir las joyas y un escote en los senos es justo a donde llevarán las miradas tanto hombres como mujeres.

- Ok ya entendí, así que mira las opciones que tenemos así y me gusta que tengas una idea plasmada pero me inquieta que no te gusten los modelos que tenemos -dice mientras sacan los vestidos de sus bolsas y un gemido sale de mis labios al ver un hermoso vestido es como si Natalie leyera como quería mi vestido, era liso de la parte del busto lo marcaba a la perfección delineando la cintura al ser pegado en esa parte, los tirantes sólo eran para mantener el vestido en su lugar al hacer semejar una manga y que se disimula con aquella joyería que estaría en mi espalda, la parte de la falda es en velo pero lleva una vertura en la pierna derecha que sólo se verá al caminar y aunque mis ojos resultarán por el color lila de la tela no me importa, me acerco a él como si fuera un sueño- ¡oh! Eres la perfección de vestido, saliste de mis sueños para hacerte realidad -tocó cada detalle del vestido incluso mis manos se quedan la cintura  hasta parecía que tocaba la mía.

- ¿Estas segura que quieres ese? -me pregunta Natalie.

- Si lo tienes en otro color seria mejor, pero es perfecto ya que quien debe lucir son las joyas no el vestido, es sencillo pero elegante y lo quiero -digo firme- nadie me quitará ese vestido a menos que no me quedé.

- Ok es tuyo, tu tía nos dio ropa tuya para hacerlos a tu medida.

- No quiero saber cuándo ni dónde hicieron eso -digo y edwar mete el vestido en su bolsa, William y Jonathan se habían quedado callados, era cómo qué si habrían la boca morirían.

- En cuanto al maquillista ¿a qué hora irá a tu casa?

- Nadie me maquillara soy mi propia estilista, ya tengo la idea de cómo va a ser el peinado, maquillaje y uñas, quizá en otra ocacion si los requiera -digo con calma y sonriendo.

- Esta bien pero si por alguna razón cualquiera que sea necesitas ayuda sólo marca a William o mejor que te mande mi contacto y me llamas directo a mi a Susan o la tía Sophi.

- Lo are si pasa algo inesperado.

Nathali se despide y todo su equipo sale con ella y nos quedamos los tres solos y como tengo que bajar 20 pisos debo de empezar.

- Yo debo de irme.... ¿William me prestas a John para que me lleve a casa?

- Claro pero ¿no ibas a comer? -me pregunta William.

- Lo are en casa, no te preocupes.

- ¿Te ayudamos? -esté es Jonathan.

- No gracias yo puedo sola -tomo las cosas y salgo de la oficina de William dejándolos a los dos ya que tenía un piso más para bajar.

- ¡Afrodita espera! -volteó y son ellos dos que no parecen querer dejarme ir- no llegaras muy lejos con todo eso y aunque no llevarás carga son casi 21 pisos -dice William que ahora parecía preocupado y toma mi brazo y me guía al elevador.

- No podemos usar el elevado quedaríamos atorados -las luces parpadean cuando empieza a subir el elevador.

- Lo sé por eso se quitará la luz de este piso y el 19 y de los pisos que ya se haya marchado el personal -el elevador llega y las luces se apagan sólo queda la luz del elevador entramos preciona el botón del sótano y las puertas se cierran, sólo me queda rezar para que no nos quedemos atrapados- ¿aun quieres comer conmigo?

- No - digo secamente por el resentimiento que tenía.

-¡¿no?! - exclaman ambos con asombro.

- Sí dije que no, quería pero ya no -la cara de William dice que me va decir algo pero Jonathan lo golpea por detras mío- Jona deja que diga lo que va a decirme William.

- Disculpa por intentar hacer mi trabajo e ingorarte.

- Bien, pero no por el echó de tener un contrato quiere decir que me trates como un objeto no se te olvide que soy tu novia, puedo entender que estés ocupado pero por lo menos mirame a la cara cuando rechazas un invitación o simplemente decir estoy ocupado, se perfectamente que eres un hombre ocupado y no estoy enamorada de ti como para sentir que el mundo se me va si no comemos juntos.

- Te ganaron hermano y no sólo en los golpes -dice riendo Jonathan.

- No te rías que también a ti te puedo golpear aquí dentro -le digo a Jonathan.

- Entonces ¿si comemos juntos? -insiste William.

- Hasta parecía una princesa o más bien la diosa Afrodita bajando por esas escaleras -dice mi primo que está en videollamada y July ríe al darle un Zape y también río.

- Si fuera por él te cerraria la puerta para que no salieras -dice july.

- Y más por semejante billete que lleva puesto en diamantes ¿cuánto cuesta?- dice mi primo.

- No se como 30 millones -los ojos de los dos se abren como platos y mi tía pone su cel en el selfiestic la compu arriba de la chimenea así salimos todos en la foto aunque estén a kilómetros de distancia ellos estaban por salir de antro así que todos estábamos guapos, hablamos hasta que el timbre suena, mi tía va a abrir y deja entrar a William que se ve realmente guapo con Smoking, aunque ya lo he visto con sus trajes ejecutivos, no es lo mismo ya que se ve más formal elegante en ese smoking negro camisa blanca y un pañuelo lila, el se queda viéndome así como yo.

- Qué lindos se ven Rodrigo -la voz de mi prima nos hace reaccionar y William se aclara la voz.

- Te vez hermosa.

- Gracias, tú te vez muy guapo -William se acerca me quedo quieta, July aún no sabía lo que pasaba y tampoco nuestro primo así que tenía que corresponder al beso que me da, es muy suave y lento, quizá no quería mancharse mucho, mi primo carraspea.

- Oye estamos presentes su familia y aún no nos pides permiso -no puedo evitar reír por lo que dice mi primo y esto hace que William se separe de mi.

- Hola, yo pensaba pedirle permiso a su hermano mayor primero, pero me das permiso de besar a la bella Afrodita soy William su novio

- Sólo besarla, pobre que la monocés es una diosa virgen -aprieto mis labios al escucharlo y también lo hace July y más por la cara de William hasta que los tres soltamos la carcajada- le falta poco para los 30 y creiste que era virgen jajajaja.

- ¡hey! Me ofende lo que dices de mi -me quejo ofendida pero vuelvo a reír.

- Si tú, aún pienso que hiciste más que los Grey de 50 sombras -me ataca mi primo Roberto

- Lo dices por experiencia sucio sado, yo a eso no le voy aunque igual y si me dejó amarrar -le alzó la ceja sugerente.

- Contigo no se puede siempre terminas coqueteando conmigo -reímos aunque William parece fuera de lugar.

- Sólo ellos se entienden -le dice Diana- anda Isa que faltan unas fotos -jalo a William y mi tía nos toma una foto grupal, después con la laptop con mis primos, una solos los dos, y otra con mi tía está la toma William, aún no entiendo su afán de tomarme fotos de todo, salimos de casa la lluvia dejó un aire fresco.

- Maldición está fresco -digo al sentir toda la joyería helarse.

- Siento que no puedas llevar algo para abrigarte en lo que entramos.

- Te perdono, sólo si me das tu sacó al salir y ahorita sólo para agarrar calor ya que nadie nos ve -se quita el sacó y me lo pone en los hombros está muy calentito, John nos espera con la puerta abierta de la limocina negra, puedo ver la seguridad detrás y delante, me sentía rara al verlos ya que siempre estaban escondidos o quizá haya más escondidos, al subir enseguida agarro calor y le devuelvo el sacó, vamos en silencio y justo antes de que lleguemos me pongo nerviosa al pensar que podría resbalar o romper el vestido, soy una dramática, la limo se detiene y casi se me paraliza el corazón al pensar que la puerta se va a abrir.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Más que un trato