Más que un trato romance Capítulo 25

Entramos a la oficina y William se deja caer en la silla y deja salir un suspiro profundo, yo sólo quiero irme no ver más la sangre en su cara o manos.

- Ya estás en tu oficina, yo me voy a mi casa -doy da la vuelta para irme.

- Espera, por lo menos curarme -dice William deteniendome en seco.

《Yo que pensé que ya me había salvado, pero no... Isa no te acobardes》 dice mi subconsciente

- Claro.... y ¿dónde está el botiquín?

- en el baño -señala la puerta que está en la esquina del lado derecho de la puerta de entrada.

- Ya vuelvo...

Entro al baño era como el de una casa, pero si lo comparara con el de mi su casa es más grande y lujoso, pero lo que más me llama la atención es la tinta o quiza sea jacuzzi- y yo que siempre e querido uno hay diferencia entre baños de jefe y emoleados -hice ojos de huevo- o quizá lo puso solo para meterse con la mujer del momento, lo más seguro que aquí son sus "juntas"... a lo que vine.

Jalo el espejo y se abre dejando ver medicamentos, cepillos de dientes sin usar y lo necesario para usar el baño y rasurarse, mi vista busca el botiquín para heridas y lo encuentre, lo tomo en las manos y busco guantes de látex pero no hay nada- lindo día, lindo día -salgo del baño y lo miro parece dormido William por la posición en que está.

- ¿lo encontraste?

- Si lo encontré, pero no hay guantes de látex.

- No tengo ninguna enfermedad contagiosa.

- si claro -digo despacio acercándome y William aún mantrenia los ojos cerrados, sólo espero no me halla escuchado.

- ¿Qué clase de persona crees qué soy?- pregunta muy ofendido abriendo los ojos, tomándome por sorpresa el saber que si me había escuchado.

- ¿Un mujeriego? -le respondo con otra pregunta arrastrando las palabras, por qué había visto la sangre en su ceja y labio el corazón se me quería detener y sentía que no podría moverme como yo quería, mi cuerpo parecía querer hacer su voluntad.

- Así qué mujeriego -dice afirmando, no contesto y me coloca a su lado y empiezo a ponerle agua oxigenada al algodón- ponte enfrente te será más fácil -pongo en medio de sus piernas y con la mano temblorosa coloco el algodón sobre el labio hinchado y cortado- con cuidado -se queja al sentir un golpecito con el algodón.

- Lo....lo siento -intento hacerlo con más tacto, pero no podía, mis manos tiemblan y mi corazón se detenía al ver esa sangre.

William sólo me mira no se si pensé que el me pone nerviosa, pero no le diré que es la sangre la que me pone nerviosa, otro mal toque- deja mi labio o parecerá que me puse botox, cura mi ceja.

Hago lo que le dice, pero igual que con el labio no controlo la fuerza de mi mano temblorosa, es detenida cuando la puerta de abre.

- ¿William que haces? -dice el señor Ivan al ver esa poción entre nosotros, de seguro que a su vista era comprometedora.

- Nada sólo me cura abuelo, pero es más delicado un alfiler que está mujer -se separa de mi dejando ver los golpes, sienti un enorme enojo después de todo el me lo pidió.

- Pues curate tú mismo -dejo todo sobre el escritorio y me marcho a toda prisa, ya que me dio una excusa para hacerlo.

- ¿Isabela hija estas bien? ¿No te paso nada? -pregunta preocupado el señor Ivan.

- Si estoy bien gracias, sólo su pedido se perdió lo siento mucho -salgo casi corriendo de esa oficina, tenía que salir o tendría un ataque de ansiedad por la sangre.

- De nada -grita William, no pensaba voltear a verlo.

•William•

- Es en serio te preocupa más ella ¿qué por tu nieto?

- Claro que no hijo, además veo que estas bien.

- Oye ella está mucho mejor que yo, no tiene ni un rasguño -digo frustrado por esa preocupación por ella.

-jajaja si hijo, sólo que, no entiendo porque eres muy insensible con ella.

Miro a mi abuelo tomar asiento y toma aire, masajeo mi cien- abuelo, ella es la que me trata mal, y hasta le caigo mal -y con justa razón.

- De seguro te dijo mujeriego -me quedo en silencio ya que no podia decirle lo del viernes y a la vez hacer de cuenta que le dio en el blanco- y porqué te ofendes que no es así -afirma

- No, a cada una la quince el tiempo que duró.

- Quisiste no amaste y la que más te a durado es de 15 días, debes de madurar y asentar cabeza Willi.

Una idea le cruza por mi cabeza y sonrío con un poco de malicia, y el abuelo se da cuenta de ese acto.

- ¿Qué máquina esa cabeza tuya?

- Nada malo -mi abuelo alza una ceja- bueno no para mi... si sento cabeza ¿me darás el mando completo?

- Willi, Willi... yo no te la compro, hasta pensaría que estas pensando en engañarme y usando a la pobre de Isa.

- Intentare estar libre para pasar por ti, pero si no puedo te veo en tu casa -y yo que pensé diría que no podía ir- nos vemos más tarde mi bella Afrodita

Y sólo se va sin decir más, veo los mensajes que tenía eran de mis hermanos diciendo lo mismo cuando llamaron a casa de tía Diana, mis manos tiemblan mientras dejó en visto los mensajes y activo las alarmas, me levanto y todo la puerta espero a que me de el pase Jonathan pero sólo me asomo- ¿no tienes algo para archivar?

- Lo siento prima pero hoy aún no tengo nada, ve y mata el tiempo por ahí.... -se queda en silencio mirandome- ¿estas bien?

- ¿he?... Si estoy bien o por lo menos eso intento, después de todo será menos tiempo que pase atada a William ¿no?

- ¿Segura qué es por eso?

- Sí, sólo es eso -cierro la puerta y me dirijo al baño unos 15 minutos, la verdad aún seguían viniendo a mi los recuerdos y lo que menos quería era pasear por los pisos para ver que hacia cada uno, regreso a mi escritorio y el tiempo parece pasar lento pero al fin llega la hora de salir al parecer William está ocupado así que tomo el elevador y pongo el lobby, pero la poca tranquilidad que me queda se va al subir un par se secretarias hablando sobre una película dando descripción de como le sacaron las tripas al tipo la mucha sangre que salía, no es que me ponga mal ver las películas donde hay heridos si no que no estoy muy bien y mi mente traicionera en estos momentos sólo me lleva a mi infierno personal que es el accidente.

- ¿éstas bien? -me pregunta una de las chicas.

- Sí, estoy bien.

- ¿segura? por que estas muy pálida.

-Si estoy segura -el elevador se abre en el piso 10 y bajan ambas quedando sola en el elevador, sola para que mi mente me lleve a lugares llenos de sangre dónde no quiero estar  y comienzo a alucinar que mis manos están cubiertas de sangre, me siento mareada y sin me faltan varios pisos me recargo en una de las esquinas y cierro mis ojos evitando tratar de pensar, como si mis súplicas fueran escuchadas todo se vuelve oscuro y frio.

•William•

Había avanzado el trabajo que tenía así que fui a buscar a Afrodita pero ya no está, miro mi reloj y no hacia mucho que se había ido así que podía alcanzarla en el lobby ya que aún seguía bajando el elevador, llamo al elevador que usamos la familia para hacer más rápido el descenso ya que es raro que alguien lo llame, aún no podía creer que la pequeña fierecilla sea emofobica y ahora entendía porque había dejado la medicina aunque mi abuelo no me dijo la razón de donde provenía su emofobia, y hablando del abuelo me contó un secreto que la verdad odio pensar en ello pensar en lo que van a sufrir las personas involucradas y por ese mismo secreto debo de casarme con más razón con la bella Afrodita, las puertas del elevador se abren sacándome de mis pensamientos, miro hacia recepción donde Jen me mira con una sonrisa de que aún no sale mi Afrodita así que me dirijo al elevador que está por llegar y me pongo frente a las puertas estas se abren pero mi sonrisa se desaparece al ver la escena, en un rincón está tirada mi Afrodita su piel tan pálida- ¡Afrodita! -sin pensarlo grito su nombre con desesperación y corro hacia ella, tocó su rostro está un poco fría pero puedo sentir su respiración al parecer solo está desmayada- debiste esperarme Afrodita.

- ¡Dios mio! ¿Qué le pasó? -esa es Jen- ¿en que puedo ayudar? -está más nerviosa que yo.

- Solo avisa a enfermería que vamos para allá -me pongo de pie con Afrodita en brazos es tan liviana.

- Si señor -Jen corre hacia recepción y yo pincho el tercer piso.

- Afrodita debes de estar bien -el sonido que avisa de llegada al piso suena y yo siento que tardan en abrir las puertas, salgo del elevador a toda prisa la enfermera y el médico ya nos esperaban así que colocó a mi bella novia en la camilla médica y la enfermera comienza a revisar su presión, el médico me hace unas preguntas que respondo sólo sabía algunas cosas, así que le tengo que decir lo de su enfermedad y lo que pasó está mañana, pero mi sangre se vuelve a helar cuando me pregunta ¿cuánto tiempo lleva desmayada? así que después de que me dijeran que tenía la precion baja y que quizá había tenido un ataque de ansiedad lo cual su cuerpo no dio más y perdió el sentido, por una parte estoy tranquilo pero debo de saber si alguien no se aprovechó de que ella estaba inconciente así que me dirijo a seguridad, pido el vídeo del elevador y después de ver que nadie entró al elevador y nadie la tocó regreso con mi novia que aún no recupera la conciencia - ¿Por qué aun no despierta?

- Lo hizo pero la tuve que cedar ya que aún estaba alterada era como si reviviera un trauma.

Cierro mis manos en puño ¿qué será lo que le pasó que la pone tan mal?- ¿Puedo llevárla a casa?

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