—Mariano, ¿no entiendes? No importa lo que me hagas a mí o a Delfino, no te odiaría tanto. No deberías haber atacado a Raquel.
Yadira siempre fue una persona de corazón blando; de lo contrario, no habría soportado a los Jimenez durante tantos años. Incluso cuando se vio obligada a casarse con Delfino, seguía teniendo ilusión por Salia.
Sin embargo, Mariano nunca debió hacer daño a Raquel. Raquel era el tesoro de Yadira.
Mariano permaneció en silencio durante mucho tiempo. Yadira estaba cansada de lidiar con él y su hipocresía.
Cuando estaba a punto de marcharse, le oyó decir:
—En realidad, es culpa de Franco que Luciana haya salido así. ¿Crees que quiero que esto ocurra? Si no fuera por Franco, no habría acabado así.
—¡Si yo fuera un Dominguez y me hubieran echado una mano como Delfino, no habría acabado aquí!
—Nadie diría que no a una vida decente.
Mariano parecía haber reprimido su insatisfacción durante mucho tiempo, y finalmente encontró una salida para él. No se guardó nada.
Mariano era inteligente, ingenioso y calculador, pero orgulloso. En esto se parecía a Delfino.
Incluso a la gente corriente le costaría mostrar su lado frágil a los demás, pero él lo dijo todo delante de Yadira.
Sus palabras revelaban débilmente sus celos de Delfino. Creía que Delfino tenía más suerte, porque Delfino estaba en mejor situación que él.
Por eso se había centrado en Delfino.
La familia de Mariano sufrió mucho, y eran inocentes.
Pero...
—Mamá —De repente, llegó la voz de Raquel. Yadira se dio la vuelta y miró a su alrededor, descubrió que Mariano ya no estaba cerca. Respiró aliviada y sonrió a Raquel.
Delfino se alojó en la Finca de Napolés. Cuando estaba en el trabajo, tenía a Yadira sentada a su lado. Raquel se quedaba con Fidelio y jugaba con él todos los días.
Al tercer día, Mariano pidió a Josefa que informara a Delfino para que trajera a Yadira.
Aunque Mariano no participaba en el proceso farmacéutico, estudiaba este medicamento para Luciana.
Aunque no conocía la fórmula, obtuvo alguna información sobre la misma de varias fuentes, ya que había permanecido al lado de Franco, pero ninguna de ellas era exacta.
Mariano sólo pudo desarrollar una medicina para frenar la enfermedad de Yadira y probarla en ella.
Yadira se tumbó en la cama y Mariano introdujo la aguja de infusión en su vaso sanguíneo. Su brazo era tan huesudo que dificultaron la inyección.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Matrimonio de primera
Quiero seguir leyendo...