Franco respondió al teléfono.
Al momento siguiente, se sentó de repente con la espalda recta: —¿Qué has dicho?
Yadira no oyó lo que decía el otro lado del teléfono, pero Franco dijo con rabia: —¡Pedazo de mierda!—.
Luego tiró el teléfono.
—Mátalo—. Franco no dijo nada a Mariano. En cambio, se levantó y se dirigió a toda prisa hacia la azotea.
Antes de que Yadira se diera cuenta de lo que estaba pasando, vio que un hombre apuntaba a Mariano con una pistola.
Ella abrió los ojos con más fuerza, comprendiendo que Franco quería matar a Mariano.
—¡Mariano! —Mientras Yadira gritaba hacia este nombre, escuchó un fuerte sonido de la pistola.
Afortunadamente, Mariano fue lo suficientemente rápido para esquivar la bala.
Incluso se volvió hacia Yadira y le sonrió: —Estoy bien.
Al ver que Mariano esquivaba la bala, aquel hombre se enfadó un poco, diciendo en tono frío: —¡No puedes librarte de esto!.
Aunque Franco se había ido con muchos de sus subordinados, todavía dejó algunos aquí.
Algunos de los hombres llevaron a Yadira a salir, mientras que los otros estaban dispuestos a luchar contra Mariano.
Mariano no les tenía ningún miedo.
Criado por Franco, se había sometido a duros entrenamientos desde la infancia. Por lo tanto, era física y mentalmente más fuerte que los subordinados de Franco.
Aunque estaba herido, se movía muy rápido. Estos subordinados no podían derrotarlo.
En un abrir y cerrar de ojos, Mariano comenzó a pelear con estos subordinados, y la escena era bastante caótica.
Sus piernas no estaban tan entumecidas como antes. Aunque estaba débil, rodó tan rápido como pudo.
El subordinado no esperaba que Yadira hiciera esto. Se quedó atónito, y luego corrió para atrapar a Yadira.
Corrió cada vez más cerca de Yadira y estuvo a punto de alcanzarla. De repente, se oyó un disparo y el subordinado cayó al suelo.Cuando cayó, ni siquiera cerró los ojos.
Yadira se sorprendió. Levantó la vista y vio una cara conocida, y murmuró: —¡Josefa!
Detrás de Josefa estaba el borde de la azotea, lo que significaba que Josefa trepó hasta aquí desde abajo.
Esto no era sorprendente, porque Josefa era ágil y buena en la lucha.
Yadira vio a otras personas detrás de Josefa, así que parecía que Josefa no había venido sola.
Todo esto sucedió de súbito. Ni siquiera Franco esperaba que Josefa pudiera subir desde abajo con los guardaespaldas.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Matrimonio de primera
Quiero seguir leyendo...