Al escuchar las palabras de Mariano, Miguel se sintió confundido.
Un rato después, pareció darse cuenta de algo. —¿Qué le dijiste a Delfino? Todavía no viene a salvar Yadira.
Aunque Miguel no era muy amigo de Franco, había oído hablar de lo que éste había hecho.
Aunque no conocía los detalles, tenía una vaga idea de lo que pasó.
Franco utilizó a Yadira para amenazar a Mariano y a Delfino para que acudieran a él, pero al final sólo fue Mariano.
Aunque Miguel y Delfino nunca se habían enfrentado, se habían conocido, por lo que tenía una idea de qué tipo de persona era Delfino.
Delfino valoraba mucho a Yadira, sin embargo no acudió a salvarla en un momento tan crítico. Incluso después de que Yadira fuera rescatada por Mariano, Delfino no apareció.
Miguel no tenía prisa, pero después de que Mariano se lo recordara, se puso serio. Pensó un momento y dijo: —Mañana.
Mariano apagó el cigarrillo que tenía en la mano. —Un largo retraso significa muchos problemas, es mejor que sea esta noche.
Parecía innegociable. Mariano se decidió directamente.
—Tú...
Miguel aún quería refutar, pero Mariano lo interrumpió: —Aunque ese asunto pueda retrasar a Delfino, no significa que no se preocupe por Yadira. Cuando entre en acción, no tendrás ninguna oportunidad.
Miguel se fue sin decir nada, con desprecio.
Cuando Yadira volvió a su habitación, cerró la puerta y se apoyó en el respaldo de la silla, desanimada.
¿Qué hacía exactamente Delfino? ¿Qué le dijo exactamente Mariano a Delfino?
Aunque no quería que Delfino se viera envuelto en todo por ella, no podía evitar sentirse un poco rara porque Delfino no había venido a busApoloa.
¿Qué era el problema que lo obstaculizara para que no tuviera tiempo para rescatarla?
Yadira no culpaba a Delfino. Sólo quería saber qué le había pasado.
—¿Qué quieres para comer? —preguntó Mariano como si no la hubiera oído.
La expresión de Yadira era indiferente: —Cualquier cosa.
Mariano le echó una mirada significativa y no dijo nada más. Se dio la vuelta y salió.
Parecía que sólo había venido a preguntarle a Yadira qué le apetecía comer.
Yadira le vio caminar hacia la puerta y de repente lo llamó: —Espera.
Mariano se detuvo, pero no se volvió, como si esperara que ella continuara hablando.
Yadira le preguntó: —¿Qué le dijiste a Delfino?
Mariano no la miró: —Creo que será mejor que te preocupes por ti primero.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Matrimonio de primera
Quiero seguir leyendo...