En cuanto el encargado de la habitación salió, alguien volvió a llamar a la puerta.
Yadira se quedó atónita y pensó para sí misma,
—Tal vez la encargada de la habitación descubra que soy la mujer que busca Miguel, y se haya ido a decírselo.
Esta idea le pareció muy probable en el momento en que surgió.
Yadira llegó a imaginar que Miguel la esperaba en la puerta con un grupo de personas. Cuanto más lo pensaba, más le parecía cierto.
Emilia estaba de mal humor por culpa de Yadira. Cuando oyó que llamaban a la puerta, se enfadó aún más:
—¡Pondré una queja sobre esto si vuelves a llamar a la puerta!
Nada le había ido bien hoy.
Emilia se giró para mirar a Yadira. Se rió de Yadira:
—Parece que estás pasando por un momento difícil en la vida.
—No está tan mal —Observando atentamente a Emilia, Yadira dijo con indiferencia:
—No tengo tanta suerte como tú.
Aunque Emilia no era pariente directa de la familia Domínguez y tan rica como Delfino, llevaba una vida mejor que la gente corriente.
Además, como famosa presentadora, Emilia era capaz de mantenerse a sí misma. En opinión de Yadira, muchas personas nunca llegarían a ser tan ricas y felices como Emilia.
Yadira ha tenido muchos problemas recientemente.
«Me utilizaron para experimentos y perdí mi libertad. Ahora tengo mala salud...»
Nada le fue bien a Yadira. Su vida estaba llena de giros y vueltas.
Emilia no esperaba que Yadira lo admitiera directamente.
La actitud de Yadira hizo que Emilia perdiera el sentido de la superioridad, y sintió que Yadira se burlaba de ella.
Emilia la miró con una expresión poco amistosa:
—Yadira, tu forma de hablar no ha cambiado nada después de tantos años.
Emilia se quedó sin palabras.
Mirando a Emilia con una sonrisa, Yadira parecía tranquila.
Emilia se paseó por la habitación para desahogar su ira. Optó por guardar silencio en lugar de discutir con Yadira. Porque Emilia sabía que no podía vencerla en la batalla de las palabras.
Después de un rato, se dirigió a Yadira. Yadira miró a Emilia con confianza. Yadira parecía estar dispuesta a escuchar sus quejas.
Emilia estaba aún más furiosa. Ella estaba de pie y Yadira sentada, pero podía sentir el aire dominante de Yadira.
Emilia perdió la confianza frente a Yadira.
Sintiéndose molesta, Emilia decidió terminar la conversación rápidamente.
—¿Te has divorciado realmente de Delfino? —preguntó Emilia sin rodeos.
La sonrisa en los labios de Yadira se amplió y pensó que Emilia por fin iba al grano.
—Sí —respondió Yadira lentamente.
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