Matrimonio de primera romance Capítulo 1176

De camino a casa, Yadira llevó a Raquel al supermercado. Después de todo, le había dicho a Delfino que había salido a recoger a Raquel porque quería comprar algo.

Después de pasear por el supermercado y comprar algunas cosas prescindibles, se fue a casa con Raquel.

Una vez que entró en la villa, Yadira vio que Delfino estaba en cuclillas junto a un grupo de plantas verdes, haciendo algo.

Cuando se dirigió hacia él con Raquel, ésta preguntó antes de que Yadira pudiera hablar: —Papá, ¿qué estás haciendo?

Delfino alargó la mano y sujetó el bracito de Raquel, haciéndole un gesto para que echara un vistazo.

Cuando Raquel vio claramente, exclamó: —¿Hormigas?

—Estamos a finales de otoño. ¿Por qué hay hormigas? —Yadira también se acercó a ellas con curiosidad.

En ese momento, un criado salió de la villa con una caja de cristal en los brazos y se dirigió hacia ellos.

—Señor Dominguez, esta es la caja de cristal que quiere.

Delfino lo cogió y lo colocó en el suelo. Le dijo a Raquel: —Pon las hormigas adentro.

—¡Está bien!

Los niños sienten curiosidad por todo, y se interesan naturalmente por los seres vivos, como los animales pequeños y los insectos. Raquel metió las hormigas en la caja y murmuró: —¡Qué pequeñas son! Debo tener cuidado....

Después de meter las hormigas en la caja y volver a la casa, Delfino y Raquel estaban al lado de la caja de cristal y observaron cómo comían las hormigas.

Al verlos, Yadira pensó que la escena era familiar y divertida.

Nadie esperaba que Delfino, el jefe del Grupo Dominguez, buscara hormigas con su hija.

Por ello, les hizo una foto, la publicó en el círculo de amigos y escribió: el padre de Raquel encontró hormigas en el patio. No solo se puso en cuclillas viéndolas por un largo tiempo en el patio, sino que también las trajo a casa con Raquel.

Después de publicar la foto, sus amigos hicieron comentarios.

El primer comentario fue de Noela: Raquel es realmente un ángel. ¡Qué guapa es!

Reflexionando un momento, Yadira llamó al hospital privado y pidió cita para el examen del cuerpo mañana.

Cuando se acostaron por la noche, se lo contó a Delfino.

—He pedido cita para una revisión mañana. Vamos juntos.

Delfino estaba apoyado en la cama, leyendo un libro. Al oírlo, respondió: —De acuerdo.

Yadira se sentó con las piernas cruzadas a su lado, inclinó la cabeza para mirarle la cara y dijo: —Después de la revisión, comeremos con Apolo y Cerilo.

Delfino la miró y dijo: —De acuerdo.

Yadira no pudo evitar reírse.

Aunque sus respuestas eran sencillas, se daba cuenta de que realmente quería salir de casa.

Era como si ella y Delfino intercambiaran sus identidades entre sí. En el pasado, era Delfino quien decidía que lo que ella podía hacer. Pero ahora, era ella la que tomaba las decisiones.

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