La cara de Susana palideció. Se apresuró a explicar: —Señor Apolo, no era mi intención.
Apolo dijo con impaciencia: —Vete.
Susana sabía que no podía hacer nada, aunque se quedara aquí. El rostro de Apolo se nubló de ira.
—Bueno, me voy—. Susana susurró.
Justo cuando Susana terminó de hablar, Apolo se dio la vuelta y entró en el despacho.
Susana apretó los dientes y se fue con enfado.
***
Yadira llevó a Raquel a comer.
Cuando Yadira terminó de pedir platos, recibió un mensaje de Noela en Whatsapp en el que le preguntaba qué estaba haciendo. Cuando Noela supo que estaban almorzando, les hizo una videollamada.
En cuanto se conectó la videollamada, Raquel se inclinó y dijo: —Hola, Noela.
En el vídeo, Noela sonrió y saludó a Raquel: —Raquelita, ¿estás comiendo?
—¡Sí! —Raquel asintió con seriedad, y luego bajó la cabeza para tomarse otro bocado.
Al ver que Raquel estaba comiendo, Yadira empezó a charlar con Noela. Yadira pudo ver la casa de Noela desde el teléfono y supo que estaba en el hotel.
—¿Cuándo vas a volver? ¿Estás cansada últimamente?
—Todavía no lo sé. Puede que lleve unos días más aquí....
Yadira y Noela charlaban despreocupadamente. Al cabo de un rato, Raquel se llenó y volvió a inclinarse hacia el teléfono.
Raquel se arrodilló en el sofá y parpadeó ante Noela. —Si no vuelves, Apolo no será tuyo.
—¿Qué? —Noela no pudo evitar reírse.
Cuando Yadira se dio cuenta de lo que estaba pasando, quiso detener a Raquel inmediatamente. Pero sin esperar a que Yadira dijera nada, Raquel soltó: —Apolo acaba de abrazar a una mujer en la oficina....
—Apolo y su artista. Los dos son pésimos—. explicó Delfino con una sonrisa significativa.
Yadira sabía que en sus palabras había otro significado.
—¿Qué quieres decir?
—Piénsalo de nuevo—. Delfino le dio un suave golpecito en la frente.
Yadira frunció el ceño y reflexionó durante un momento. Entonces, de repente recordó algo y abrió los ojos: —¿Quieres decir que Apolo hizo que Susana se acercara a él deliberadamente? ¿Quería que Noela estuviera celosa?
Delfino levantó las cejas: —¿O qué?
—Tienes razón—. Yadira asintió con la cabeza. —Apolo solía tratar con muchas mujeres. Manipular a Susana, una chica ingenua, le era muy fácil. Pero no podía exagerarlo por si Noela se enteraba de esto.
Yadira recordó lo que Noela le dijo antes de que esta se fuera. Yadira sacudió la cabeza y dijo: —Pienso que lo que hace Apolo puede ir en contra de su propia intención.
Noela se había dado cuenta de todo. No estaba enfurruñada y la provocación ya no le servía.
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