Matrimonio de primera romance Capítulo 1241

Yadira le susurró algo a Delfino junto a su oído.

Cuando terminó de hablar, estaba ansiosa por ver la reacción de Delfino, pero éste no dijo nada. De repente, descubrió que sus orejas se pusieron rojas.

Yadira alargó la mano para pellizcarle la oreja, sorprendida: —Te has sonrojado.

Delfino le cogió la mano y se giró para mirarla.

—Basta—. dijo en un ronco susurro.

—Está bien admitirlo—. Murmuró Yadira, y luego añadió: —Me gustaría recoger a Raquel. No la he visto en todo el día.

Al no ver a Raquel durante todo el día, Yadira la echó mucho de menos.

—La recogeré mañana.

—¿Mañana? ¡Vaya!

De repente, Delfino la llevó en brazos. Yadira gritó conmocionada al ser atrapada inesperadamente.

—¡Bájame!

—Has estado de compras todo el día, así que debes estar muy cansada, déjame llevarte a subir las escaleras.

—No estoy cansada. Todavía puedo recoger a Raquel.

—No. No la recogemos hoy. Vamos a disfrutar de nuestra noche sin ella.

Yadira se sonrojó y permaneció en silencio.

***

Delfino había elegido varios lugares para la boda, que eran muy románticos.

A Yadira le encantaban todos, pero finalmente eligió el favorito, el Campo de Achasha.

Achasha era un pequeño campo en un país extranjero con un hermoso paisaje. Estaba cerca del mar y gozaba de buen tiempo.

Después de elegir los lugares de celebración, Delfino casi había completado su plan. Cuando Yadira decidió su lugar favorito, lo que siguió fue sólo la ejecución de la celebración de la boda.

Aunque Yadira estaba trabajando en la adaptación del guion de la Ciudad Abandonada, la película se empezaría a rodar después de las vacaciones del Año Nuevo, por lo que aún había tiempo de sobra para preparar la boda.

Además, Apolo era el productor de la película y tenía el derecho de decisión de todo, así que era fácil que Yadira se tomara un tiempo libre para celebrar su boda.

Después, todo el mundo se apresuró a terminar su trabajo para tener tiempo libre para asistir a la boda de Yadira y Delfino.

—¡No digas sólo palabras vacías! Dame un sobre rojo—. Noela extendió su mano.

Yadira sonrió y se volvió para mirar a Delfino.

Sorprendentemente, Delfino sacó un sobre rojo y se lo entregó a Noela. Dijo las mismas palabras que Yadira: —¡Muchas gracias!

La mano de Noela tembló: —De nada. Sólo estoy bromeando....

Noela no esperaba que Delfino le preparara un regalo tan generoso.

Miró a Yadira y se le guiñó.

—Quédate con él. Es muy natural recibir sobre rojo en la boda—. Yadira tomó la mano de Noela y le hizo una señal a Delfino para que le diera a Noela el sobre rojo.

—De acuerdo. Lo cogeré—. Noela sentía curiosidad por lo que había dentro, pero aun así se lo guardó en el bolsillo y no se atrevió a abrirlo delante de ellos.

Dijo con una sonrisa: —Gracias, señor Dominguez.

La palabra «sobre rojo» sonaba alegre.

La gente se alegraría cuando lo recibiera, sin importar lo que hubiera dentro.

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