Matrimonio de primera romance Capítulo 297

Xulio suspiró y preguntó, -Señorito, ¿ahora adónde vamos?-

Después de unos segundos, sonó la voz de Delfino, -A buscar a Yadira.-

Xulio condujo el coche hacia donde ella vivía.

El coche se detuvo bajo el apartamento de ella. Antes de bajar, Delfino le dijo, -Vete, no hace falta que vengas a recogerme.-

-Sí, Señorito.- Xulio contestó.

Cuando Delfino bajó del coche, Xulio se marchó.

***

Cuando sonó el timbre, Yadira se estaba lavando la cara.

Hoy había llorado demasiado ante el Señor Horacio, y sus ojos estaban muy hinchados.

Al escuchar el timbre, no tuvo que pensar mucho para saber que era Delfino.

Antes de abrir miró a través de la mirilla, y, ciertamente, era él.

-Entra.- dijo ella. Se dio la vuelta y se dirigía hacia la habitación.

Él la seguía por detrás, y de manera muy natural se sentó directamente en el sofá.

-¿Qué quieres tomas? ¿Agua?- mientras ella preguntaba, cogía un vaso que estaba sobre la mesilla para echarle agua.

En el momento que estiró el brazo para ofrecerle el vaso, Delfino de repente agarró su mano.

Ella apretó el mentón, pero no hizo nada.

Delfino la estiró para que se sentara a su lado y mientras envolvía su mano sobre la de ella, preguntó, -¿Qué te ha dicho?-

-Me ha hablado de la niña. Ha dicho que me ayudará a buscarla preguntándote.- dijo Yadira. Tras unos segundos de silencio, levantó la cabeza para mirarlo, -¿Me dejaste tan fácilmente que me mudara y viviera fuera porque ya sabías que él me buscaría?

Él no contestó, solo acercó su mano a sus labios y le dio un beso.

El beso era ligero como una pluma, y el aire caliente que respiraba sobre su palma hizo que ella sintiera un cosquilleo.

Yadira le dio una patada y dijo, -¡Te estoy preguntando!-

-Vale.- Delfino la respondió de manea indiferente pero no dijo nada más.

Ella no podía hacer nada, así que continuó, -Cuando le sucedió eso al abuelo, ellos me acusaron, pero no porque querían hacerme daño, sino porque estaban tanteando cuánto significaba yo para ti, ¿por eso aquel día mostrabas sospecha hacia mi ante ellos?-

Él seguía callado, pero su silencio era su afirmación.

Yadira siguió deduciendo con su lógica, -Antes de que le sucediera eso al abuelo, él me mandó que fuera contigo a solas a verlo, en aquel momento su comportamiento ya no era normal, ¿puede que haya la posibilidad de que…? El abuelo se enteró de algo o quería hacer algo, y tu padre…se dio cuenta, pero no fue capaz de hacerlo, por eso lo planeó todo, y justamente podía acusarme, quiso matar a dos pájaros de un tiro.-

-Entonces, el problema principal está en, ¿qué quiere esconder tu padre? ¿Solo la verdad del secuestro de tu madre?-

Cuanto más pensaba Yadira, más miedo sentía.

“Pero qué cosa ha tenido que suceder para que el Señor Horacio hiciera esas maldades?” pensó ella.

Delfino al ver que Yadira fruncía el ceño, su cara también se volvió seria.

Él soltó su mano y puso sus propias manos sobre sus hombros, dijo por lo bajo, -Yadira, mírame.-

-¿Eh?- se dio la vuelta para mirarlo.

Delfino la miraba fijamente, sus ojos negros como el carbón escondían muchos sentimientos complejos, sin dejar que nadie los distinguiera.

-Ahora no sabes nada, lo que le sucedió al abuelo fue un accidente, a Raquel se lo llevaron a escondidas porque entre nosotros estábamos luchando por el niño, eso el lo único que sabes tú, ¡solo eso!-

Delfino estaba masajeando sus hombros un poco fuerte, a Yadira le dolía un poco, pero no hizo ninguna queja, y simplemente preguntó, -¿Por qué?-

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