Matrimonio de primera romance Capítulo 333

Yadira se mordió el labio y continuó, -Incluso en mi opinión, ¡ellos han cambiado a un bebé por Raquel fraudulentamente y luego lo han robado, lo que también tiene algo que ver con lo que quieren ocultar!

Esta vez, lo que la respondió era el largo silencio desde el otro lado por el teléfono.

Ella esperaba por mucho tiempo sin escuchar el sonido de Delfino y preguntó, -Delfino, ¿qué te pasa?

El tono de él era muy fuerte, -Ya lo sé. ¿Todavía recuerdas las palabras que anoche te dije? No te intervengas más en este asunto.

Después de hablar así, él colgó el teléfono directamente.

Yadira se quedó un poco confusa, mirando la pantalla del móvil en la que había regresado a la interfaz de la lista de contactos.

¿Cómo podría Delfino colgar el teléfono así?

Antes solía dejarla colgarlo primero.

***

Tras colgar la llamada, Delfino apretó el teléfono con mucha fuerza en su mano.

Mientras Xulio entró con una docena de papeles, vio a Delfino de pie frente al ventanal, quien mostró frialdad y seriedad por todo su cuerpo.

Los puso en el escritorio de Delfino y luego lo llamó, -Señor.

-¿Tienes cigarrillos?

No dio la vuelta Delfino, pero obviamente le preguntó a Xulio. Después de todo, solo ellos dos estaban en la oficina.

No le gustaba mucho fumar a Xulio pero siempre llevaba cigarrillos con sí mismo.

Sacó la pitillera desde la que cogió un cigarrillo y se lo entregó a Delfino.

Pero Delfino no lo tomó, sino toda la caja de cigarrillos y el encendedor en la otra mano.

Él dejó los ojos abajo, sacó uno y lo puso entre los labios, dijo en la voz ligera, -Salgas.

Xulio vaciló por un rato, y aún le recordó, -Se va a comenzar una reunión en diez minutos…

Delfino no dijo nada, pero Xulio supo que ya lo había escuchado.

Su deber solo era hacer bien su trabajo. En cuanto a los otros asuntos, no tuvo derecho para controlarlos.

Tras que salió Xulio, Delfino se quedó de pie frente al ventanal, fumando cigarrillos uno tras uno.

Diez minutos después, Xulio fue a recordarle otra vez que la reunión estaba a punto de empezar.

Tan pronto como entró por la puerta, y el olor de cigarrillo difundido por la toda la habitación lo hizo un ataque de tos.

Aún estaba de pie frente al ventanal Delfino. Xulio se le acercó y dijo respetuosamente, -Señor, ahora comienza la reunión.

Vio por el rabillo del ojo las colillas en el suelo frente a Delfino, y la pitillera vacía también estaba en el suelo.

Delfino no fue adicto a cigarrillos, pero, ¿por qué de repente fumó tanto?

¿Acaso se peleó de nuevo con la señora Yadira?

¿Cuánto era esta vez tan fuerte que Delfino tenía que fumar tanto?

Cuando Xulio estaba suponiendo, Delfino ya había dado media vuelta y salido afuera.

Se apresuró a recoger los papeles necesarios para la reunión y siguió detrás de Delfino dirigiéndose juntos a la sala de reunión.

Ya habían llegado todos los personajes de alta gerencia.

-Presidente Delfino, aquí es el último proyecto de planificación corregido por nosotros. Se lo entrego a usted para revisar…

Delfino lo tomó con la mano extendida y echó un vistazo. Luego se inclinó hacia atrás sin decir ninguna palabra, cuyos ojos negros eran tan profundos que nadie podía observar lo que él estaba pensando.

El hombre quien le entregó el proyecto creía que Delfino se sintiera descontento, y su cara de repente se puso pálida, y los demás se miraron y no se atrevieron a hablar.

Xulio examinó de reojo a Delfino, y supo que en realidad él no estaba enojado por la insatisfacción con el nuevo proyecto, sino que estaba pensando en algo.

En la sala de reunión el silencio se difundió por toda parte y nadie osó decir nada.

Un rato después, Delfino levantó los ojos, -¿No os falta nada que decir? Así que se levanta la reunión.

Tras decir así, Delfino se levantó de la silla y salió de la sala directamente sin notar a nadie.

Justo cuando se fue Delfino, los demás en la sala de reunión comenzaron a comentar en voz baja.

Mientras Xulio quería seguir a Delfino, algún personaje lo llamó, -Xulio, ¿la actitud del presidente significa que está satisfecho con el nuevo plan?

Xulio dio una sonrisa embarazosa. ¿Cómo lo sabría?

Pero al enfrentarse ante tales cosas, Xulio podía solucionarlas con habilidad. Por lo que sugirió, -Tampoco lo tengo muy claro. Bueno, ¿te ayudaré a llevar el plan para que el presidente lo revise otra vez?

Ese hombre en seguida mostró una risa, -Gracias.

-Es mi trabajo -Xulio cogió el documento y luego salió afuera.

Cuando llegó a la oficina, vio a Delfino sentándose en la parte trasera de la oficina, sosteniendo el teléfono con una expresión seria sin saber lo que estaba haciendo.

Xulio supuso que Delfino estaba preocupado por algo. Por lo tanto, solo puso el papel en la mesa y luego se fue.

Mientras salió, pensaba que parecía que el Señor Delfino y su esposa había tenido una pelea seria esta vez.

Pero Delfino no hizo nada solo fijó los ojos en la pantalla de móvil, y sintió un poco de inquietud.

Mucho tiempo trascurrió, Delfino de pronto se puso de pie, recogió el abrigo y caminó hacia afuera.

Xulio acababa de preparar el café e iba a enviarlo a Delfino, pero lo vio saliendo de la oficina. Se apresuró a decir, -Señor, ¿adónde vas?

-No me sigas -Delfino respondió sin volver la cabeza.

***

Delfino condujo directamente hacia la vieja casa de la familia Dominguez.

Había poca gente en casa por las mañanas de lunes a viernes.

-El señor ha regresado.

-Buenos días, Señor Delfino.

Por todo el camino los sirvientes lo saludaron.

Pero se dirigió directamente hacia la habitación de Sonia. Cuando llegó, estiró la mano para abrir la puerta sin permiso.

Al escuchar el sonido, Sonia se volvió y vio con sorpresa a Delfino, -Delfino, ¿por qué estás aquí?

-Vine para preguntarte algo -Delfino se quedó de pie por la puerta sin entrar, cuya expresión se mostró un poco terrible.

Parecía Sonia tener unos miedos de él, y su rostro se volvió rígido, -Entra y luego hablemos.

Pero Delfino no entró en la habitación y se mantuvo de pie por la puerta, con una expresión llena de frialdad y seriedad, -¿Quién es la madre biológica de Jaime?

No cambió mucho la tez de Sonia, quien negó con la cabeza, -No tengo idea.

-En serio? -Delfino se dirigió al interior, con la mirada clavada en ella, lo que hizo que Sonia sintiera un sentimiento de opresión extremadamente fuerte.

Ella retrocedió unos pasos de manera inconsciente, cuya voz aún mostró tranquilidad-Realmente no lo sé.

La miraba por unos segundos, luego sonrió y tendió la mano para apoyar el hombro de Sonia y su tono se volvió suave, -¿Por qué mi tía me tienes tanto miedo? Solo pregunté este asunto por mi curiosidad. Después de todo, yo y Jaime hemos sido primos durante casi 30 años…

Parecía Sonia sorprendida por la velocidad a la que se cambió la emoción de Delfino. Ella se quedó suspensa por un rato y luego dijo, -Sé que ni tú ni Jaime no debéis de aceptarlo fácilmente…

-¿Qué podría hacer yo si no lo aceptara? Después de todo, somos de una familia -Delfino retiró la mano y luego la puso en el bolsillo del pantalón de traje. Su tono volvió al habitual indiferente-. Si tienes tiempo libre, puedes ir al Grupo Dominguez. Ya llevas muchos años sin ir allá.

En el fondo de los ojos de Sonia brilló una sorpresa, -Vale.

-Todavía tengo algo que hacer, así que me voy -diciendo así, Delfino dio la vuelta y se marchó afuera.

Sonia dijo con suavidad, -Te acompaño a la puerta.

Ella lo acompañó hasta que Delfino llegó al coche. Después de subir en el auto, él abrió la mano en la que estaba un cabello largo de la mujer.

Era el cabello que antes Delfino había sostenido el hombro de Sonia con la mano y encontró en su ropa.

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