Matrimonio de primera romance Capítulo 334

¿Cómo él no podía haber imaginado lo que podía ocurrírsela a Yadira?

Aun cuando se hubiera pensado el resultado pésimo, todavía se sentía un poco increíble cuando quitó las barreras que se encontraban ocultas por el exterior, y cuando apareció el secreto que parecía estar relacionado con la verdad.

Después de todos, eran parientes.

Sonia siempre lo trataba bien, Jaime fue su mejor hermano mayor y Horacio fue el padre quien también le había dejado felices recuerdos de su infancia.

Era un hombre indiferente pero no a sangre fría. Cuando todas las evidencias se apuntaron a esta posible verdad, Delfino sí tuvo una breve vacilación.

No fue a probarla de inmediato, sino que esperaba, pensando que la cosa podría tener un viraje.

Sin embargo, incluso Yadira podía pensar en un nivel tan profundo de este asunto, ¿qué más podría cambiar a la cosa?

Ya había mucha gente quien se había embargado con este asunto durante tantos años.

Se debía resolver la cosa de todos modos.

***

Xulio se dio cuenta de que después de que había salido Delfino por la mañana y hasta ahora no regresó a la compañía.

Había intentado llamarlo, pero Delfino tampoco lo respondió.

Sabía que Delfino era irracional en los asuntos relacionados con Yadira. Por la mañana él había fumado tanto y los dos debían tener una pelea muy fuerte.

Cuanto más pensaba en esto, más preocupado por Delfino estaba Xulio, por lo que tuvo que dar una llamada a Yadira.

Al ver que era Xulio quien la llamaba, ella sintió un poco de sorpresa, -¿Xulio? ¿Qué pasa?

-Señora, ¿te ha buscado el Sr. Delfino?

Xulio se acostumbraba a llamar a Yadira como Señora, ella lo había corregido varias veces, pero él siguió llamándola así, por lo tanto, no lo pidió sobre eso.

-¿No debería estar en la empresa? ¿Cómo podría venir a buscarme?- Yadira estaba trabajando frente a la computadora, debido a escuchar lo que acababa de decir Xulio y frunció el ceño involuntariamente, -¿Así que no está en la empresa ahora?

Mientras ella dijo así, Xulio se sintió más preocupado.

-Em… -él quería preguntar si ellos se habían peleado antes, pero pensó que era un poco difícil para decirlo.

-Solo di lo que quieras decir -Yadira empujó la computadora más lejos de ella y se quedó atenta a hablar con Xulio por el teléfono.

Xulio vaciló un poco y luego preguntó, -¿Has… tenido una pelea con el Señor?

Probablemente ya existía poca asistente especial quien podía trabajar hasta este punto como él.

Además de prestar atención a los movimientos de Delfino, su horario y la vida diario, también a su vida emocional…

Yadira inmediatamente negó, -¡Quien se atreve a pelearse con él! No nos pasó nada.

¿Cómo ella osaría reñir con él? Muchas veces cuando lo enfadaba, con solo una mirada Delfino podía dejarla que no le molestara más.

Por no hablar de la pelea entre ellos, no existía tal cosa.

-¿No? -esta vez le tocó a Xulio sintiéndose sorprendido-. Por la mañana, el Señor fumaba una caja entera de cigarrillos en la oficina.

Resultó que lo que Delfino fumó tanto no fue porque se había peleado con Yadira.

Escuchando que decía así Xulio, Yadira no pudo mantenerse calmante y se quedó de pie desde la silla, -¿Qué ha sucedido?

Mientras hablaba con Xulio por teléfono, fue a coger su bolso. Luego se dirigió a la puerta para llevarse los zapatos y salió afuera directamente.

Xulio dijo con un tono muy serio, -También no sé la situación bien. Pero el Señor salió por la mañana y hasta ahora no ha regresado.

Delfino era una persona con autodisciplina y estaba muy serio y atento en hacer cualquiera cosa. Antes nunca se había salido de repente a la mitad del trabajo.

Por supuesto, si se fue a la mitad por las cosas relacionadas con Yadira cuando estaba trabajando, esto no se incluiría entre lo que acababa de mencionar.

-Ya veo, así que me voy a buscarlo.

Yadira colgó la llamada, descendió y salió conduciendo.

Debía haber pasado algo mal a Delfino, por lo tanto, fumó sin cesar una caja entera de cigarrillos.

Pero cuando se fue de la casa por la mañana, él aún estuvo bien, ¿cómo sería así cuando Delfino llegó a la empresa?

Conduciendo, Yadira llamó a Delfino por teléfono.

Pero él no la respondió sino que le mandó un mensaje, que solo era una palabra, -¿Qué?

Ella le preguntó dónde estaba ahora, pero luego él dejó de contestar.

Yadira fue primero a su apartamento y luego al Club Dorado…

Ya había ido a todos los lugares que podía buscar, finalmente dio una llamada a Apolo.

-¿Qué pasa, Yadira? -Apolo también se enteró más tarde de que la persona quien besaba a ella en el coche era Delfino. Aún se sintió un poco arrepentido por el malentendido, por lo que al recibió la llamada de ella, su tono mostró demasiado calor.

Yadira le preguntó de manera directa, -¿Has visto a Delfino?-

Aunque él la había respondido con el mensaje, lo que mejoró mucho en comparación con la última vez que no le respondió las llamadas telefónicas por toda una noche, ella aún se preocupaba mucho.

En virtud de la narrativa de Xulio, obviamente se podía inferir de que el estado de ánimo de Delfino ahora no era normal.

-¡No! Ahora si lo veo a Delfino, es algo igual que un plebeyo ve al emperador. Si no fuera por su vista personal, ¿cómo yo podría verlo con suerte?

Hablando de esto, Apolo estaba lleno de ira.

Yadira suspiró, -Vale, ya veo.

Sintiendo que ella iba a colgar la llamada, Apolo se apresuró a preguntar, -¿Qué pasa? ¿Le sucedió algo mal?

-No lo sé, no sé dónde está ahora. Ya he buscado todos los lugares pero no pude encontrarlo -en su tono mostró impotencia.

Pensó que conociera bien a Delfino, pero en este momento, se dio cuenta de que realmente no lo conocía mucho.

-Bueno… -pensaba por un rato y luego dijo Apolo-. Me parece que ¡todavía hay un lugar adonde definitivamente no has ido!

Yadira preguntó en seguida, -¿Dónde?

Apolo respondió, -¡El cementerio!

***

Después de encontrarse enfrente al Grupo Auge, Yadira y Apolo fueron juntos al cementerio donde estaba enterrada la madre de Delfino.

Él aún no la había llevado hasta allí.

En el camino hacia allá, Yadira vio una floristería y compró un ramo de flores.

Apolo se sentó en el asiento del copiloto, viendo las flores que compró ella, y dijo, -Eres muy cuidadosa.

Debido a que los dos fueron juntos al cementerio, Apolo no condujo con su propio coche.

Yadira levantó los labios y mostró una risa muy leve.

Al llegar allí, de repente comenzó a llover.

Afortunadamente, en su coche había un paraguas en reserva.

Apolo la llevó hacia arriba y los dos usaron el mismo paraguas al subir al cementerio.

En este momento, estaba muy tranquilo el cementerio. Por todo el camino al subir, nadie vino para acordarse de sus familiares.

El cementerio se construyó en una montaña. Después de subir hasta la cima, Yadira vio desde lejos una figura delgada y erguida.

-¡Es Delfino! -ella dijo y corrió hacia él.

Apolo corrió detrás de ella con el paraguas, -Está lloviendo, ¡no corras! Ya está muy cerca a ti, ¡es suficiente que andes hasta allí!

Pero ella no lo obedeció, por lo que Apolo tuvo que correr detrás de ella con el paraguas.

Como resultado, encontró que no podía alcanzar a ella…

-¡Delfino! -Yadira corrió hacia él con las flores.

La lluvia era tan intensa que habían sido empapados la ropa de Delfino y su cabello negro, que ahora estaba envuelto en mechones sobre la cabeza, quien se veía un poco lamentable.

El aspecto también lamentable de Yadira no mejoró mucho que el de Delfino.

Viendo a Delfino de pie aquí a salvo, Yadira no tuvo tiempo suficiente de decir nada, y se volvió a mirar la lápida sepulcral.

Llovía de modo tan fuerte que casi no podía abrir los ojos.

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