En ese momento, uno de sus subordinados corrió hacia Jaime Lobo y dijo, -Señor Lobo, nuestra gente no podrá vencerlo en absoluto.
Jaime no miró a Delfino Dominguez más. Antes de hablar, escuchó el sonido del motor del automóvil proveniente del exterior.
Entonces Xulio Ruiz y Apolo Tapia se apresuraron a entrar con varias personas.
Inmediatamente, Xulio vio a Delfino, -¡Señor!
Jaime cambió de expresión, levantó las manos y dijo, -Retiraos.
Antes de irse, todavía quería llevarse a Yadira Jimenez, pero Delfino se precipitó desde entre la multitud.
Las personas lideradas por Xulio y Apolo también lo siguieron, y la escena de repente se volvió extremadamente caótica.
Yadira perdió demasiada sangre, su rostro estaba pálido y ahora estaba un poco mareada.
Sintió que alguien la ayudaba a sujetar la herida en su hombro, y esa mano parecía temblar.
Luego él gritó, -¡Yadira!
Esta voz fue muy familiar. Era de Delfino.
Yadira levantó la cabeza y no pudo ver claramente el rostro de Delfino.
La voz de Yadira era un poco débil, -No hagas lo que Jaime te pidió... Él solo quiere ... arruinarte.
Jaime originalmente había tenido una vida mejor, pero cuando conoció su historia del nacimiento, decidió caer en la incredulidad y arruinar su propia vida. Ahora todavía quería meter a Delfino en caos.
O sea, Jaime ahora quería hacer que todos estuvieran tan dolorosos como él.
Jaime estaba realmente loco.
La voz de Delfino era muy ronca, -No hables, te llevaré al hospital.
Desató a Yadira y la abrazó.
Yadira se inclinó contra él, entrecerró los ojos, olió ligeramente y le preguntó, -¿Estás herido? Huelo sangre ...
-No soy yo, estabas herida -Delfino salió rápidamente mientras hablaba con ella.
-Pero en tu cuerpo hay... -la herida de Yadira seguía sangrando, y en este momento estaba un poco insoportable y estaba a punto de desmayarse.
-No hables.
Xulio lo llamó rápidamente, -Señor.
Al ver que la ropa de Delfino estaba rota y que tenía varias heridas en el brazo, vaciló, pero por fin dijo en voz alta, -Señor, … ¿déjame?
-No -Delfino pasó a su lado sin detenerse.
Xulio dio un paso adelante para abrir la puerta del asiento trasero para Delfino y dio la vuelta para conducir.
Desde el espejo retrovisor, vio a Delfino sosteniendo a Yadira sin moverse.
Delfino bajó la cabeza, sus ojos se mantuvieron fijos en el rostro de Yadira, lo que dificultaba ver su expresión.
En este momento, Xulio escuchó a Delfino decir, -Conduce más rápido.
-Sí -Xulio rápidamente desvió su mirada.
***
Xulio condujo hasta el hospital del Grupo Dominguez.
Yadira fue enviada a la sala de operaciones, y Delfino se quedó inmóvil en la puerta.
Xulio dijo con cuidado, -Señor, ¿le pediré que venda las heridas en tu cuerpo?
Delfino no habló.
Él conocía a Delfino y, naturalmente, entendía si Yadira no saliera a salvo, sería imposible que Delfino se fuera.
Después de un rato, escuchó la voz gélida de Delfino, -Ve a la casa vieja. No dejes que nadie salga de allí.
Con una pequeña pausa, Xulio respondió, -Sí.
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