Matrimonio de primera romance Capítulo 390

Cuando Yadira acababa de despertarse en ese momento, estaba tan débil que no podía recordar nada.

En esa situación, si existía un hombre que la trataba bien y tenía una relación aprobada por todos, sería normal que contara con él y confía en él.

Mariano lo hizo con buena voluntad.

Sin embargo, si lo pensaban en detalle, esta opinión no parecía muy adecuada.

Pero lo importante ahora era cuidar bien a Mariano para que saliera del hospital lo más pronto posible y otras cosas no iban con prisas.

Entonces, Yadira asintió con la cabeza y preguntó, -¿Sigues bebiendo la sopa?

Mariano le entregó el cuenco sonriendo.

-Sí.

Después Yadira lo tomó y le sirvió la sopa.

A Yadira se le cayó un mechón de pelo y se lo colocó detrás de la oreja. Aunque era una acción simple, le hizo elegante.

Mariano retiró la mirada y bajó los ojos para ocultar las emociones.

De hecho, cuando Mariano dijo antes que él era el prometido de Yadira, no había considerado tantas razones complicadas.

El motivo que Mariano acabó de decir solo era una pequeña parte y lo más importante era que él quería determinar que si Yadira realmente había perdido la memoria. Pero los asuntos posteriores demostraron que Yadira... sí estaba sufriendo amnesia.

Yadira se lo entregó el cuenco a Mariano.

Este lo cogió y dijo con voz suave, -Gracias.

-De nada.

Yadira se sentó a su lado y dijo, -Aunque no somos prometidos, seguimos siendo buenos amigos, ¿no?

Oyendo sus palabras, Mariano se rio a carcajadas.

Luego, apoyó la cabeza en la mano y se contuvo de reír. Parecía que bastó con reír y respondió, -Claro.

-¿Tan divertido? ¡Devuélveme la sopa! -Yadira estuvo a punto de rescatar la sopa de Mariano.

A pesar de que Mariano tenía puntos de sutura en la cabeza, le bloqueó la mano a Yadira con rapidez.

-¡Soy paciente!

Al oír sus palabras, Yadira retiró las manos.

Aunque le perdió la memoria, no era tonta.

Ahora no era conveniente preguntar más a Mariano, pero todavía tenía muchas sospechas.

Pensaba que él no era desalmado porque cuando ella estaba en coma durante estos 3 años, este le cuidaba siempre.

Mariano terminó la sopa y Yadira tomó el cuenco a lavar.

Cuando salió, de repente sonó el teléfono.

Lo sacó y descubrió que era un número desconocido.

A Yadira le sorprendió y supuso que era Xulio quien la llamó por haber sacado el resultado de la prueba de ADN.

Yadira echó un vistazo a Mariano quien estaba durmiendo debido a la lesión en su cabeza.

Ella salió de la sala y contestó el teléfono, -¿Hola?

Al momento siguiente, se oyó una voz baja de un hombre, -Señora Yadira.

Yadira reconoció que era Delfino.

Como su voz era muy bonita, cavernosa y magnética, era muy fácil reconocerlo.

Yadira consideró que si la prueba fuera realizado, la persona quien le informaría sería Xulio. Nunca había pensado que Delfino lo hizo él mismo.

Yadira se quedó sorprendida por Delfino, quien parecía soberbio pero realmente no.

Yadira frunció los labios, tragó saliva y habló, -Hola, Señor Delfino.

-El resultado de la comparación del ADN ha salido. ¿Dónde estás?

Delfino habló sin rodeo y Yadira ya lo acostumbraba.

-Ahora estoy en el hospital... -después de responder, Yadira empujó la puerta levemente, echó un vistazo al interior por el resquicio y vio a Mariano siguiendo durmiendo. Así que la cerró.

-¿Por qué estás en el hospital? -preguntó Delfino.

Yadira no sabía si era su ilusión que él parecía...un poco nervioso elevando el tono.

Ella contestó sin más reflexión, -Porque un amigo mío está aquí por un lío. Mándame la dirección, luego iré.

Delfino ignoró sus palabras y dijo en serio, -Dame la tuya.

Yadira no quería discutir con él sobre esto, así que le dio la dirección.

Apenas dijo esto, Delfino colgó el teléfono.

“Bueno... Es tan extraño que no parece a un caballero.” Yadira pensó.

Ella respiró profundamente y guardó el teléfono en el bolsillo antes de mirarlo un momento.

Al volver al cuarto, vio que Mariano se había despertado.

Estaba débil. Cuando hablaron ellos, Mariano era como si hubiera agotado toda su energía. Y ahora se vio exhausto.

Yadira frunció el ceño y dijo, -Tengo que salir por alguna cosa.

Mariano abrió sus ojos un poco y le preguntó raramente, -¿Quién te busca?

Yadira respondió en vacilar, -Es...

Sin embargo, Mariano interrumpió sus palabras, -Ve y vuelve pronto. Ten mucho cuidado. Las cosas recientes no son sencillas y pueden ser dirigidos a mí, o a ti.

Aunque habló muy despacio, lo que no hizo a Yadira relajada.

-Lo sé. -Yadira asintió con la cabeza.

Luego Yadira se giró, sacó el teléfono de Mariano y lo puso donde él pudiera alcanzarlo, -Llámame si necesitas.

Mariano pareció sonreír, -Vale.

Antes algunos policías habían venido para hacer preguntas, pero como Mariano estaba curando en la unidad de cuidados intensivos, no dijeron más.

Ahora que Mariano había salido de la UCI, probablemente la policía vendría de nuevo.

De todas maneras, era cierto que esto era premeditada y alguien había prestado atenciones a ellos desde el principio.

***

Antes de salir, Yadira volvió a buscar el médico.

Acababa de irse del hospital, Yadira oyó un coche aparcado no muy lejos tocando el claxon.

Era un automóvil negro que parecía muy discreto y caro.

Al ver esto, Yadira se dirigió directamente hacia el coche.

Cuando ella estaba a punto de abrir la puerta del asiento trasero, de repente, se dio cuenta de que la persona que conducía era Delfino. Yadira retiró su mano y saludó, -¿Señor Delfino?

-Sube.

Delfino sostenía un cigarrillo entre sus dedos y un montón de cenizas se había acumulado en la colilla. Quitando la ceniza, parecía muy suelto pero peligroso, como un león durmiente.

A Yadira le pareció que esta metáfora era muy apropiada, porque cuando escuchó la palabra de Delfino, inconscientemente le obedeció y se metió en el coche.

Ella abrió la puerta cerca de copiloto, porque no se atrevió a sentarse en el asiento trasero y tratar a Delfino como conductor.

El auto estaba lleno de un ambiente silencio y asfixiante. También había un olor a tabaco que aún no se había disipado.

Yadira preguntó en voz baja, -¿Has visto el resultado de la comparación del ADN?

-No -Delfino respondió de forma muy concisa y no quería decir ni una palabra más.

Yadira se había curado y estaba incómoda por el olor en el coche, así que se tapó su nariz con las manos.

Al momento siguiente, oyó el sonido de la ventanilla del coche bajando.

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