Matrimonio de primera romance Capítulo 392

El tono de la voz de Delfino era tan serio que Licia se asustó.

Licia llamó con pánico, -¡Delfino!

-Este asunto está resuelto, no te metas en lo que no debes.

Delfino le dirigió una mirada significativa.

La cara de Licia cambió de repente y dio dos pasos hacia atrás, agarrándose al borde del escritorio antes de poder estabilizarse.

Aunque ella y Delfino no estaban muy cercanos desde que eran pequeños.

Al fin y al cabo eran hermanos gemelos que estaban tácitos de vez en cuando.

Por ejemplo, en este momento, el significado de las palabras de Delfino era que ya sabía que ella había manipulado mal este informe de comparación del ADN.

Cuando Delfino terminó de hablar, se fue con Xulio.

Los guardaespaldas que estaban detrás de ellos vieron que Licia no se movió nada, y uno de ellos se adelantó y preguntó, -Señorita, ¿está bien?

Licia los ignoró y recogió el informe de ADN.

Se quedó mirando las palabras de Yadira furiosamente.

Hacía tres años, hubo un accidente tan grande, que la mitad de la isla desapareció. ¿Por qué Yadira no murió?

Licia apretó las manos con fuerza, rechinando los dientes de odio. ¡Cada vez fue esta mujer quién le provocaba problemas!

Después de un rato, se calmó y habló, -Ve a investigar a una mujer llamada Yadira.

***

Yadira pidió al conductor que la llevara al hospital.

Estaba pensando en el informe de la prueba de ADN todo el camino.

Al final, no se le ocurrió ningún medio.

Noela no le mentía y Delfino no estaba muy enfadado en ese momento, sino que la envió apresuradamente.

¿Quizás había más detalle en este caso?

Era la primera vez desde que salió del hospital, Yadira se sintió tan molesta por la pérdida de memoria.

Si no hubiera perdido la memoria, no existiría estos problemas, y sabría si tenía una hija, quién había ofendido y quién había amado.

Tampoco estaría en un estado tan pasivo.

Yadira se sentó en el jardín por un rato antes de levantarse y dirigirse a la habitación del hospital de Mariano.

Empujó la puerta, entró y vio a unos cuantos policías uniformados.

Mariano estaba sentado contra la cabecera de la cama frente a la puerta.

Cuando vio entrar a Yadira, dijo, -Buenas.

-Buenas.

Yadira contestó y se acercó. Entonces Mariano le explicó, -La policía vino a averiguar el accidente.

Yadira asintió y le sirvió un vaso de agua a Mariano.

La policía hizo las averiguaciones con las preguntas normales.

-Sr. Mariano, ¿ha ofendido a alguien?

-No.

-Es posible que lo haya hecho sin darse atención.

-Es muy poco probable...

Al final, la policía no obtuvo información útil.

Uno de los policías miró a Yadira, -¿En aquel momento del incidente, Señorita Yadira, también estaba en el coche?

Yadira le contestó, -Sí, estaba en el asiento del copiloto.

La policía volvió a preguntar lo mismo, -¿Señorita Yadira, ha ofendido a alguien?

Yadira pensó en las personas que conocía recientemente.

Además de Mariano estaban Noela y los demás.

En cuanto a las personas que habían ofendido...

A Yadira se le ocurrió esa mujer Perla.

Tenía una impresión profunda por la mirada odiosa de Perla.

Estaba a punto de hablar cuando escuchó a Mariano decir, -Mi amiga acaba de recuperarse y ha olvidado muchas cosas del pasado, por eso, no hay nadie que conozca.

El policía no hizo más preguntas después de oírlo.

Evidentemente, conocía a Mariano y, cuando se marchaba, dijo, -Ponte en contacto con nosotros si necesitas y cuídate bien.

Después de que la policía se fuera, Yadira preguntó con curiosidad, -¿Aún conoces a la policía?

-Trabajé en la Unidad de Investigación Criminal y conocí a algunas personas.

Mariano la contestó con una frase y Yadira no preguntó más.

Yadira se sorprendió un poco, -Te desarrollarías mejor en el extranjero con tu capacidad, ¿verdad?

Mariano respondió, -Tal ves. Pero no tengo ninguna ambición en carrera.

***

Por la noche, Yadira salió a comprar la cena para Mariano.

Acababa de salir del hospital cuando vio a una mujer dejar del coche, caminando hacia ella con pasos apresurados.

Debido a la luz tenue, no la reconoció inmediatamente.

Cuando se acercó, Yadira se dio cuenta de que era Perla.

Perla llevaba un vestido negro ceñido, con un maquillaje igual a la última vez.

Ella dijo enojada, -¡Yadira, no estás herida en absoluto!

Perla no ocultó su odio a Yadira.

Si Yadira todavía no adivinaba lo que estaba pasado, sería una tonta.

Yadira apretó las manos y preguntó con indiferencia, -¿Cortaste el cable de freno de Mariano?

-Sí, lo hice -Perla lo admitió sin tapujos.

Al momento siguiente, le ahuecó la barbilla a Yadira, como si fuera a destrozarla, -Pero, ¿por qué sigues aquí intacta? No creo que tengas suerte cada vez.

Le dolía mucho la barbilla a Yadira.

Frunciendo el ceño, le quitó la mano y preguntó, -¿No aprecias la vida de otra persona?

Perla se rio de ella y respondió, -No me importa. ¡Espera, Yadira! No dejaré que vive bien.

Luego, se dio la vuelta y se marchó.

Mirándole la espalda, Yadira sacó el móvil para llamar a la policía.

***

Cuando volvió a la sala, Yadira miró a Mariano con un rastro de culpa.

Mariano solo era un médico amable que no había ofendido a nadie en absoluto.

Este accidente fue por ella, pero había arrastrado a Mariano.

Cuando Yadira lanzó la carne de la fiambrera hacia Mariano por tercera vez, este no pudo evitar preguntar, -¿Por qué estás tan rara después de volver?

Yadira suspiró y respondió -Lo siento, es mi culpa.

Cuando Mariano escuchó esto, dijo, -Parece que has ofendido a alguien despiadada.

-Sí.

Perla supo que ella estaba con Mariano y encontrar su coche a través de seguirla.

A cualquiera persona que aún tuviera un poco de moralidad le importaría la vida de Mariano.

Mientras pudiera matar a Yadira, a Perla no le importarían los demás, y ella estaba como si fuera una perra loca.

Parecía que tendría que volver a hablar del pasado con Noela.

Tenía que saber qué había hecho para que Perla la odiara tanto.

***

Después de que Yadira llamó a la policía, envió a alguien a buscar a Perla para interrogarla.

Perla lo había hecho discretamente para tardar unos días ser detenida en prisión.

Pero, alguien le ayudó a ponerse en libertad pronto.

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