Matrimonio de primera romance Capítulo 395

Con una seña de Yadira, Mariano salió.

Mariano echó una mirada singular a Delfino antes de salir.

Después de que salió Mariano, Xulio también se fue con el guardaespaldas.

Yadira descubrió que solo quedaban Delfino y ella misma en el salón cuando reaccionó.

Delfino se apoyó en el sofá, y miraba a ella con un humor incógnito sin parpadear. La opresión le resultó incómoda a ella.

Yadira se tocó el brazo, y llamó tentativamente, -Señor Delfino.

Delfino señaló al informe de ADN que antes echó a Licia, y dijo fríamente, -Mira.

Por suerte, Licia se sentó frente a Delfino en ese momento.

Acababa de escuchar su conversación, Yadira entendió más o menos.

Pero todavía le sorprendió ver el informe con sus mismos ojos.

Milagro que fuera la madre de Raquel.

Yadira levantó la cabeza y miró a Delfino.

Había estado con este hombre y parió un bebé de él…

¡Era increíble!

Al ver que ella levantó la cabeza, preguntó Delfino. -¿Ya entiendes?

Ella asintió con la cabeza, y preguntó, -¿Pues, el informe de antes fue falseado por la señora Licia?

Delfino solo enarcó las cejas, sin contestar la pregunta, y todo eso fue una señal del asentimiento.

La examinó, y ordenó, -Tienes tres días…

Hizo una pausa y no tardó mucho en continuar, -No, tienes treinta minutos para romper todo vínculo con aquel tipo.

Delfino no sabía que Yadira y Mariano habían puesto las cosas claras, y que Mariano reconoció que no era el prometido de Yadira.

Yadira conoció las palabras de Delfino, pero no pudo entender. -¿Qué quieres decir?

Delfino levantó suavemente la barbilla, como si hubiera habido mucha decepción, y dijo impaciente, -Eres la madre de Raquelita, le gustas mucho, tienes que vivir con nosotros.

Quizá tenía razón, pero sus palabras arrogantes no caían bien a Yadira.

Yadira dijo, -¿Por qué tengo que vivir con vosotros? La señora Licia ha pedido la nulidad de nuestro compromiso, ya no hay necesidad de vivir juntos, y además, aunque todavía seamos matrimonio según la ley, no será adecuado que pasemos la vida por la situación actual.

Para Delfino era una contesta inesperada. La vista expresó un poco de ira, y contestó como de alivio, -Correcto, pues, debe ser muy claro, con esto es imposible que visites a Raquelita en el futuro.

Yadira se levantó bruscamente y gritó furiosamente, -¡Delfino!

Este hombre nunca había sido simpático.

Nació para impartir órdenes.

-Espero que te sea claro, ahora puedes salir y negociar con señor Mariano, si no eres capaz de solucionar este asunto, lo haré, éramos matrimonio, al fin y al cabo -declaró él.

Después, Delfino miró su reloj, y añadió, -Son las dos y veintinueve, contéstame a las dos y cincuenta y nueve.

Yadira no hubo tiempo de replicar, y Delfino le interrumpió con la voz fría, -No estás en condiciones de negociar, te permito vivir con nosotros por Raquelita, sé que es una mala táctica, claro, puedes rechazar.

No le dio ningún margen de elección a Yadira.

Al ver que Yadira se quedó allí pasmada, Delfino le alertó sobre el tiempo, -Son las dos y treinta y uno, te quedan veintiocho minutos.

Obviamente fue una orden contra la voluntad de Yadira, pero Delfino lo hizo como si fuera lógico.

Yadira tuvo que salir a hablar con Mariano.

Mariano se apoyó contra la pared fumando, al divisar a Yadira, dejó de fumar y hizo que el cigarrillo se apagara en una maceta cercana.

-¿Qué pasó? -preguntó Mariano.

Para Yadira, Mariano era más suave que Delfino.

Ella dijo francamente, -Delfino me obligó a vivir con Raquelita y él después de despachar los asuntos entre tú y yo, si no lo hago, no me dejará visitar a Raquelita.

Mariano permaneció atónito por un rato, pero no se quedó tan sorprendido.

-¿Y tu opinión? -preguntó él.

Yadira mesaba su cabello nerviosamente, -Delfino es tan despreciable, ¡cómo se me ocurrió a casarme con él!

Mariano pensaba seriamente.

-El es un hombre de palabra, si dijo que no te dejaría ver a Raquelita, definitivamente no te daría la oportunidad -dijo lentamente-. ¿no quieres recuperar tu memoria? Quizá vivir con él te ayudaría a recordar algo del pasado.

Yadira miró hacia Mariano de asombro, -¿Tratas de persuadirme a obedecer a Delfino?

Mariano sonrió y dijo con la cabeza meneada, -Así es, no tienes otra opción, Delfino es difícil de precisar, y tú, echarás mucho de menos a Raquelita, por eso la mejor elección es obedecer a él.

Yadira reconoció que su palabra era razonable, pero todavía sentía agravio.

Yadira se burlaba de sí misma, -Me amenazó.

En seguida dijo, -Quizá no es una amenaza, pero no me queda otro remedio.

Ella estuvo en coma durante tres años, es decir, Delfino también había cuidado a Raquel tres años.

Fue comprensible la petición de Delfino, aunque era como una amenaza.

Delfino amaba a Raquel, pero Yadira fue la madre real de Raquel, por eso era su responsabilidad de cuidar y acompañar a Raquel.

Al escuchar su palabra, Mariano observaba a ella en silencio, después retiró la mirada a ella, -Si aclaras, puedes entrar.

Yadira respiró hondo, y se volvió a entrar.

Mariano miraba a la sombra de la espalda de Yadira, su expresión en la cara desapareció, y nadie pudo comprender cabalmente su corazón.

***

Cuando Yadira entró en la sala, Delfino todavía se sentaba en el sofá.

Al ver a Yadira, Delfino bajó la cabeza para confirmar la hora, -Solo pasaron 20 minutos, ¡Qué eficiencia!

Yadira respiró hondo otra vez, con la cara fría, -¿Cuándo me mudaré a tu casa?

Como una desconocida.

Delfino contestó con los ojos medio cerrados, -Ahora.

Yadira se enfadó mucho y apretó los dientes, -Bien, necesito tiempo para arreglar mi equipaje.

-No necesitas -replicó Delfino.

Se levantó y añadió, -Te lo prepararán las asistentas.

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