Matrimonio de primera romance Capítulo 411

Yadira se acercó al sofá y besó a Raquel en la mejilla.

-Mamá -saludó Raquel con displicencia y siguió viendo la televisión.

¡Qué dibujos animados tan mágicos!

Yadira se sentó junto a Raquel.

Los dibujos animados para niños le parecieron maravillosos.

Delfino sabía que a Raquel le fascinaban los dibujos animados, así que no la molestó.

Después de ducharse, Delfino vio a Yadira junto a Raquel viendo la televisión y se quedó sin palabras por un momento.

Delfino miró su reloj, se acercó a las dos y apagó el televisor con el mando a distancia.

Luego dijo fríamente, -Ve a ducharte y a acostarte.

Raquel hizo un mohín, molesta pero sin atreverse a decir nada, ya que era Delfino quien había apagado el televisor, y luego se levantó del sofá.

Yadira dijo algo molesta, -¿Por qué has apagado la televisión de repente?

Lo dijo porque casualmente estaba viendo algo emocionante.

Yadira comprendió de repente a los niños que fueron interrumpidos por sus padres mientras veían la televisión.

Delfino era mucho más tranquilo que Yadira.

-¿Qué hora es?

Yadira miró su reloj, -Las nueve y media.

Delfino se volvió hacia arriba.

Yadira sabía lo que quería decir Delfino.

El hombre quería que subiera a darse una ducha y se fuera a la cama.

Entendía lo que había que hacer, sólo deseaba que lo hubiera dicho de forma más clara.

Fue amable con Raquel, aunque a veces hacía las cosas de forma sencilla y brusca.

Yadira giró la cabeza para ver a Raquel sonriendo y tirando de su abrigo, -Mamá, todavía quiero ver dibujos animados.

Yadira quiso decirle a Raquel que quería hacer lo mismo, pero ya era la hora de acostarse.

Así que le habló a Raquel en tono consultivo, -Mañana, ¿vale? Ya es tarde y tengo sueño, ¿puedes dormir conmigo?

Raquel asintió con la cabeza, -Bien.

-¡Qué chica!

Después de pasar unos días con Raquel, Yadira se sorprendió de lo bien que se comportaba la chica.

***

Yadira la llevó arriba y se duchó con ella. Y Raquel se quedó en su habitación.

Yadira aceptó entonces que la niña se acostara con ella.

Pronto Raquel se quedó dormida.

Yadira se levantó para bajar a beber agua.

Descubrió que la luz siguió encendida en el estudio de Delfino.

¿Estaba trabajando?

Yadira se quedó un momento y luego quería irse.

Se miraron fijamente.

Yadira trató inmediatamente de liberarse.

Pero Delfino apretó su cintura.

La abrazó y le sujetó la muñeca con fuerza.

Los dos estaban muy juntos, respirando con dificultad.

Yadira se sonrojó de repente y evitó los labios de Delfino, diciendo con rabia, -Déjame ir, y te perdonaré.

La voz temblorosa la hacía parecer muy suave.

En lugar de dejarla, Delfino la besó deliberadamente, -¿Pero y si quisiera hacer algo? -dijo con abandono pero con certeza.

Yadira no podía moverse en absoluto, -Delfino, ¿esto te hace sentir bien?

-Claro, y además... -continuó tras una pausa deliberada, mirando a Yadira-. Exitado.

Yadira no entendió a qué se refería hasta que...

Se quedó atónita, respirando con mucho cuidado.

Delfino era un hombre volátil, y Yadira no tenía ni idea de lo que tramaba o lo que pensaba.

-¿Qué quieres? -dijo con impotencia.

Ella cedió.

Delfino aflojó un poco el agarre y dijo, -Escucha, no permitiré que te asocies con otro hombre hasta que mi memoria sea restaurada.

-¿Qué quieres decir? -dijo Yadira, frunciendo el ceño.

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