Matrimonio de primera romance Capítulo 412

-Ya me has oído -dijo Delfino.

A Yadira le disgustaba la soberbia de Delfino.

Levantó la barbilla para mirar a Delfino y dijo, -¿Qué significa asociarse?

-Mariano -dijo Delfino lentamente.

Yadira se rió, respiró hondo y dijo, -¿Y Ximena? ¿Quién es?

-¿Lo admites?

-¿Qué?

-Mariano.

Los dos comenzaron a hablar de Mariano.

-Delfino, somos los padres de Raquel, no tenemos ninguna otra relación legal -trató de convencer Yadira a Delfino-. Ahora vivimos juntos y entiendo muy bien lo que no me digas...

-Bien -Delfino la interrumpió con impaciencia.

-Déjame terminar -Yadira se separó fácilmente del abrazo de Delfino.

Miró al hombre con asombro.

Delfino se apoyó en el escritorio con las manos en los bolsillos y dijo, -Algo significativo, por favor, que no quiero perder el tiempo.

-Yo tampoco -dijo Yadira.

-Si valoras el tiempo, vete a la cama -Delfino la miró con indiferencia.

Era un hombre irracional.

Yadira no sabía cómo contradecirle.

Miró a Delfino, luego tomó el café que había sobre el escritorio y se lo bebió.

El café solo estaba un poco amargo.

Yadira dejó la taza vacía y le dijo provocativamente a Delfino, -Buenas noches.

Delfino la vio salir y volvió a mirar la taza.

Tocó el asa y sonrió.

Adivinó en secreto: "¿Está enfadada?"

Sin embargo, Delfino no se enfadó en absoluto y lo encontró algo divertido.

Yadira volvió a su habitación furiosa.

Cerró la puerta con un largo suspiro de alivio y se acercó a la cama.

Raquel estaba profundamente dormida, así que entró en el baño.

Se puso frente al espejo y se tocó los labios, recordando el beso.

No sabía qué estaba pensando Delfino o qué quería hacer.

Pero odiaba su arrogancia.

Yadira salió del baño y se sentó en el sofá para enviarle un mensaje a Noela, -¿Realmente amaba a Delfino antes?

-Sí -respondió Noela rápidamente.

Yadira comenzó a quejarse, -Pero ahora lo odio, arrogante como un rey, y siempre me enoja...

-¿Por ejemplo? -respondió Noela.

-Él no me permite interactuar con otros hombres antes de que recupere la memoria. Lo entiendo pero en realidad es demasiado...

***

Delfino llegó al trabajo y vio a Apolo.

Apolo llevaba un jersey azul y una camisa blanca, con mucha energía.

-Buenos días -le sonrió a Delfino.

-¿Ha pasado algo?

-Sí -Apolo no lo ocultó.

-Vamos -dijo Delfino.

Apolo siguió entonces a Delfino hasta el despacho del presidente.

Al salir del ascensor se encontraron con Licia.

Apolo sonrió significativamente, -Señorita Licia, ¡cuánto tiempo!

La cara de Licia cambió inmediatamente.

Ignoró a Apolo y miró a Delfino.

Delfino, sin embargo, se dirigió directamente al despacho.

Apolo levantó una ceja de forma provocativa hacia Licia.

La mujer tembló de rabia y apretó los puños.

Sonó su móvil.

Licia respondió con impaciencia, -Dime.

Luego se burló, -Lo sé.

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