Matrimonio de primera romance Capítulo 431

Aunque Yadira no consiguió ninguna información desde Delfino, tampoco se sintió frustrada.

Porque creía que no sería difícil para Delfino encontrar un experto en hipnosis como ese.

***

Cuando Delfino regresó a su casa, entregó su chaqueta a la criada y se sentó en el sofá.

Miró la lámpara de cristal que había encima y su alrededor.

La gran villa estaba fría y vacía, con solo guardaespaldas y criadas.

Sacó su móvil y se deslizó inconscientemente hacia la página de mensajes.

En ella solo había un mensaje.

Se lo envió Yadira anoche, con dos palabra -buenas noches-.

Cuando lo recibió, solo pensó que esa mujer era tan aburrida que quiso ponerla en la lista negra, pero por alguna razón no lo hizo.

Probablemente se durmió demasiado por sueño.

-Señor.

La voz de Xulio hizo reaccionar a Delfino.

Delfino bloqueó la pantalla del teléfono y vio a Xulio.

No abrió la boca, sino que se limitó a alzar las cejas, haciendo una señal para que Xulio dijera algo.

Xulio preguntó con cautela, -¿Qué quieres cenar?

Como la situación reciente de Delfino era especial, Xulio se quedó en su casa.

Menos mal que Delfino todavía confiaba mucho en él.

De hecho, lo hacía todo bien. No solo era el asistente de Delfino en el trabajo, sino también tenía que ocuparse de la vida suya.

Debido a lo ocurrido anoche, las camareras no se atrevían a cocinar casualmente.

Temían que cuando la comida no le gustara a Delfino y este volviera a perder los nervios, así que le pidieron a Xulio a preguntarle.

Delfino dijo con indiferente, -Los contraté para cocinar. ¿Necesitan preguntarme por un asunto tan trivial?

Xulio pensó, -Para él es una pequeña cosa, pero para los funcionarios es una prioridad absoluta.

Xulio preguntó audazmente, -¿Quieres comer la comida de Señora Yadira?

Era la primera vez que Delfino no lo corrigió, sino que preguntó, -¿Has referido a Yadira Jimenez?

Notando este detalle, Xulio respondió, -Sí.

Delfino se mofó y dijo en tono burlón, -Anoche vino a cocinar, pero esta noche no. ¡Es imposible volver a casarse conmigo!

Xulio no dijo nada, secándole el sudor de la cabeza.

En aquel entonces, cuando seguía a Delfino como asistente, solo era un recién graduado y el Grupo Auge aún no era muy famoso, pero ya empezó a obtener beneficios.

Delfino era un comerciante talentoso que tenía poderosos medios.

El progreso del Grupo Auge era visible.

Sin embargo, Delfino, que en ese momento tenía poco más de veinte años, también era muy irascible.

Cuando se graduó, era tan joven que no era tan considerado como ahora y fue regañado por Delfino.

En aquel momento, aunque estaba poco convencido por un jefe más joven que él, después de conocer la habilidad de Delfino, lo obedecía.

Ya se le había acostumbrado a Delfino, quien era firme, cauto y cada vez más severo

Sin embargo, la personalidad de Delfino volvió a cambiar repentinamente a la de sus veinte años...

Habían pasado tantos años, y ya no sabía cómo llevarse bien con este tipo de Delfino.

Xulio pensó, “¿Debo decirle que de hecho fui yo quien llamé a Yadira a ayudar anoche?”

“¿Debo decirle que fue él quien vigilaba a Yadira y la trataba bien?”

De hecho, se lo mencionó implícitamente, pero fue inútil.

Delfino no le escuchó.

Cuando este no escuchó ninguna respuesta de Xulio, lo miró sin expresión y preguntó, -¿Por qué no has dicho nada? ¿Me equivoco?

Yadira le entregó el cuenco y los palillos, -Tómalos y pon en la mesa del comedor.

Raquel contestó, -De acuerdo.

Raquel salió corriendo y los colocó sobre la mesa.

Cuando Yadira destapó la olla para ver si la sopa estaba lista, oyó que Raquel la llamaba desde fuera, -Mamá, alguien está llamando a la puerta.

-¿Dónde está la tía Noela?

-Todavía está en el baño.

Yadira estaba removiendo la sopa y respondió, -Espera, voy a abrir la puerta.

-Yo iré -Raquel se ofreció y, sin esperar a que Yadira dijera nada, se apresuró a hacerlo.

Yadira se apresuró a dejar la cuchara y se dirigió al exterior, -Raquel, estoy lista.

Cuando salió, Raquel ya la había abierto.

-Raq...

Raquel inclinó la cabeza y miró al hombre alto que estaba de pie frente a la puerta. Llamó con alegría, -¡Definas!

Yadira quería detenerla, pero ya era demasiado tarde.

Raquel ya se había abalanzado sobre Delfino pero se limitó a abrazarle la pierna con su altura.

Delfino giró la cabeza para mirar a Xulio que le seguía por detrás, pensó, "¿Eso te parece linda?”

Entonces, bajó la mirada hacia Raquel y levantó las cejas, -¿Qué debes llamarme?

Raquel rio y respondió con un tono un poco congraciado, -¡Papá!

Delfino se puso rígido porque no pudo imaginar que una niña tan escurridiza era su hija.

Mirando a Yadira, sospechó que Yadira se le había enseñado.

Yadira parecía capaz de leer su mente, así que levantó a Raquel en los brazos de Delfino y dijo, -Raquel no te ha visto durante dos días y te echo de menos.

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