Matrimonio de primera romance Capítulo 509

Al ver que Yadira y Ximena se fueron, los curiosos salieron también.

Unos de ellos querían hablar con Delfino. Pero al ver su expresión, no se atrevieron a acercarse.

Después de que ellos salieron, Delfino miró a Horacio.

Aquí solo quedaban los dos, por eso no era necesario ocultar nada.

Horacio lo miraba sarcásticamente con una risa muy rara, y le dijo, -Somos iguales. Si yo no puedo obtenerlo, tú tampoco.

Horacio se esforzó por toda su vida, pero no ganó nada.

La relación entre ellos había sido ruinada y ya no necesitaba ocultar su odio a Delfino.

Pero con solo una palabra, Delfino lo hizo deprimido.

-¿Cuánto tiempo no ves a mi tía? -dijo en un tono suave y casual, pero muy fuerte para Horacio.

Por supuesto Horacio quería ver a Sonia Dominguez, pero era tan orgulloso que no quería que Sonia lo viera así, vencido por Delfino.

Aunque quería verla mucho, no la encontraría nunca.

Horacio se agarró con fuerza a su silla de ruedas y miró a Delfino feroz, como si quería hacer pedazos a Delfino.

-Seguro que la extrañas mucho. No te preocupes. Te voy a traer allí -sentado al lado de Horacio, dijo Delfino en voz baja y suave.

Según veían los otros, los dos eran padre e hijo charlando. Incluso a lo lejos había alguien admirando la buena relación.

-¡Delfino!

A pesar de que los dos ya se llevaban muy mal y que se enfadó mucho Horacio, todavía controlaba su volumen para que no oyeran los otros.

-¡Qué buen padre mío! -Delfino rio sarcásticamente.

Hasta ahora, Horacio todavía pensaba el prestigio de la familia Dominguez.

-Si no estás satisfecho, habla conmigo. No vayas a encontrar a Sonia. Todos somos de la familia Dominguez. ¡Destruir al Grupo Dominguez no es nada beneficioso para nosotros! -cuando hablaba del Grupo Dominguez, los ojos de Horacio se convirtieron más agudos y enérgicos.

Era una advertencia.

Pero a Delfino no le importaba nada Horacio, incluso cuando Horacio era el jefe del Grupo Dominguez.

Como si hubiera oído algo gracioso, Delfino rio por un momento y le dijo, -Para advertir, el Grupo Dominguez está en mi mano. Puedo hacer todo lo que quiero. En cuanto a ti... voy a dejarte envejecerte hasta la muerte. Aprovéchalo bien -diciendo esto, Delfino se levantó y le arregló el traje.

-Ya es hora de ver tus viejos amigos -dijo Delfino.

No hacía falta la orden. Xulio Ruiz ya cogió la silla de ruedas y llevó a Horacio a la muchedumbre.

Era la primera vez que Horacio apareciera en el público durante los tres años.

Cuando entró con Delfino, todos los presentes vieron claramente su situación.

La familia Dominguez era el noble de la clase más alta. Contaba con abundantes riqueza y poderes. Horacio había llevado una vida viento en popa por décadas, pero era así en la edad avanzada.

Los presentes no eran tan simpáticos como se veían. En realidad muchos de ellos estaban tan alegres en el corazón.

Cuando ellos llegaron, se acercaron unos para hablar.

Delfino estaba pisando su dignidad, peor que matarlo directamente.

Pero no quería darse por vencido y solo podía soportar todo.

Yadira, Mariano y Noela García se quedaron en un rincón y vieron en silencio todo esto.

Noela tomó una copa de vino y le preguntó a Yadira, -¿Qué quiere hacer Delfino?

Ellas no sabía nada de por qué Delfino celebró el banquete. Para ella era simple un lugar para comer y satisfacer su curiosidad.

-¿Qué importa? -Yadira se sentó en la silla alta y tomó también una copa de vino.

Se sentó Mariano a su lado también, y luego Noela lo observaba fijamente.

Desde hacía poco había llevado mirándolo.

Mariano tenía un temperamento relumbrante y sencillo, y al mismo tiempo la prudencia del psicólogo.

Era un poco contradictorio.

Como hoy Mariano había ayudado a Yadira contra Ximena, ahora Noela sentía un poco de la buena impresión de él.

Le preguntó curiosamente a Mariano, -Senor Mariano, ¿pueden ustedes los psicólogos saber los pensamientos de otros por sus actos y expresiones?

Cuando hablaba Noela, Mariano le escuchaba atentamente.

Después de que ella terminó, Mariano pensó por un momento y dijo, -Sí, pero no.

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