Matrimonio de primera romance Capítulo 527

Raquel Dominguez murmuró, -¡Mal genio!

Delfino Dominguez le tiró una mirada, ella se quedó tranquila enseguida e iba a bajar la cama ofendida.

Pero por su altura, solo podía deslizarse al suelo poco a poco.

Raquel miró todas las partes de la habitación sin haber encontrado su ropa.

Iba a decir algo cuando le recordó el aspecto que justo tenía Delfino. Tapándose la boca por susto, no volvió a tener valor de comentar nada. Tiró la manta de Delfino.

Este la miró enarcando las cejas.

Raquel levantó la cabeza para ver a Yadira Jimenez y dijo en voz muy baja, -No puedo encontrar mi ropa.

Aquí era la habitación de Delfino, por supuesto que no había ropa de Raquel.

Yadira estaba dormida en los brazos de Delfino. Este la miró, se levantó de la cama con cuidado y llevó a Raquel a la habitación de ella para cambiarle la ropa.

Después de eso, mandó a una criada que la acompañara a bajar a desayunar.

Antes de bajar la escalera, Raquel mirando el dormitorio de Delfino susurró reticente, -Mamá también necesita desayunar.

-Desayuna primero -contestó Delfino.

Con solo dos palabras, Raquel no se atrevió a hacer nada más.

Delfino no volvió a su habitación hasta que vio estar abajo a Raquel.

Yadira siguió dormida profundamente.

Delfino la miró un rato a la cama, se cambió de ropa y fue a desayunar.

En la escalera, vio a la criada estar alimentando a Raquel.

Raquel tenía una buena vista, cuando vio a Delfino, arrebató el cucharón de la criada para comer por su cuenta haciéndose una hija dócil.

Delfino no comentó nada sobre su comportamiento.

Se sentaron cara a cara sin hablar nada.

Cuando casi terminaron el desayuno, Yadira bajó.

Con cara sin pintada, se sentó al lado de Raquel, lo que convocó la insatisfacción de Delfino.

Yadira fingió no haberlo visto y miró a Raquel, -Hiciste bien en comer tanto.

Raquel la asintió con la cabeza y le dio una cucharada de sopa de arroz.

Ella no la cogió bien, por eso la derramó en la mesa.

Yadira cogió su mano, le devolvió la cucharada a la boca de Raquel y dijo en voz suave, -No se necesita. Comeré la mía.

Al acabar sus palabras, Delfino echó fuertemente su cucharada en la mesa, y produjo un ruido grande.

Yadira le preguntó en silencio con la mirada, “¿De qué viene esta acción?”

-Nada -respondió Delfino con cara de póquer bajando su cabeza.

“Nunca veo Yadira hablar conmigo en voz tan suave como con Raquel.”

Je, mujer.

***

Yadira no entendía por qué Delfino estaba tan enojado. Este fue a trabajar sin decir nada con ella después del desayuno .

Precisamente, Fatima Núñez llamó a Yadira por el guión.Yadira regresó a la casa alquilada y fue al estudio de Fatima con portátil.

Y por arrepentirse.

Yadira no solo se presentó sino también provocó una noticia sensacional.

-Al juzgar por el tiempo de tu embarazo y la edad de la niña, es vuestra hija. La escondes perfectamente y diste la luz en extranjero, por eso no es tan fácil para los medios nacionales lograr esta información.

-Y Ximena Ibáñez, parecía que tenía ningunas relaciones con Delfino -dijo Fatima, con gesto de esperar una farsa.

Yadira siguió manteniendo silencio riendo.

-No te hagas tonta. ¿Qué pasa? ¿La chica de veras es vuestra hija?

Ella se moriría por la curiosidad.

-En horas de trabajo, la conversación privada es prohibida -respondió Yadira que no pensó hablar de esto con Fatima.

Hasta ahora, la única persona a la que podía abrirse era Noela García.

Fatima no la obligó por el rechazo en las palabras de Yadira. Dijo, -Vale, si no quieres decir. Pero tengo que recordarte que Ximena no es ninguna santa.

El padre de Fatima era director de televisión que ya se podía decir que era un personaje.

Sin embargo, el padre de Ximena estaba en puesto más alto. Fatima y Ximena eran del mismo círculo, así que Fatima la conocía.

Yadira la preguntó, -¿Por qué dices eso?

Revolviendo el café, Fatima reflexionó y le contestó, -Su posición en nuestro círculo es como la de Licia Dominguez en el comercial.

Los dos eran amigas por el mismo excesivo orgullo y las mismas adoraciones que habían recibido desde niñas. Pero su amistad parecía que no se podía pasar pruebas.

Viendo que Yadira le escuchaba atenta, Fatima siguió sus palabras, -Además, Ximena actuaba prudente, pero la gente que la ofende no tiene buen final.

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