Matrimonio de primera romance Capítulo 531

Yadira también no sabía qué había pasado, se agitó la cabeza, -No lo sé.

Ella no vio los comentarios que le habían dejado en sus publicaciones, abrió las noticias últimas directamente.

Como lo que pensaba, el tema que fue mencionado más era “ La prometida del señor Delfino estaba probándose los vestidos de novia” .

Y ella podía asegurarse que la prometida que surgía en la noticia no era ella misma y era posible que fuera esa Ximena.

Porque su nombre se quedaba debajo de esta.

Dio un suspiro, y le dijo a Delfino con molestia, -Aparezco otra vez en la noticia.

El hombre frunció el ceño, -¿Tiene que ver con Ximena?

Con sorpresa, le preguntó, -¡Qué increíble! ¿Por qué lo sabes?

Al final de las palabras, hizo clic en el tema: Ayer el señor Delfino y su prometida se presentaron en la tienda nupcial, ¿se acerca la boda?

Las personas que estaban en las fotos eran Delfino y Ximena.

Desde la perspectiva, el que había tomado la foto había evitado que Yadira hubiera surgido en la foto con intención.

¿Acaso Ximena aquel día había ido a la tienda con propósito de conseguir estas fotos?

Casi todas las fotos fueron deliberadamente fotografiadas sin Yadira Jimenez, tal vez la hubiera tomado, pero finalmente había cortado su imagen.

-He dicho que Ximena es la prometida de Delfino. ¿Quién sabe a Yadira Jimenez? Que no tiene la capacidad ni una familia rica y poderosa, sino que previene de una familia desconocida. El hecho es que ella pierde su honor para seducir a aquel señor. ¡Qué vergonzosa!

-Se ha descubierto la verdad, pero algunos todavía no lo creen. ¿Cómo podemos despertar a uno que se finja dormido.

Yadira seguía leyendo los comentarios, y ellos eran fanáticos de Ximena.

Pero abrió la página de inicio, no había nada información.

Los comentarios cuerdos fueron dejados hasta el final.

Yadira dio una risa indiferente, -¡Qué atractivo eres! Señor Delfino.

-Tú también -le contestó ligeramente.

Yadira movió la cabeza para objetarle, -No soy comparable a ti. No tengo un seguidor tan sentido como Ximena.

-¿Pues Mariano? -le lanzó una risa indiferente. Su tono era agrio.

En la cosa sobre Mariano, ella no quería discutir más con él, porque ella sabía que su primera impresión era que Mariano era su rival de amor.

Yadira no le hizo caso.

Hoy era un día feliz, y no quería reñir con él.

Aunque vio esta noticia, no se afectó su sentimiento.

Pero Delfino no tenía la misma idea con ella.

Él no oyó la contestación de ella, pues le preguntó, -¿Ya lo has reconocido tácticamente?

-Delfino Dominguez, ¿de veras quieres discutirlo conmigo? -hizo todo lo posible para controlar su enfado.

-Aunque se has enterado de que Mariano es aquel doctor que me hipnotizó, ¿todavía quieres protegerle? -sus palabras eran bastante glaciales, y hizo a la chica sentirse triste.

-¿Ahora tienes prueba para probar que él es el doctor que te hipnotizó?

Ella casi no podía soportar su enfado y aumentó el volumen, -Si puedes probar que él realmente es el doctor, ¿qué quieres hacer? ¿Deseas que yo vea con mis ojos que le atormentas, o que le matas?

Delfino se quedó hosco, le dijo con tono muy afirmativo, -Parece que has hecho la decisión.

Al final de las palabras, el hombre no solo no detuvo el coche, sino que cerró la puerta.

Le preguntó con ironía, -¿Temes que me lance del coche?

-¿Qué no te atreves a hacer? -el tono de Delfino también no era amable.

Los dos llegaron a casa sin nada palabras.

Raquel Dominguez salió tan pronto como oyó el ruido de coche, y unas sirvientas la siguieron.

-Más despacio... Raquel.

-¡Mamá!

Yadira oyó la voz de la niña antes de bajar del coche.

Se desabrochaba el cinturón de seguridad, mientras tanto, el hombre se le acercaba.

Ella retrocedió evitándolo con subconsciencia.

Sin embargo, Delfino solo quería ayudarle desabrochar el cinturón.

Si no él todavía estaba hosco, Yadira se olvidaría de que los dos habían reñido.

Ella dejó a Delfino que le desabrochara el cinturón de seguridad, de repente recordó algo, -No puedas enfadarte ante Raquel.

Le contestó indiferentemente, -No lo haré.

-Bueno, ella es pequeña. No necesitas enfadarte con ella, puedes asustarle con una mirada.

Éste no le hizo caso y bajó del coche directamente.

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