Matrimonio de primera romance Capítulo 586

Mariano, sin embargo, no respondió a la pregunta de Yadira, sino que preguntó, -¿Raquel está dormida?

Era obvio que no quería darle explicaciones y quería cambiar de tema.

Mariano era el que parecía simpático, pero si no quería hablar, no había forma de pedirlo.

Yadira se levantó y se fue, sin querer quedarse un momento más.

Cuando ella se giró, el rostro de Mariano se volvió muy sombrío y dijo con la voz ronca, -Yadira, ¿te resulta difícil incluso sentarte a tomar un vaso de agua conmigo ahora?

-Voy a ver si Raquel se ha despertado.

Mariano intentaba cambiar de tema con Raquel, y Yadira hizo lo mismo.

Al ver que Yadira estaba a punto de irse, Mariano se levantó inmediatamente y exclamó, -¡Yadira!

Dijo con un raro enfado.

Yadira tuvo que detenerse, y dijo impacientemente, -Si tienes algo que decir, por favor, dilo de una vez.

Mariano caminó hacia ella con rostro hosco, mirándola fijamente, -Yadira, Delfino puede darte una vida privilegiada con un montón de sirvientes, yo también. Lo que él puede darte, yo puedo dártelo, ¡e incluso puedo darte más!

Yadira se sintió extraña por sus palabras y retrocedió involuntariamente, -¿Qué quieres decir?

Las palabras de Mariano la confundían cada vez más.

Mariano avanzó medio paso, tratando de acercarse a ella, pero una vez que Yadira se dio cuenta de sus intenciones, retrocedió rápidamente dos pasos más y le tendió la mano para apartarlo, -Di lo que quieras.

-Vale, seré sincero contigo entonces.

El disgusto apareció en los ojos de Mariano, pero no se enfadó, no era alguien que se enfadara fácilmente.

-Tú sabes mejor que yo cómo es Delfino, que es muy difícil llevarse bien con alguien tan chusco como él. Pero te será mucho más fácil conmigo. No me importa lo que hiciste con él antes y trataré a Raquel como si fuera mi hija -Mariano dijo y extendió la mano para tocarla de nuevo.

Yadira se apartó rápidamente y miró a Mariano con frialdad, -¿Estás loco?

-Puedes pensar en lo que he dicho. Soy más adecuado para ti que Delfino, ¿no nos llevábamos muy felizmente en aquellos días?

Se volvió un poco más ansioso al ver que Yadira se había quedado indiferente.

Yadira no sabía cómo se le podía ocurrir a Mariano esta idea y le pareció absurda, -¿Ya has terminado? ¿Puedo irme ya?

El Mariano que tenía delante estaba tan diferente del Mariano que Yadira conocía, así que ahora quería creer que era sólo Alfonso y no Mariano.

Pero era realmente Mariano, y su personalidad lo reveló todo.

Yadira se fue y estaba a punto de pasar por él cuando le agarró la muñeca.

Intentó retirar la mano, pero no lo consiguió, así que lo miró de reojo, -¿Qué más quieres hacer?

La impaciencia en su tono hizo que Mariano cambiara completamente la cara.

¿Le había hablado alguna vez Yadira en un tono tan impaciente antes?

Mariano se rio, pero claramente no era una risa feliz.

-Hay algo que olvidé decirte.

Mariano le reveló su identidad tan repentinamente. Si Delfino hubiera sido efectivamente hospitalizado en un accidente de coche, ella sabría la razón.

A Yadira le había parecido extraña que de repente revelara su identidad y dijera esas palabras extrañas hoy.

Pero ahora después de leer el periódico, ya no le parecía extraño.

¿Pensó Mariano que Delfino estaba muerto y que ella no contaba con nadie, por eso tuvo el valor de decirle la verdad?

Pensando en ello, Yadira se mofó, -Tuviste algo que ver con el accidente, ¿no?

-Yadira, ¿tan malo soy en tu mente? -Mariano se rio tristemente-. Sabes que mi otra identidad es un doctor en psicología, un experto más autorizado en psicología en el país M. Como figura pública, ¿cómo podría hacer tal cosa?

Al ver que no parecía estar mintiendo, Yadira no hizo más preguntas y leyó de nuevo el periódico.

Las fotos eran en blanco y negro, nada claras y no podía ver nada de ellas.

¿Por qué de repente Delfino tuvo un accidente de coche? ¿Y estaba malherido?

Mariano miró fijamente a Yadira y dijo, -Preocupada por él, ¿no?

-Si digo que sí, ¿me dejarás ir a verlo? -Yadira le preguntó indiferentemente.

Mariano se quedó con sus brazos cruzados y levantó una ceja, -Podrías intentar rogarme, y tal vez esté de acuerdo.

Yadira lo miró y se alejó con el periódico.

Ella había dejado que Mariano la tomara como rehén en primer lugar, y naturalmente no iba a rogarle que la dejara volver a ver a Delfino ahora.

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