Matrimonio de primera romance Capítulo 590

Delfino, después de reflexionar por un momento, dijo, -Es posible.

-En aquel tiempo, me fui en coche de la villa de Mariano, solo eché un vistazo hacia atrás y no vi claramente la apariencia del anciano -diciendo hasta aquí, Yadira de repente dio una pausa, y luego le preguntó-. ¿Cómo sabes que el padre adoptivo de Mariano ha fallecido? Es decir que ¿ya conocías quién es él?

De todos era conocido que en ese momento su padre adoptivo también poseía una identidad muy oculta.

Sería difícil incluso encontrar la información sobre Mariano en el país, sin mencionar a su padre.

Delfino caminó al sofá en que se sentó, luego dijo sin prisa, -Debes de conocerlo.

-¿Quién es?

Él soltó el nombre lentamente, -Franco Maroto.

-¿Franco Maroto? -ella se quedó aturdida- ¡Resulta ser él!

Yadira, cuya expresión se puso más seria, fue a sentarse junto a él.

-En el mundo español, es un filántropo con muy buena reputación, durante toda su vida ha subvencionado a mucha gente, así también es respetado. Sé que una película se hizo basada en él.

-Es solo que últimos años se han oído decir pocas noticias sobre él. Dicen por la mayor edad y la mala salud, se ha ido despareciendo en la vista del público, pero aún insiste en las caridades.

Terminada de declarar su opinión, ella lo miró arriba.

-¿Hay algo sospechoso sobre Franco?

Como Mariano contaba de algunos secretos, Franco, su padre adoptivo, tal vez también tenía algo raro.

Delfino se inclinó apoyado en el sofá, quien se veía muy perezoso, lo mostró en su voz baja y profunda, -Es un hombre de bastante bondad, ¿no es así?

-Exactamente es así, en virtud de la información.

Ella asintió con la cabeza.

-Mariano ha investigado el caso que sucedió a mi madre.

Por tales palabras que dijo Delfino con aspecto indiferente, ella comenzó a pensar.

-Mariano solo es uno o dos años mayor que tú, en aquel entonces…

Hablando de su madre, Yadira primero le dio una mirada cuidadosa y lo vio mantener serenidad como de ordinario, y continuó, -En aquel entonces en que sucedió a tu madre el incidente, apenas él tenía unos diez años, ¿cuál relación habría entre él y ese asunto?

Le preguntó Delfino, -¿Cuántos años tiene Franco?

Reflexionando por un rato, luego le respondió Yadira, -Debería tener… unos sesenta años.

Él bajó los ojos levemente, cuyo tono era muy suave, -Casi a la misma edad que mi madre.

-Quieres decir que, ¿podría relacionarse con Franco lo que Mariano sabía lo que pasó a tu madre? O sea, ¿Franco con mucha posibilidad podría haber intervenido en ese asunto? Si Mariano siempre ha hecho cosa por alguien, ¡definitivamente será por Franco!

Con mucha más información obtenida, ella, por lo contrario, sintió que la cosa se volvía más complicada.

Originalmente pensó que, lo que pasó a su madre solo tuvo que ver con unos miembros de la Familia Dominguez, inesperadamente, que ahora se metieran en eso más Mariano, y Franco, filántropo de renombre internacional.

Ella hizo un resumen simple, -Mariano es un doctorado en psicología criminal, y Franco es un filántropo, todos siendo los con algún estatus e influencia social, cuyas identidades también son muy famosas. También debido a la garantía de tal tipo de identidad, confabularse juntos a escondidos para hacer algo sería más difícil de descubrirse.

Resultó Mariano el ejemplo perfecto.

Había salvado a ella, y era su benefactor. Si no hubieran ocurrido tales cosas, ella aún le habría tomado como un hombre bueno.

-¡Yadira! -le llamó el nombre aguantando la ira.

Ella señaló la cama con la mano.

-Raquel está durmiendo, baja la voz.

Con una ira retenida en la garganta, pero la soportó. Con los ojos levemente morados, tendió la mano para pellizcarle el entrecejo, sin mirarla más.

Solo en este momento, ella notó la sombra debajo de sus ojos.

Al mirar a alguien con los ojos abiertos, él tenía un aliento agresivo, con solo una mirada siendo capaz de asustar a los demás. Pero al cerrarlos, cuando se cubría la vista tajante, se puso en evidencia lo marchitado en su rostro.

Resultó que últimamente, él también había tenido mal descanso.

Yadira suspiró y lo abrazó, suavizando el tono, -Solo sabes reprocharme que me tomaba la libertad de decidirme. Pero cuando ocultabas algo en tu corazón sin contarme, ¿has tomado en cuenta cuánto preocupada estaba? Y cuando me privaste sin permiso de la libertad mía y me encerraste, ¿en qué pensabas? ¿Me consideraste?

Hablando de la segunda parte, podía sentir que el cuerpo de Delfino, acabado de relajarse, se volvía de pronto en tensión.

Yadira le dio unas palmaditas suaves en la espalda, y su movimiento era especialmente gentil, con el significado de tranquilizar.

-Delfino, no quiero discutir contigo, ni culparte. Sé mejor que nadie lo pesado y deprimido que estás.

Ella tomó una respiración profunda.

-¿Aún recuerdas el tiempo en que yo estaba embarazada y quemé tu villa? Fue la primera vez. Y ahora, Raquel fue secuestrada, tenías miedo de que yo dedique mi propia vida para intercambiarla, así me encerraste. Esto fue la segunda vez.

-No puedes dejar que ocurra la tercera vez, ¿vale? En el futuro, podemos encontrar juntos una manera mejor de resolver.

Al menos no se permitía usar una medida tan extrema.

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