Su enfermedad podía ser la de psicología, la de mentalidad, o la del cuerpo.
Mariano estaba lleno de secretos, que era demasiado complicado.
Yadira entrecerró los ojos para ocultar su emoción, y preguntó, -¿Podemos entrar ya?
-Sí, sí. Adelante.
Mariano no se dio cuenta de que ella llevó a Raquel aquí.
La sonrisa en su rostro se profundizó, luego le acarició la cabeza de Raquel.
Raquel lo llamó en un tono amable, -Mariano.
Yadira notó que Raquel se le inclinó un poco. Ella parecía que no le gustaba Mariano.
Mariano se dio la vuelta y entró. Después de entrar en el estudio, las dos se sentaron en el sofá.
-¿Por qué me buscas? -Yadira le preguntó.
Mariano tomó la tetera sobre la mesita para servirle agua, mientras dijo de forma relajada como si fuera una simple charla, -¿No tienes interés en saber qué hemos hablado Delfino y yo?
Yadira levantó la cabeza sin emoción, -Si quieres contármelo, dime directamente.
Al escuchar el nombre “Delfino”, Raquel pinchó la cintura de Yadira con su dedo. Yadira giró la cabeza y encontró la duda en los ojos de Raquel.
Raquel vio que Yadira la miró, le susurró, -Papá.
Yadira tomó la mano de Raquel y dijo a Mariano sin levantar la cabeza, -Dilo si quieres contarme.
Mariano puso una breve risa, que sonó un poco sombría. Puso el vaso de agua ante Yadira.
-Gracias.
Yadira le agradeció, pero no aceptó el agua.
El estudio se quedó bruscamente en silencio, ninguno de los dos habló.
Al lado de Yadira, Raquel tampoco no hizo ningún ruido.
Un buen rato después, Mariano dijo lentamente, -Vamos a ver, no se sabe quién será el ganador final.
Dicho eso, Mariano levantó la cabeza y dio a Yadira una risa ambigua.
Parecía que consideró a Delfino como un oponente fuerte, pero Yadira no tenía ni idea sobre de qué vino esta consideración.
Yadira siguió callada.
***
Al atardecer, realmente volvió Delfino.
Yadira escuchó un ruido desde afuera, pero antes de salir a ver qué pasó, Delfino ya entró por la puerta del salón junto con Xulio Ruiz.
Aún quedaba una distancia entre ellos y Yadira, y cuando ella miró hacia ellos, vio que Delfino también la miró con la cara de póquer.
Xulio siguió detrás de Delfino, asintió con la cabeza a Yadira con una sonrisa como siempre.
Eso le dejó a Yadira la imagen en que ellos estaban en la villa de Delfino en la Ciudad Mar, en vez de la de Mariano en País M.
-Vamos.
Yadira dio un vistazo a Mariano, luego llevó a Raquel al comedor.
Josefa se enfadó mucho e iba a decir algo, pero la detuvo Mariano.
-Delfino es demasiado. Yadira también, estos días no la tratamos mal, ¡pero ella no tiene ni un poquito de consciencia!
Diciendo, Josefa se enojó más, hasta que finalmente dio una patada al sofá.
-Venga, vamos a cenar -al contrario, Mariano ya se había calmado.
Cuando entraron él y Josefa, ellos había sentado a la mesa.
Yadira estaba al lado de Delfino, y Xulio estaba frente a ellos.
Mariano se sentó directamente en el asiento de dueño, y Josefa se sentó al lado de Xulio.
La cena era muy rara, aparte de Mariano y Josefa, todos disfrutaron mucho, especialmente Raquel.
-Papá, este me gusta... Quiero eso...
El brazo de Raquel no era largo, a pesar de que sabía utilizar el cubierto, pero no lo manejaba bien. Entonces generalmente le ayudaban los demás.
Delfino la cuidaba con paciencia, y la intimidad entre padre e hija fue presentado evidentemente. Mientras tanto, Yadira notó que la expresión de Mariano se volvió cada vez más horrible.
¿El cariño de Delfino a Raquel podía estimular a Mariano?
Siguió observando a escondida, y se dio cuenta de que la ira de Mariano era cada vez más obvia.
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