Matrimonio de primera romance Capítulo 612

Delfino caminó hacia Mariano. Una multitud de sus subordinados le siguió.

Aunque en ese momento muchos invitados vinieron ya, fueron pocos los hombres extranjeros, jóvenes, hermosos y elegantes, como ellos, mejor dicho, como Delfino y Apolo.

Por lo tanto, atrajeron muchas atenciones cuando Delfino y otros pasaron.

Muchas miradas fijaron en ellos. Por supuesto, Mariano naturalmente los vio.

Él sonrió levemente. En su cara apareció una sonrisa no evidente. Luego volvió su cabeza y la miró a Yadira.

En aquel entonces, Yadira estaba hablando con otra mujer, sonriendo.

Mariano le llamó,

-Yadira.

-¿Qué?

Yadira volvió su cabeza y miró hacia Mariano.

-¿Qué pasa?

-Ve quién viene.

Mariano tomó una copa de champán y le dio una dirección para que Yadira mirara hacia Delfino.

Cuando Yadira siguió la dirección, por su primera mirada vio a Delfino, que caminó ante todos otros.

La sonrisa en su cara, se fue congelando hasta que desapareció totalmente en el instante de verlo.

Al mismo tiempo, como Delfino siempre estaba atendiendo a Yadira, racionalmente vio el cambio de ella en su cara.

La cara de Delfino originalmente era sombrosa. Al verlo, se hizo más fría.

Apolo, que caminaba al lado de Delfino, tomó unas veces sus brazos debido al frío.

Cuando las miradas de Delfino y Yadira se encontraban en el aire, no se separaron.

Las miradas de Delfino eran muy frías y las de Yadira también. En ese momento, era difícil creer en que los dos hubieran sido novios enamorados.

Por último, Delfino y sus amigos, subordinados, se acercaron.

Yadira se paró al lado de Mariano. No dijo nada ni fue hacia Delfino.

Mariano volvió su cabeza y miró a Yadira. Estaba muy satisfecho por sus comportamientos.

Y en su cara también fue apareciendo una sonrisa leve.

-Señor Delfino, tanto tiempo sin vernos. ¿Cómo estás?

Las miradas de Mariano cayeron en Delfino, mientras tanto sonrió evidentemente.

Noela se burló. Ahora vio que Mariano era muy muy abominable.

Volvió su cabeza hacia otro lado, pero se encontró con la mirada de Yadira y se sentía más molesta. Por eso, sacó su móvil y lo jugaba.

Delfino no miró a Mariano.

El ambiente era un poco extraño.

Apolo era bastante inteligente y social. Pensaba un ratito y le dijo a Mariano con una sonrisa,

-¿Tanto tiempo sin vernos? He visto noticias. Dicen que señor Mariano fue vecino de señor Delfino.

Aunque Delfino no les dijo nada, Apolo sabía que Delfino le despreció a Mariano y no quiso hablar con él.

Al mismo tiempo, el estatus de Apolo, en comparación con el de Delfino, fue bajo. Si Delfino les contestó, equivalió a avergonzar a Apolo.

La cara de Mariano cambió levemente, y le dijo en seguida,

-Si no recuerdo mal, usted es director ejecutivo de Grupo Auge.

-Sí, soy yo.

Aunque Apolo le contestó sonriendo, en su corazón le insultó miles veces.

Solo fue un médico psíquico. Vio su conducta orgullosa y le parecía que tenía mucha capacidad. Pero en realidad, ¡fue una ridiculez!

Mariano sonrió y volvió su cabeza mirando a Yadira,

-Yadira, ¿ellos son tus amigos?

-Ja. ¿Ellos son mis amigos? Solo Noela es mi amiga.

Yadira le miró hacia Mariano. En sus miradas había odio.

Mariano rio astutamente,

-Si dices eso, podrás romper el corazón de alguien.

Él miró hacia Delfino.

Los invitados fueron muchos.

Dado que Delfino y sus amigos vinieron, no evitaban socializar.

Incluso Noela fue coqueteada por múltiples hombres.

Todo el mundo se ocupa en socializar. Solo Delfino quedó libre.

Delfino encontró un sitio de buena visita y se sentó. Si bien alguien quería acercársele y complacerle, se retiró por su aliento distante y indiferente.

En fin, nadie se atrevía a acercarse a Delfino y charlar con él.

Después de socializar un rato, Apolo regresó y se sentó al lado de Delfino, con mucho disgusto,

-Delfino, tú como el jefe que administra grupos multinacionales e innumerables industrias, ¿puedes socializar un poco con otros? ¿Si sigues así, el Grupo Dominguez realmente no se rompería?

-No viene el día.

Delfino le vio indiferentemente.

A Apolo le sorprendió y no tenía más palabras. Se levantó y obligatoriamente siguió socializando.

Tan pronto como Apolo se fue, Xulio regresó.

Xulio anduvo hacia Delfino y se paró a su lado, le llamó respetuosamente,

-Señor.

Delfino dejó la copa tomada en su mano. Solo le dijo una palabra,

-Di.

Xulio le dijo todo lo que ya había investigado,

-He visto con unos subordinados que Mariano solo lleva a dos o tres guardaespaldas, sin siquiera aquella asistenta Josefa, y la mayoría de sus subordinados obedecían las órdenes de ella.

Al oírlo, Delfino reflexionó un rato y luego en su cara apareció una sonrisa fría.

Xulio no podía adivinar el pensamiento de Mariano, tampoco esa sonrisa fría de Delfino.

Entonces, le preguntó confuso,

-Señor, ¿qué te parece?

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