Matrimonio de primera romance Capítulo 931

Raquel era una niña inteligente.

En tales circunstancias, tuvo la suerte de que Delfino no la castigara. Así que no se atrevió a esperar que Delfino la derribara. Sin embargo, sus piernas eran demasiado cortas. Las estiró para tocar el suelo, pero estaba fuera de su alcance.

Se dio la vuelta y miró en silencio a Delfino, sólo para descubrir que Delfino la miraba fijamente, lo cual era un poco incómodo.

Raquel parpadeó y gritó débilmente:

—Papá...

Delfino bajó a Raquel con una mano.

Raquel, que se echó al suelo, soltó un suspiro de alivio. Luego, habló como una adulta:

—No te preocupes, no le diré a mamá que has llorado.

Raquel había pasado por muchas cosas malas, pero después de vivir tanto tiempo con Yadira, poco a poco volvió a animarse.

Eso fue algo bueno. Parecía que todo estaba mejorando.

Delfino pensó que sí. Extendió la mano y acarició la cabeza de Raquel, y su tono fue claro:

—Molesta.

Raquel estiró la mano para juguetear con su flequillo y miró a Delfino.

Como Delfino era demasiado alto y la diferencia de altura entre ellos era muy grande, Raquel levantó la vista con cierta dificultad, y preguntó:

—Mamá está despierta. ¿Por qué todavía pareces infeliz?

Delfino la miró y dijo:

—Estoy muy contento.

Raquel curvó los labios y dijo:

—Mentiroso.

Tras un momento de silencio, Delfino preguntó:

—¿Parece que estoy molesto?

—Sí —asintió Raquel y señaló el entrecejo—. Has fruncido el ceño.

Delfino extendió la mano y presionó allí. De repente, sonó la voz de Apolo:

—Delfino, ¿por qué has tardado tanto en lavar la cara de Raquel?

Como acaba de ir a lavarle la cara a Raquel, Delfino no cerró la puerta del baño.

En cuanto entró Apolo, vio que Delfino y Raquel le miraban fijamente. Se quedó asombrado y dijo:

Delfino se rió, pero sus palabras fueron desagradables.

—Eso no va a pasar.

—Tú... —Apolo señaló a Delfino—. ¿Crees que no puedo tener uno?

Delfino levantó las cejas:

—¿Quiere Noela tener un bebé contigo?

Apolo resopló:

—Aparte de ella, hay muchas mujeres que quieren eso.

dijo Delfino:

—Entonces date prisa y toma uno.

Apolo no sabía qué responder.

Yadira vislumbró a Delfino y a Apolo hablando en la puerta, pero estaba lejos y no podía oírlos.

Delfino sintió la mirada de Yadira y levantó la vista.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Matrimonio de primera