Matrimonio de primera romance Capítulo 932

Yadira miró a Delfino y le sonrió.

Delfino frunció los labios y se acercó.

En cuanto se acercó, Yadira dijo:

—Hoy todo el mundo está aquí. Quiero salir a dar un paseo.

—Hace mucho calor fuera —Delfino rechazó su petición.

Noela no pudo evitar decirlo:

—En realidad, no hace tanto calor...

Sin embargo, no tenía la suficiente confianza y su voz era muy baja.

Yadira agarró la mano de Delfino y lo llamó suavemente:

—Delfino.

No era coqueta, pero era aún más difícil resistirse. Delfino le cogió la mano y asintió:

—Muy bien, salgamos después del desayuno.

Hoy venían dos sirvientes con Raquel. Delfino se volvió para mirarlos. Los criados empujaron la silla de ruedas.

Yadira miró la silla de ruedas y negó con la cabeza a Delfino:

—Quiero caminar por mi cuenta.

—No, aún eres muy débil —la actitud de Delfino fue firme, o no se te permitirá salir.

Yadira se mordió los labios y dejó de hablar. ¿Por qué era tan feroz?

Delfino también se dio cuenta de que sus palabras eran impropias y dijo con cariño:

—Pórtate bien.

Noela giró la cabeza. Ha venido a por una PDA.

Al final, Yadira salió, sentada en la silla de ruedas. Se sentía mucho mejor que ayer.

—¡Mamá, quiero usar esto para hacer un espécimen! —Raquel sostuvo las pequeñas flores silvestres que recogió.

—¿Sabes cómo hacerlo?

—Sí —Raquel colocó cuidadosamente la flor a un lado.

Yadira sonrió y le preguntó:

—¿Qué habéis dicho papá y tú en el baño?

—¿En el baño? —Raquel fue al baño unas cuantas veces y no pudo averiguar de qué momento hablaba Yadira.

le recordó Yadira:

—Cuando tú y Noela vinisteis, tu padre te llevó al baño para lavarte la cara.

—¡Oh! —Raquel asintió—, ¡Nada!

Le había prometido a Delfino que no le diría a su madre que había llorado, así que definitivamente lo mantendría en secreto.

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