Mi amor, por favor regresa a mí. romance Capítulo 14

Matthew

Volví arriba darme una ducha para ver si con eso podía aliviar mi resaca y cuando salí del baño me encontré a mi padre sentado sobre la cama, esperándome.

— Creí que ya todo había quedado claro…

— Nada esta claro Matthew, yo necesito dinero — dijo el molesto.

— Entonces trabaja — respondí encogiéndome de hombros.

— Matthew ya yo soy un anciano, no puedes hacer esto — replico afligido, ahora tomaría el papel de víctima para conseguir lo que quería, pero eso no le funcionaria.

— Lo se, por eso les seguiré pagando a las personas que trabajan en tu casa y voy a seguir comprando la comida que consumes, no sufrirás, pero si quieres seguir dándole dinero a tu querido sobrino holgazán, tendrás que ingeniárselas tu mismo.

— Tu madre estaría muy molesta contigo si se diera cuenta en lo que te convertiste, en como tratas a tu familia, ese también es su sobrino y hermana y la están pensado mal, necesitan de nuestra ayuda — escupió agitado, perdiendo la calma.

— No, mi madre estaría muy molesta contigo, que nunca te hiciste cargo de mi después de que ella murió, abandonándome con una niñera y cuando estuve más grande mandándome a un internado y si no te gusta como soy ahora, te aguantas, después de todo no tienes derecho a reclamar nada.

— Matthew eso lo hice porque me dolía mucho la pérdida de tu madre, yo no estaba bien en ese momento, no me puedes culpar por eso.

— ¿Y yo? ¿Crees que a mi no me dolió? El día que la perdí a ella también te perdí a ti y tuve que lidiar con todo eso solo, yo no entendía nada y nadie se molesto en explicarme, solo sabía que el día en que mi madre desapareció mi padre también lo hizo, solo apareciendo frente a mi una o dos veces al año y en esas veces ni siquiera preguntaba como estaba, nunca te preocupaste por mi, nadie lo hizo, excepto mi abuelo que ya tenía mucho bajo su cargo como para encargarse de mi también. — le reproche, el no tenia derecho a exigirme nada, porque nunca me dio nada.

Desde niño yo había tenido que buscar entender todo por mi cuenta, sin comprender porque mis padres no estaban conmigo, porque todos los demás niños siempre llevaban a sus padres a los eventos y en mi caso el único que aparecía era mi abuelo cuando podía.

Yo había tenido que lidiar con cada una de las cosas que me ocurrían solo, como cuando los demás niños se borlaban de mi por nunca ver a mis padres o cuando la niñera me encerraba en el closet por horas e incluso me pegaba demasiado y me dejaba sin comer como castigo, todo eso lo había tenido que pasar y mi forma de lidiar con eso fue dejar de sentir, después de todo las emociones no ayudaban en nada, porque la única que me había dado amor de verdad era mi madre y la perdí muy joven y despues de eso solo sentí tristeza y dolor, hasta que ya no sentí nada.

Eso solo cambio cuando conocí a Cloe, al conocerla mis emociones muertas renacieron, quizás por eso era tan difícil olvidarla.

— Mathew si, esta bien, me equivoque en ese momento pensé que hacía lo correcto para ti, te metí en las mejores escuelas, mientras yo trataba de lidiar con mi pérdida, pero no puedes tratarnos así por eso.

— ¿Cuándo vas a entender que no les he hecho nada malo? Solo decidí no seguir manteniendo holgazanes — le explique tranquilo, era demasiado molesto que siguieran haciéndose las víctimas.

A mi tía y primo, ni siquiera les quite la casa donde vivían y les deje dos de los carros que tenían antes de lo que paso, solo necesitaban trabajar para su comida, porque lo único que hice fue cortar el flujo de dinero.

— Hijo por favor, devuélvenos el dinero — pidió amablemente por primera vez y me extraño verlo así, el no se comportaba nunca de esa manera, pero esto no era suficiente para que yo cediera.

— Papá por favor sal de mi habitación o también quitaré al personal de tu casa. — amenace y me miro con furia antes de levantarse de la cama y azotar la puerta después salir.

Mire todo despejado por fin y suspire aliviado, por fin había vencido ese tormento, lo único que quería era seguir durmiendo, mi papá lo único que había logrado es que mi dolor de cabeza empeorará.

— No se preocupe señor Black, tengo muy claro que eso no debió suceder y que nunca volverá a pasar, por lo que yo hare como que nunca sucedió y usted debería hacer lo mismo, no hace falta que volvamos a tocar este tema — dijo ella decidida y escuchar que nunca volvería a pasar de su boca me lleno de ansiedad, yo sabia que en el fondo me moría por volverla a tocar, a besar, a hacerla mía.

— Perfecto señorita Grace, entonces no hablaremos más de eso — acepte mientras intentaba disipar la ansiedad que me generaba el saber que no podía volver a tocarla.

— Bueno si no hay nada más, entonces me retiro señor Black — me dijo con una sonrisa que no llego a sus bellos ojitos.

— Esta bien, que tengas buenas noches Cloe. — le dije devolviéndole la sonrisa y ella al verlo frunció un poco el ceño antes de contestar.

— Buenas noches señor Black.

Después de decir eso ella simplemente se fue, volviendo así el vacío que siento a atacar, provocándome unas insoportables ganas de rogarle que no me deje solo que se quede a mi lado, porque esto es jodidamente insoportable.

Su ausencia quema, aunque su presencia también duele, todo lo que tiene que ver con ella lo hace y a veces no logro distinguir que es peor, si haberla encontrado o no encontrarla nunca. Porque de cualquiera de las dos formas, ante ella yo siempre voy a perder.

Al verla siempre voy a recordar lo que me hizo y aun así me moriré por besarla y al no poder verla siempre la voy a extrañar como un loco, recordando cada una de las hermosas cosas que viví a su lado, cuan feliz era yo cuando la tenia a mi lado, pero inevitablemente no puedo evitar preguntarme si yo también la hacía feliz a ella o si simplemente fingía por mi dinero.

Yo siempre me esforzaba por hacerla tan feliz como ella me hacía, a pesar de que toda mi personalidad era fría, había aprendido a ser detallista con ella, a ser amable, a decirle que la amaba y a amarla cada noche, pero ni siquiera eso fue suficiente para que ella me fuera fiel y se quedara a mi lado para siempre y yo no sabia si era mi culpa por no darle lo suficiente o la de ella por jugar conmigo.