Mi arrogante violador redimido (Arrepentimiento y Perdón) romance Capítulo 4

Brett estuvo rondando por espacio de varias semanas la tienda donde Sonia trabajaba, los empleados de los tres turnos se dieron cuenta y estaban prevenidos, pues pensaban que lo que quería era asaltar la tienda.

Una noche, cuando Sonia salió, Brett vio que iba sola, por lo que aprovechándose de eso, se aparejo donde ella estaba esperando el autobús y bajando del auto la sorprendió.

-Te he estado esperando, anda sube. – le dijo abriendo la puerta para ella.

-No gracias señor, es usted muy amable, pero debo ir a casa y prefiero tomar el autobús. – le respondió ella

-Te dije que subieras. – ordeno Brett, y sujetándola de un brazo la jalo, al Sonia resistirse, le dio una bofetada, y por la fuerza la obligo a subir al auto, para después cerrar la puerta asegurándola; y rodeando el auto subió a él llevándose a la chica, que tras la bofetada y por el miedo que sentía aun no reaccionaba.

Lo que Brett no se dio cuenta, fue que uno de los empleados, compañero de Sonia, había visto como con lujo de violencia se había llevado a la chica, mientras dentro del auto Brett amenazaba a Sonia diciendo:

-no vayas a gritar, yo solo quiero estar un rato contigo.

- Pero señor, yo tengo que llegar a mi casa, mis padres estarán preocupados. –contesto ella asustada.

-no lo creo, una chica que trabaja de noche no puede preocuparle a sus padres. – dijo el riendo sarcásticamente.

Brett condujo por la ciudad dirigiéndose a una parte alejada y sola, donde se encontraban unas construcciones abandonadas, Brett se bajó del auto y con lujo de fuerza sacó a Sonia del auto, mientras le decía.

-A mi ninguna mujerzuela me rechaza-

-Señor, usted se equivoca, por favor suélteme.- Suplicaba Sonia llorando, mientras Brett la jalaba haciéndola entrar en una de las construcciones, el lugar se veía abandonado, deshabitado y sucio.

Él la empujo al centro de una habitación y volviéndose cerró la puerta, Sonia solo podía tratar de encontrar una salida pero la única ventana estaba enrejada. Y sujetándola por los brazos la empujo contra la pared, apretándose contra ella, comenzando a besarla con lujo de fuerza, pero al ver que ella se resistía y gritaba, le tapó la boca con una mano, mientras con la otra le desgarraba la ropa.

Ella seguía luchando contra él, por lo que Brett le dio un puñetazo en la cara. Sonia no había perdido el conocimiento ni cayó al suelo, pero la aterraba que el la golpeara hasta matarla, dejo de resistirse y aterrada, solo veía al hombre que como una bestia depredadora se había abalanzado sobre ella; su blusa desgarrada, había dejado al descubierto sus senos y él con total brusquedad aprisiono en sus manos, acariciándolos y estrujándolos; mientras la besaba, con besos nacidos del coraje y del deseo.

Brett comenzó a quitar lo que quedaba de su ropa y empujándola sin soltarla la llevo a un camastro que había en la habitación, y empujándola sobre este, y sujetándola con una mano al cuello, el comenzó a desnudarse por completo, y arrojándose sobre Sonia, que ronca de tanto gritar ya solo sollozaba. Solo podía pensar

-que he hecho para merecer esto, por favor Dios, que no me mate.

-No, en estos momentos esta sedada, para mañana podrán hablar con ella y preguntarle lo que sucedió, hoy no lo creo posible.

Al día siguiente ya despierta y atendida, ella relato a los policías lo sucedido, les dio su nombre y les pidió que avisaran a sus padres en donde se encontraba.

Sus padres estaban muy preocupados, pues al no llegar a casa, habían ido a la tienda y ahí el empleado de turno que había visto el secuestro de Sonia le dijo lo que vio.

Cuando sus padres fueron al hospital y cuando les permitieron pasar a verla a la habitación simple donde estaba; ella al ver entrar a la pareja, Sonia simplemente comenzó a llorar de tristeza, pues pensaba que había tenido la culpa de lo sucedido.

-perdónenme padres, les he fallado, ha sido mi culpa.- dijo entre sollozos

-No llores hija, tú no has tenido la culpa de nada, tú has sido la víctima aquí- le dijo su padre tomándola de la mano.

-Pronto te pondrás bien, ya lo veras, superaremos esto como lo que somos una familia, y lo dejaremos atrás.- dijo su madre tratando de consolarla mientras la abrazaba y su padre seguía sujetándole la mano.

Los ojos bondadosos de sus padres reconfortaron aun poco el dolido corazón de Sonia, que tras escuchar a sus padres, comprendió que ella no era culpable de lo sucedido, ella no pidió que pasara, por lo que no tenía por qué sentirse sucia o degradada, ella era una víctima más de algo horrible. Pero no por ser una víctima se encerraría entre cuatro paredes; ella tenía que seguir adelante, ella debía ser fuerte pues estaba viva.

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