Mi cariño de 18 años romance Capítulo 46

Excepto por esa razón, no podía pensar en nada más.

Pero…

¿Su hermano también sentía tentación por una mujer?

¡No se lo podía imaginar!

Después de un rato, Fernanda se cambió de ropa y bajó.

Cuando entró, Victoria miró a Fernanda que acababa de cambiarse de ropa. La tela y el resultado una vez puesta de esa prenda no estaban mal. Puesta en Fernanda hacía que el temperamento de todo su ser se volvía diferente.

Victoria se sorprendió un poco, miró a Isidro y sonrió, -Bueno, al parecer mi hermano tiene un buen ojo.-

Isidro miró a Fernanda sin decir nada.

Fernanda se sintió un poco incómoda cuando los dos hermanos la miraban y preguntó, -¿De qué estáis hablando?-

-Nada.- Victoria se puso de pie y dijo, -¡Ven aquí y siéntate! Charlad vosotros, yo iré a saludar a mamá primero, me han dicho que hoy casi le daba un ataque de ira.-

Victoria había venido a consolar a Margarita.

Ella presentó a Rocío, por lo que pasaba lo que pasaba, su madre inevitablemente le echaría parte de la culpa. Victoria estaba muy impotente ante eso.

Después de que Victoria se fue, Fernanda se paró frente a Isidro y le preguntó, -¿Se ve bien?-

Isidro la miró, ella tenía la piel blanca y por lo general llevaba pantalones cortos y camisetas de manga corta, ahora de repente se puso un vestido, lo cual fue un poco atractivo.

En realidad, había muchas mujeres con vestidos, pero solo le pareció que Fernanda con vestido se veía muy hermosa.

No le quedaba otra, porque a pesar de que había muchas bellezas en el mundo, él solo tenía una esposa.

Al ver que Isidro no hablaba, Fernanda se sentó y dijo decepcionada, -¿No me queda bien?-

Isidro no supo qué decir por un momento y miró su carita.

Fernanda se quejó, -¡Aunque no me queda bien tienes que elogiarme! ¡Si te comportas así las mujeres te despreciarán!-

Isidro miró a Fernanda, -¿Me desprecias?-

Fernanda sonrió, -No, ¡cómo podría despreciar a mi Isidro! Eres tan bueno.-

Ella dijo, -Voy a coger la llamada.-

Después de sacar el móvil, la mirada de Fernanda se posó en la pantalla y se sorprendió al ver el número de teléfono.

Se puso de pie para irse a un lado, cogió la llamada y su tono se volvió extremadamente indiferente, -¿Qué pasa?-

Manuel estaba sentado en el sofá, hizo esa llamada únicamente para ver si Fernanda seguía enfadada.

¿No estaba tan enfadada que ni siquiera cenó ayer?

Él preguntó, -¿Todavía estás cabreada?-

Al igual que todas las veces que se pelearon antes, él venía a buscarla y le hablaba en ese mismo tono para hacer las paces.

El sol de la tarde entraba a través de las ventanas y Fernanda miraba el dibujo del suelo aturdida.

Ella se calmó y dijo, -No tiene nada que ver contigo.-

Manuel dijo con ironía entre sus palabras dijo, -Volviste a quejarte con mi tío en mi ausencia, ¿no?-

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