Pedro se puso furioso al pensar en las fotos que acababa de recibir.
A ella realmente no le importaba Isidro, ¿verdad?
Fernanda sacó sus zapatillas del armario de zapatos. Cambió sus zapatos y miró a Pedro que estaba a su lado. -¿Estás bien?-
¿Regañado por Isidro y con miedo a hablar?
¿Qué hizo mal?
Pedro no dijo nada y sólo la miró. Fernanda vio frialdad y resistencia en sus ojos.
Isidro dijo que tenía algo preocuparse. ¡Eso parecía que todavía no estaba bien!
Fernanda no hizo más preguntas. No era una persona estúpida.
Entró en la sala de estar. Vio a Isidro sentado allí. Todavía llevaba con su ropa de trabajo. Su rostro era serio. Todo el ambiente de la sala de estar no era igual que como siempre.
-Isidro. ¡He vuelto!- Fernanda se acercó y dejó la bolsa en el suelo. Sus ojos se posaron en Isidro.
Sin embargo, normalmente se reía con Isidro. Pero cuando él estaba enfadado, todavía le tenía un poco de miedo. Aun así, Fernanda creía que la comunicación era la mejor manera de resolver el problema.
Se acercó a él. Agachada junto a su pierna. Dijo íntimamente. -Estás enfadado. ¿Es porque he vuelto demasiado tarde?-
Isidro miró a Fernanda, que estaba como una gatita, sin decir nada.
Fernanda le rodeó con sus brazos, sacudiéndolos. -No dices nada. ¿Cómo puedo saber por qué estás enfadado?-
Pedro se mantuvo a la espera y la miró fríamente. Salía con otros hombres y luego volvió y se comportó como una buena chica. ¡Isidro no se iba a preocupar por ti!
“¿Realmente crees que todos en este mundo son estúpidos?
-Quieres ir a la reunión. ¿Por qué no me lo dijiste?- Los dedos de Isidro estaban pasando suavemente por su pelo.
Fernanda dijo. -No es gran cosa. Así que no te lo dije. Fue ayer cuando decidimos ir. Por cierto, Manuel y Mariana también estaban.-
Isidro y Pedro se congelaron por un momento. No esperaban que mencionara a Manuel.
-¿Manuel estuvo allí?- Fue Pedro quien hizo la pregunta, y se sorprendió un poco de que Fernanda se lo hubiera contado.
¿No debería habérselo guardado para sí misma?
Fernanda lo miró. Y recordó que lo había dicho antes que no conocía bien a Manuel.
Fernanda miró a Isidro y dijo. -Isidro. En realidad...Somos compañeros de la misma clase. No lo dije delante de la Luisa es porque me siento un poco embarazoso por ser su tía de repente. Te lo digo ahora. No me culparás por mentir, ¿verdad?-
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