-Ya he tomado la decisión.- ahora se arrepintió un poco Fernanda. Si hubiera sabido que la situación actual era así, no habría hecho a su madre venir aquí, -Hoy le invito a usted a venir aquí, solo para discutir sobre el matrimonio.-
Incluso si su madre no estuviera de acuerdo, Fernanda insistió en casarse con Isidro.
Ya habían firmado un acuerdo de matrimonio los dos. Él dijo que la ayudaría a ir a la escuela y que, ella sería su novia.
Una vez que ella se rindió, así no habría ningún esperanza de que fuera a la escuela.
Además, la fecha del matrimonio ya estaba fijada. Si en este momento ella rompiera el tratado, ¿no avergonzaría a Isidro?
Juana miró a Fernanda fijadamente con ira, -Realmente has crecido tanto que ahora ya no me obedeces y no me das ningún respeto.-
¡Casi iba a morir de ira por ella!
Había criado a tal hija, que en absoluto no le escuchaba.
Fernanda no sabía cómo discutir con ella, y sería vergonzoso si ellas discutieran aquí.
Por lo tanto, al principio no quería que su madre viniera.
Frente a toda la familia Rivero, el debate entre ellas iba a hacer a todos avergonzados.
Margarita dijo, -No culpes a Fernanda. Isidro anhela casarse sinceramente con ella. Si ella se casa con Isidro, toda la familia nuestra la tratará muy bien, como a nuestra propia hija.-
-¿Muy bien?- preguntó Juana en tono de burla- Claro que tienen que tratarla muy bien. Ella solo es una chica quien no sabe nada, por supuesto que deben engañarla, de lo contrario, quién va a casarse con ese...- aún no dijo la palabra pero el significado ya era muy obvio.
Se suspendió Fernanda. Isidro se sentó junto a ella y tenía tanto miedo de que las palabras de su madre podrían hacer daño a él.
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